Veracruz, son tus noches
diluvio de estrellas, palmera y mujer.
Veracruz, vibra en mi ser,
algún día hasta tus playas lejanas
tendré que volver…
“Veracruz” de Agustín Lara.
Veracruz, la más cubana de las ciudades mexicanas.
Siempre he sido un gran aficionado al cine, y en particular cuando niño (y aún hoy en día) he sido casi un fanático de los filmes del género western u oeste. Por eso puedo decir que la mención de Veracruz me impactó por primera vez cuando en el cine Edison, un cine de barrio cercano a mi casa y al que acudía muy a menudo por varias razones: era barato, el dueño era amigo de mi padre y a menudo le regalaba pases gratis para las funciones, era muy cómodo y tenía no aire acondicionado, sino unos extractores y ventiladores que dentro del cine parecía que uno estaba a merced de la brisa marina, y por sobre todas las cosas porque tenía una pequeña cafetería donde habían exquisiteces de mi gusto como eran los “peters” o tabletas de chocolate Hershey rellenas de fresa y los deliciosos refrescos de chocolate Nao Capitana.
Vera Cruz, o su título en español Veracruz, fue una de las más impactantes películas del oeste de los años 50, dirigida por Robert Aldrich (también creador de Apache y otros grandes filmes) y actuada por dos de los duros: Burt Lancaster (nadie hubiera creido en esa época que era gay) y Gary Cooper, los que son dos aventureros que son contratados para escoltar un cargamento de oro destinado al emperador Maximiliano I y defenderlo de los juaristas que luchan contra el emperador.
Los valores tradicionales asociados al Oeste (fortaleza, honradez e ideales) son reemplazados por la picaresca y la codicia ya que los dos protagonistas saben que viven el final de una época se engañan entre ellos y solo buscan el propio beneficio.
En la película también participaban Denise Darcel, Cesar Romero, Ernest Borgnine, un joven Charles Bronson y la española Sara Montiel en su primera incursión en el cine norteamericano. El filme obtuvo relevante éxito comercial; habiendo costado 1,6 millones de dólares, recaudó 5 millones tan solo en Estados Unidos, y su resultado global se estima en más de 11 millones, por lo que constituyó un gran éxito.
Después vendrían otras películas que me impactaron tanto como Veracruz: Gunfight at the O.K. Corral o Duelo de Titanes, de John Sturges, con Burt Lancaster y Kirk Douglas; High Noon, de Fred Zinneman, con Gary Cooper y Grace Kelly; 3:10 to Yuma, de Delmer Daves con Glenn Ford y Van Heflin; Pat Garret y Billy the Kid, de Sam Peckinpah con James Coburn y Kris Kristofferson; The Searcheres y La Diligencia de John Huston con el superduro John Wayne; Los siete magníficos de John Sturges con Yul Brynner y Steve McQueen, y aquí paro el tema porque sería interminable. Después venddrían los “western spaguetti” de Sergio Leone, donde destacan Erase una vez en el Oeste, El bueno, el feo y el malo, Por un puñado de dólares y otras donde destacó el inmenso Clint Eastwood. Pero no puedo terminar este punto sin hablar de una de las mejores: Unforgiven. Pero la película Veracruz me hizo interesarme por la Veracruz real.
Por supuesto que Veracruz ya era ampliamente conocida por mí, tanto su historia como su ubicación geográfica. La geografía, junto con la guitarra y la aviación son posiblemente las cosas que más me han gustado en la vida, y me siguen gustando. En mi adolescencia comencé a estudiar guitarra y también me presenté a los exámenes para piloto. Ninguna de las dos cosas pude alcanzarlas, pero en cambio, la geografía la tenía a la mano, no como geógrafo o profesor de geografía, pero sí como un gran aficionado y conocedor de ella.
No en balde mi revista preferida ha sido National Geographic, las cuales pude devorar gracias a la existencia de “La Biblioteca”, librería de discos, revistas y libros de uso, donde pude adquirirlas al costo de 20 centavos (el peso era equivalente entonces al dólar, el cual tenía libre circulación en Cuba), cuando nueva costaba un dólar. Ahora cuento con la colección completa de National Geographic en formato digital y la veo mensualmente. La National Geographic me ha permitido viajar toda la vida a todas partes sin moverme de donde estaba.
Pues por mi costumbre de situarme o ambientarme cuando veía una película o leía un libro, pude conocer entonces mucho más de Veracruz y la importancia histórica que tuvo en la conquista de América.
HERNAN CORTES Y DIEGO VELAZQUEZ.
Diego Velázquez y su pariente Hernán cortés.
Diego Velázquez Venía de una ilustre familia y luchó junto en el ejército español y posteriormente se estableció en Sevilla. Tomó parte en el segundo viaje de Cristóbal Colón (1493) y una vez en La Española (la actual isla de República Dominicana), contribuyó a la pacificación de la mitad occidental de la isla.
En 1511 el entonces gobernador de La Española, Diego Colón, le confió el mando de una expedición a Cuba. En los años siguientes, Diego Velázquez dirigió la conquista y colonización de la isla de Cuba desde la primera ciudad de Baracoa, fundada el 15 de agosto de 1511. En esta labor se mostraría muy comedido en su trato con los indígenas, y prefirió utilizar la diplomacia antes que las armas e intentó protegerlos de los abusos de las encomiendas e impulsó el cultivo de la caña de azúcar para atraer a nuevo colonos.
Tras haber consolidado la posición española mediante el establecimiento de varias ciudades, como La Habana, Bayamo, Sancti Spíritus, Trinidad, Puerto Príncipe y Santiago de Cuba, ciudad en que instaló su capital, Diego Velázquez centró su atención en la costa de Yucatán, lugar al que envió diversas expediciones, como la de Francisco Hernández de Córdoba (1517) y la de Juan de Grijalva (1518).
Nombrado adelantado de Yucatán por la corona española, Velázquez encargó a Hernán Cortés la conquista de los nuevos territorios mexicanos. En el último momento cambió de opinión, pero Cortés fingió desconocer la contraorden y zarpó rumbo a México. Enfrentado con Hernán Cortés, que desobedeciendo nuevas órdenes se había adentrado en tierra firme, y temeroso de su creciente prestigio, Velázquez realizó varios e infructuosos intentos de apartarle del mando de la expedición: envió contra él a Pánfilo de Narváez e incitó a Cristóbal de Olid a rebelarse (en ese momento no lo traicionó, pero después le encomendó a Olid trasladarse a Cuba y traicionó a Cortés al ponerse de acuerdo con Diego de Velázquez (enemigo declarado de Cortés), quien le prometió nombrarlo gobernador de Honduras si se ponía nuevamente a sus órdenes.. Pero ante la gloria creciente de Cortés, que en 1522 sería nombrado gobernador y capitán general de Nueva España, las reclamaciones de Velázquez cayeron en descrédito, resultó que el Hernancito era de armas tomar.
Hernán Cortés, el conquistador español de México, es un personaje muy interesante. Pocas veces la historia ha atribuido a la energía y determinación de un solo hombre la conquista de un vasto territorio. En esa muy limitada lista encontramos a Hernán Cortés, que siempre prefirió quemar sus naves a retroceder. Con escasos medios, sin apenas más apoyo que su inteligencia y su intuición militar y diplomática, logró en sólo dos años reducir al dominio español el esplendoroso y gigantesco Imperio azteca, poblado, según estimaciones, por unos quince millones de habitantes.
De todos los conquistadores, Cortés fue el capitán más culto y más capaz, y aunque ello no sirva de atenuante, lo impulsó también una gran conciencia moral que llegó a plantearle si era lícito esclavizar a los indios, una duda insólita en los albores de la colonización de América.
En 1511 participó en la expedición a Cuba como secretario del gobernador Diego Velázquez de Cuéllar, con quien emparentó al casarse con su cuñada; Velázquez le nombró alcalde de la nueva ciudad de Santiago. En 1518 Diego Velázquez puso a Hernán Cortés al mando de una expedición a Yucatán; sin embargo, el gobernador desconfiaba de Cortés, a quien ya había encarcelado en una ocasión acusado de conspiración, y decidió relevarle del encargo antes de partir.
Con once barcos, unos seiscientos hombres, dieciséis caballos y catorce piezas de artillería, Hernán Cortés navegó desde Santiago a Cozumel y Tabasco; derrotó a los mayas allí establecidos y recibió (entre otros regalos) a la india doña Marina, más conocida por la Malinche, que le serviría como amante, consejera e intérprete durante toda la campaña, una ayuda incomparable. Desobedeciendo órdenes expresas del gobernador Velázquez, fundó en la costa del golfo de México la ciudad de Villa Rica de la Veracruz.
Habiendo conocido la existencia del Imperio azteca y cuya capital se decía que guardaba grandes tesoros, se dispuso a su conquista. Para evitar la tentación de regresar que amenazaba a muchos de sus hombres ante la evidente inferioridad numérica, Hernán Cortés hundió sus barcos en Veracruz; de este episodio procede la frase hecha quemar la naves, expresión de una determinación irrevocable. Pronto logró la alianza de algunos pueblos indígenas sometidos a los aztecas, como los toltecas y tlaxcaltecas.
En realidad el origen histórico de “quemar las naves” no es de Cortés, sino de Alejandro Magno, que la expresó como sinónimo de lanzarse a un objetivo renunciando a la posibilidad de dar marcha atrás ante un fracaso. Al llegar a la costa fenicia Alejandro Magno vió que sus enemigos le triplicaban en número y que sería derrotado, por lo que desembarcó y mandó a quemar todas las naves, diciéndole a sus hombres : “vean como se queman las naves, esa es la única razón por la que debemos vencer, ya que si no ganamos no podremos volver a nuestros hogares por lo que hay que regresar en la única forma posible, en los barcos de nuestros enemigos.”
Cortés no quemó sus naves, sino que las hundió, algo parecido. Un nuevo Alejandro III de Macedonia.
En agosto de 1519 partió junto con 400 expedicionarios y 1340 guerreros indígenas a la conquista del imperio mexica, cuya epopeya ya conocemos. En 1522 fue nombrado gobernador y capitán general de Nueva España (nombre que dieron los conquistadores al territorio mexicano).
Hernán el incomprendido.
Al conquistador, evangelizador y fundador de la Nueva España se le conoce poco y mal por el grueso de la población mexicana. Precisamente, su persona es la más calumniada y la más vilipendiada de la historia de México.
La historia oficial exagera los defectos del conquistador y fundador, concentrándose en los momentos álgidos de las batallas contra los nativos, y transformando a éstos, en inocentes víctimas de la “ferocidad y ambición de los invasores españoles”.
Hernán Cortés, desde que salió de Cuba al frente de la nueva armada, tenía en mente la determinación de rescatar a los españoles prisioneros de los indios mayas, combatir el paganismo existente, hacer alianzas con los pobladores que reconocieran al rey de España y hacer la guerra a los que se opusiesen. Por la razón del Derecho de Conquista que era reconocido por todos los pueblos del viejo Mundo en aquellos tiempos.
ESTATUA DE HERNAN CORTES EN MEDELLIN, ESPAÑA.
La historia oficial y liberal omite también, que Hernán Cortés desde que oyó hablar del fabuloso reino de Cohlúa, había quedado fascinado por él. Y que una vez puestos sus pies en los arenales de la Vera Cruz, comenzó una transformación en su alma, haciendo de su conquista una de la gestas más grandes de la historia universal.
De su relación con doña Marina su inseparable compañera, nació en 1522 su primer hijo varón, llamado por algunos “el primer mexicano”, lo bautizó con el nombre de su padre: Martín. Lo educó con mucho cariño y a su debido tiempo pidió al Papa Clemente VII que se lo legitimara y lo llevó con él a España para ponerlo en manos de personas de su confianza, proporcionándole una esmerada educación que culminó como paje del príncipe don Felipe, oficial de los tercios españoles, Comendador de la Orden de Santiago y gentilhombre de Cámara del rey Felipe III.
Cortés no se olvidó de Malintzin, conocida por todos como doña Marina o Malinche. En nombre del rey don Carlos y de la reina doña Juana su madre, la dotó de tierras, propiedades y cacicazgos, haciéndola rica , buen partido para uno de los principales señores de la nueva nación: el regidor Juan Alonso Jaramillo, años más tarde, alcalde la de la incipiente capital de la Nueva España. Hay quien dice que sin la Malinche no hubiera habido conquista, así fue de importante su papel.
Durante los cuatro años de su gobierno, Hernán Cortés, organizó el nuevo Reino, fomentó el asentamiento de las familias de los conquistadores, siendo cientos de ellos, antepasados de decenas de miles de mexicanos de hoy en día, propició la emigración de nuevos colonos, exploró personalmente y envió a explorar las nuevas tierras en busca de minas de metales preciosos, para que estos fueran la base de la riqueza agrícola y ganadera que formó. Escribió a su padre don Martín, que a su costa le enviara toda suerte de plantas, árboles y animales para reproducirlos en la nueva tierra.
De 1530 a 1540, desde la sede del palacio de Cuernavaca, Cortés va a desplegar una intensa actividad en todos los órdenes, aunque con distinto fruto, para explorar, conquistar, construir, fundar, evangelizar; en una palabra: civilizar al nuevo país que andando el tiempo sería México.
Cortés fue siempre considerado, admirado, temido y odiado en casi iguales proporciones por sus contemporáneos. Tenía el talento de organizar cualquier empresa, fuera ésta, comercial, política o administrativa, y
su vida material se regía por una gran energía e inteligencia, por su prudencia y cautela Aunque sus mayores defectos fueran la desmedida ambición material, aunque no fuera para el.
La prueba de todo esto, es su conformidad y paciencia, con los muchos despojos y pérdidas que sufrió a lo largo de su vida. De la generosidad de que dio prueba con todos, amigos y enemigos, y del estupendo Testamento que hizo escribir poco antes de su muerte beneficiando, per medio de él, a numerosas personas.
CORTES Y LA MALINCHE.
Al final, odiado y despreciado en México, sentó las bases del México actual y es desmedido el hacerlo parecer como un demonio, cuando los aztecas eran muchísimo peores que el conquistador.
En el gigantesco territorio que llamamos México, coexistieron muchos pueblos diversos: al sur mayas, zapotecas, al este olmecas, totonacas, toltecas, al centro tlaxcaltecas, tarascos, otomíes, chichimecas, al norte pimas, tarahumaras, y tantos más, ajenos unos a otros, y casi siempre enemigos entre sí.
Entre todos ellos habían de distinguirse muy especialmente los aztecas, que procedentes del norte, fueron descendiendo hacia los grandes lagos mexicanos, hacia la región de Anáhuac. Conducidos por su dios Huitzilopochtli, dios guerrero y terrible, llegaron en 1168 al valle de México, y establecieron en Tenochtitlán su capital.
De este modo, el pueblo azteca, convencido de haber sido elegido por los dioses para una misión grandiosa, fue desplazando a otros pueblos, y ya para 1400 toda la tierra vecina del lago estaba en sus manos. En 1500, poco antes de la llegada de los españoles, el imperio azteca reunía 38 señoríos, y se sustentaba en la triple alianza de México (Tenochtitlán), Tezcoco y Tacuba (Tlacopan).
El pueblo azteca llevó a síntesis lo mejor de las culturas creadas por otros pueblos, como los teotihuacanos y los toltecas. Organizado en clanes, bajo un emperador poderoso y varios señores, fue desarrollándose con gran prosperidad. En astronomía alcanzó notables conocimientos, elaboró un calendario de gran exactitud, y logró un sistema pictográfico e ideográfico de escritura que, con el de los mayas, fue el único de la América prehispánica.
Aunque no conocían la rueda ni tenían animales de tracción, construyeron con gran destreza caminos y puentes, casas, acueductos y grandiosos templos piramidales. Ignoraban la moneda, pero dispusieron con mucho orden enormes mercados o tianguis. Tampoco conocían el arado ya que pinchaban la tierra con una especie de lanza, pero hicieron buenos cultivos, aunque reducidos, ingeniándose también para cultivar en islas artificiales.
Con algunas excepciones, casi todos esos pueblos, mayas, aztecas, totonacas, obsesionados por el misterio del devenir y de la muerte, practicaban sacrificios humanos, de enigmática significación.
La religión azteca se basaba en el gremio sacerdotal y en una formidable casta de guerreros. De este modo la potencia del pueblo azteca fue sujetando poco a poco bajo su dominio a muchos pueblos y señoríos. Los embajadores aztecas, con grandiosa pompa y acompañamiento, visitaban estos pueblos y les invitaban a ser súbditos y si no acccedían los sometían a la fuerza.
La guerra, la conquista y el sometimiento de otros pueblos, tenían motivos económicos y políticos, pero también razones religiosas de búsqueda de prisioneros para su inmolación. A inicios del siglo XVI, el emperador Moctezuma, el gran tlatoani (de tlatoa, el que habla), recibía tributo de 371 pueblos.
Esta ambiciosa política guerrera de los aztecas trajo una muy precaria paz imperial entre los pueblos, pues, todos andaban siempre envueltos en guerra unos contra otros, antes que los Españoles viniesen.
A la multitud de dioses y templos mexicanos correspondía una cantidad innumerable de sacerdotes. Sólamente en este templo mayor había unos 5.000, y según se estima no había menos de un millón en todo el imperio y entre estos sacerdotes existían jerarquías y grados diversos, y todos ellos se tiznaban diariamente de hollín, vestían mantas largas, se dejaban crecer los cabellos indefinidamente, los trenzaban y los untaban con tinta y sangre. Su aspecto era tan espantoso como impresionante. Y todo ello para sacrificar ante grandes celebraciones miles de prisioneros, hombres, mujeres y niños que llegaban a ser hasta más de 20 mil.El enigma de los contrastes inconciliables
Todos los que vemos al mundo del México prehispánico no podemos menos de quedarnos admirados de lo bueno, horrorizados de lo malo, y finalmente perplejos, al no saber cómo conciliar lo uno y lo otro. ¿Cómo es posible que en medio de tantas atrocidades se produjeran a veces, en los mismos que las realizaban, elevaciones espirituales tan considerables?
La respuesta es muy sencilla: la maldita religión vuelve a los hombres unos monstruos, los hace matar y torturar solo para dar respuesta a los cosas que el hombre no puede explicarse y que atribuye a seres superiores que al final no existen. La misma filosofía que empleó después la iglesia católica en todo el mundo con la Santa Inquisición, los musulmanes con sus ideas y que perduran hasta hoy con las atrocidades del Estado Islámico.
Resumiendo: ni Cortés no era tan malo ni los aztecas eran tan buenos.
En Veracruz hay monumentos a la fundación de la ciudad, a la madre, al emigrante español, a los caídos en una de las invasiones a Veracruz, al comodoro Manuel Azuela, al cadete Virgilio Uribe, a Alexander von Humboldt, a los constructores del puerto, a Agustín Lara y Toña la Negra, a Luis Donaldo Colosio, a Cuauhtemoc, a Venustiano Carranza, a la civilización olmeca, a Nicolás Bravo, a los oficios del puerto, a Francisco Madero, a Ignacio de la Llave, a Ignacio Zaragoza, dos a Benito Juárez, a la Reforma, a Miguel Hidalgo, y hasta a Juan Pablo II. Pero no hay nada que recuerde a aquel gracias al cual le ciudad existe. El mayor monumento a Don Hernán Cortés se halla en todos los mexicanos que hablan su lengua y es imposible borrar de su historia.
Pero Veracruz le debe un monumento a Hernán cortés. Y el país también.
Veracruz, su surgimiento.
Los primeros europeos que llegaron a la zona lo hicieron en la incursión comandada por Juan de Grijalva que en 1518 recorrieron la costa de la península de Yucatán y siguiendo por Tabasco llegaron a costas veracruzanas. A la vanguardia de la expedición, el capitán Pedro de Alvarado llegó costeando desde el sureste desembarcando en Boca del Río y deteniéndose a comerciar con los locales. Siguiendo su recorrido desembarcaron en la isla de Chalchihuitlapazco que llamaron Sacrificios porque encontraron huellas de sacrificios humanos. Luego desembarcaron en Costa Verde, donde volvieron a traficar. El 24 de junio día de San Juan hicieron escala en el islote Tecpan Tlayácac, también llamado por los naturales Kulúa (Culúa). Grijalva, según la costumbre cultural y la política española de la época designada para América, añadió como nombre de pila el de San Juan al que ya tenía la isla, de lo que aquí resulta San Juan de Ulúa. En San Juan de Ulúa se ubica la antigua fortaleza y el otrora puerto (también del mismo nombre). La construcción de la fortaleza fue planeada después por los españoles, una vez que Hernán Cortés la instaurara el 22 de abril de 1519 en el contexto del descubrimiento de América y de los ataques piratas y corsarios de la época contra España.
Con el tiempo ese enclave llegaría y saldría casi todo el comercio e inmigración, y a finales del siglo XIX, el puerto de Veracruz recibió el impacto directo de la mayor integración de México al mercado internacional. Comenzaron a circular entonces los barcos llamados clípers y los primeros vapores.
LA AMURALLADA CIUDAD DE VERACRUZ.
Se convirtió Veracruz en el principal enclave de relación con el exterior y por ello fueron múltiples las batallas que tuvieron como escenario el Fuerte de San Juan de Ulúa, como la de 1822 en la que Pedro Sáinz de Baranda consiguió bloquear el suministro a la guarnición que resistía como último reducto español en la recién independizada colonia. Otros casos fueron: la Guerra de los Pasteles en 1838, cuando los franceses tomaron Ulúa; la intervención norteamericana de 1847; la Guerra de Reforma en 1860, en la que dos vapores españoles comprados por los conservadores lucharon contra cuatro barcos norteamericanos que apoyaban a los liberales de Juárez; la intervención francesa de 1861, y la segunda intervención norteamericana de 1914.
En Veracruz, y cuando hablemos de este término nos referiremos al ciudad y puerto de Veracruz y no al estado de igual nombre, se creó una especie de hostal para repostar las fuerzas las personas y animales de carga que hacían posible el vínculo con la capital, ya fuera como correo o como transporte de pasajeros. Poco después surgió el hotel Diligencias, donde tuve el gusto de hospedarme, un lugar lleno de historia.
Por Veracruz entraban las mercancías y los inmigrantes, igualmente salían mercancías y riquezas, por lo que cobró un papel de primer orden. Tampoco fue ajeno a refugio y exilio y regreso de presidentes y personalidades políticas y militares, y como ya hablamos de inicio de invasiones extranjeras.
Durante la dictadura de Porfirio Díaz se llevó a cabo una gran remodelación del puerto a cargo de la compañía Pearson & Son, importante empresa constructora.
En 1902, al inaugurarse las obras de remodelación del puerto, funcionaban cuatro muelles: el Muelle Fiscal y los destinados a los ferrocarriles Mexicano, Interocéanico y Alvarado.
Por su ubicación estratégica en la cuenca del Golfo de México, Veracruz ofrece un fácil acceso a las rutas comerciales marítimas Europa y el este de los Estados Unidos de Norteamérica. El Puerto de Veracruz representa el 22.74% del movimiento de carga manejado a nivel nacional, lo que lo sitúa como el primer puerto comercial del país y el centro de embarque y recibo de mercvancías más importante de México. A su vez exporta el 70% de los autos producidos en el país, más de 2000 barcos lo visitaron en 2015 y se movieron más de 23 millones de toneladas de productos.
Para darle respuesta a la ampliación del Canal de Panamá se acometen obras de infraestructura para recibir buques más grandes y Veracruz amplía su puerto.
Fue grande la inmigración española, francesa y hasta cubana, la cual, aunque no muy masiva, trajo un empuje muy importante a la producción tabacalera, azucarera y hasta cafetalera.
Piratas, corsarios, filibusteros y bucaneros y su repercusión en el caribe.
Las zonas de mayor actividad de los piratas coincidían con las de mayor tráfico de mercancías y de personas. Las primeras referencias históricas sobre la piratería datan del siglo V a. C., en la llamada Costa de los piratas, en el Golfo Pérsico, el mar Mediterráneo y el mar de la China Meridional.
Por los mitos sabemos que los griegos clásicos fueron buenos piratas y uno de los más famosos fue Jasón, quien guio a los Argonautas hasta La Cólquida en busca del Vellocino de oro, lo que, aunque no entre en la definición española de piratería, para algunos es, sin ningún género de dudas, un acto de piratería, o sea, personas que vienen por mar para robar. También Ulises u Odiseo, según las traducciones griega o latina, realizó varios actos de piratería en su regreso a Ítaca, como narra Homero en la Odisea.
En muchas zonas de Europa, el estado de guerra continuo entre países había empobrecido a muchas zonas, y creado comarcas con gran miseria en muchos de ellos. Miles de Franceses, Ingleses, Holandeses, se embarcaron huyendo de la pobreza de algunas zonas de Europa hacia América. Y se fueron a los lugares donde se sabía que había oro, plata y riquezas.
Los piratas robaban sobre todo en los barcos y en las colonias Españolas, ya que en esa época era el Imperio más grande y rico por la colonización de América.
Junto con la actividad de los piratas que robaban por su propia cuenta por su afán de lucro, estaban los corsarios, empresarios marineros particulares contratados por el estado mediante patente de corso para atacar y saquear las naves de un país enemigo.
Mientras tanto, un Filibustero (en francés flibustier, en inglés freebooter, en neerlandés vrijbuiter; “que se hace del botín libremente”, era el nombre que recibía aquel pirata que, en el siglo XVII, formaba parte de los grupos que actuaban en el mar de las Antillas. Su característica especial, que lo diferenciaba de otros piratas, era que no se alejaban de la costa, la bordeaban y saqueaban las localidades costeras.
Y un bucanero (nombre de la cerveza cubana más famosa) era un habitante de la parte occidental de la isla de La Española, actual Haití y República Dominicana, que se dedicaba a cazar vacas y cerdos salvajes para bucanear, es decir, ahumar la carne y venderla a los navíos que navegaban por las aguas del mar Caribe. Muchos de ellos se establecieron en la Tortuga sumándose a los filibusteros, para dedicarse a la piratería, sobre todo contra los españoles. En verdad el tipo que está en la etiqueta de la cerveza no parece dedicarse a la caza y la cocina, sino que es un típico pirata.
La Ruta de las Indias Occidentales que seguían las embarcaciones españolas, cruzaba el océano Atlántico rumbo a Cuba. De estas islas partían rutas hacia el continente: a Veracruz, Portobelo, Maracaibo, La Guaira, y Cartagena de Indias.
De ahi que estas ciudades tuvieron que ser protegidas de los ataques de los piratas al igual que las naves.
La piratería era la forma mas rápida de enriquecerse, robando el oro y las riquezas a otros. Abordando los barcos y más tarde incluso ciudades. De los barcos capturados aprovechaban todo, vendían las mercancías, el barco e incluso a los pasajeros como esclavos, si no podían conseguir un rescate por ellos.
Debido a la amenaza y el peligro constante de saqueos por piratas y corsarios que abundaban en las aguas del Caribe, fue necesario iniciar la construcción de obras defensivas en las ciudades. España creó un sistema de fortalezas y ciudades amuralladas.
FORTALEZA DE LOS TRES REYES DEL MORRO DE LA HABANA.
Fortalezas en La Habana.
La Habana fue la más importante base militar española en el Caribe, gracias a su valor geoestratégico. El desarrollo de la ciudad fortificada puede ser percibido como síntesis de los modelos de defensa que interactuaron con el sistema urbano y los intereses coloniales. En La Habana están representados todos lo períodos de desarrollo de la fortificación española en América (1538-1898) y de ella se hicieron extensibles al resto de las colonias españolas.
En 1540 fue construida La Fuerza (La Fuerza Vieja) la primera fortaleza cubana, que fue destruida quince años después por el pirata Jacques de Sores. Sobre sus ruinas se inició la obra del Castillo de la Real Fuerza que concluyo en 1577.
En 1589 arribaron al país los ingenieros militares Juan Bautista Antonelli y Cristóbal de Rodas enviados por la corona con el objetivo de comenzar un sistema de fortificaciones más efectivo para proteger los tesoros ultramarinos. Así comenzó la construcción de la fortaleza de los Tres Reyes del Morro en la entrada del canal del puerto y frente a ella del otro lado de dicho canal, la fortaleza de San Salvador de la Punta.
Estas dos fortificaciones junto al Castillo de la Fuerza formaron el primer triangulo defensivo de la ciudad, es por ello que las tres aparecen representadas en el escudo de la ciudad. En 1647 se creó una pequeña fortaleza en la Chorrera y en 1665 el Torreón de San Lázaro, ambos en las afueras de la ciudad y en 1649 el Torreón de Cojímar en la desembocadura del río de igual nombre a 7 kilómetros de la entrada de la bahía, hacia el este de la misma.
Estas fortalezas detuvieron los ataques piratas pero no la invasión inglesa a La Habana.
A partir de 1763 finalizada la dominación inglesa, La Habana comenzó a fortificarse por segunda vez: se mejoraron las fortificaciones ya existentes se construyeron otras, como la Fortaleza de San Carlos de la Cabaña, el Castillo Santo Domingo de Atarés y el Castillo del Príncipe.
EN LA GIGANTESCA FORTALEZA DE SAN CARLOS DE LA CABAÑA.
La Fortaleza San Carlos de la Cabaña
Después de 1763, al finalizar la dominación inglesa, el rey Carlos III ordenó construir una fortaleza a lo largo de la orilla este del canal de entrada de la bahía, sin escatimar recursos. La posesión de la loma de La Cabaña por las tropas británicas, durante el ataque inglés a La Habana, facilitó el ataque al Morro y a la ciudad hasta lograr su rendición.
La construcción de la fortaleza de La Cabaña costó 11 millones de duros, una cifra enorme que ahora es difícil de calcular. Se dice que cuando llegaron desde La Habana la comunicación de que la obra había sido concluída y las facturas que resumían lo que había costado a la Corona, el rey Carlos III se mantuvo unos minutos meditando.
El Rey se volvió hacia uno de sus acompañantes y le pidió que le trajera un catalejo, el mejor que encontrara. “¿Para qué desea Vuestra Majestad un catalejo?”, preguntó el aludido. Carlos III volvió hacia él su cara encendida y respondió con la severidad de un monarca enfadado: “¡Una obra que tanto ha costado debe verse desde Madrid!”. Se dice, aunque no lo recoge la historia, que el soberano añadió una expresión que no dejó lugar a dudas de su molestia: ¡Cojones!
La posición estratégica, su enlace con el Castillo del Morro y la extensión de terreno que ocupa, convirtieron a la Cabaña como la mayor fortaleza de Cuba y la más grande edificación militar construida por España en América.
En la actualidad La Cabaña posee un Museo de Armas y se mantiene noche tras noche la tradicional ceremonia del disparo del Cañonazo de las Nueve, que es admirado por muchos visitantes y es escuchado en gran parte de la Habana.
Esto convirtió a La Habana en una plaza fuertemente protegida. Pero mientras tanto nose descuidó la fortificacion de las otras plazas importantes de España en el nuevo mundo.
Los más importantes enclaves fundados por los españoles que se mantienen en la actualidad o se han desarrollado como ciudades.
-Santo Domingo en República Dominicana, antigua Isla de la Española.
Su fundación data del 5 de agosto de 1496, llevada a cabo por Bartolomé Colón, hermano del Almirante Cristóbal.
-Cuba.
El Adelantado Diego Velázquez, Gobernador de la Isla realizó la campaña de colonización en términos relativamente pacíficos, sí se la compara con las conquistas de México y Perú, y fundó las siguientes ciudades:
Baracoa, fundada el 15 de agosto de 1511 con el nombre de Nuestra Señora de la Asunción de Baracoa.
Bayamo, Trinidad, Sancti Spíritus, Santiago de Cuba, Puerto Príncipe (hoy Camagüey) y La Habana (San Cristóbal de La Habana) que, aunque se considera su ubicación definitiva el 16 de noviembre de 1519, se fundó inicialmente en 1515.
LA HABANA COLONIAL.
-Veracruz representa ni más ni menos que la primera villa de toda la América continental. Fue fundada por el mismísimo Hernán Cortés el 22 de abril de 1519, bajo el nombre de Villa Rica de la Vera Cruz.
-Ciudad de Panamá: Fundada el 15 de agosto de 1519 por el Gobernador de Castilla del Oro, Pedrarias Dávila,
-San Juan de Puerto Rico: La ciudad fue fundada en 1521 por el primer Gobernador de la isla Juan Ponce de León
-Granada, Nicaragua.
Fundada en 1524 por el conquistador español Francisco Hernández de Córdoba, convirtiéndose tras Veracruz en una de las primeras ciudades fundadas en la América continental.
-San Salvador, El Salvador, se fundó por el conquistador Gonzalo de Alvarado en una fecha cercana a la primavera de 1525.
– Cartagena de Indias: Ésta importante ciudad colombiana fue fundada a orillas del Mar Caribe el 1 de junio de 1533.
-San Agustín, Florida. Fundada por Pedro Menéndez de Avilés en septiembre de 1565.
Todas estas ciudades de una forma u otra fueron asediados por corsarios y piratas, por lo que todas cuentan con impresionantes fortalezas, como son El Castillo de San Marcos y el Fuerte Matanzas, en San Agustín; la Fortaleza de Despeñaperros, el Castillo de la Atalaya y el Castillo de los Moros en Cartagena; Fuerte de Santiago de la Gloria y San Jerónimo, ambas en Portobelo, Panamá; la Fortaleza , Castillo de San Felipe del Morro, fuerte San Cristóbal y Fortín de San Gerónimo en Puerto Rico; Fortaleza de Nuestra Señora de los Angeles de Jagua en Cienfuegos, Cuba; Castillo de San Pedro de la Roca en Santiago de Cuba; Fortalezas de San Felipe, Santo Tomás y Ozama en República Dominicana; el Castillo de San Benito, La Fuerza, San Román y San Francisco en Campeche,; Fuerte San Felipe y Fuerte de San Juan en Louisiana, Estados Unidos; Presidio La Bahía en Texas; el fuerte de San Carlos de Austria en Pensacola destruido en la guerra con los franceses en 1719 y por supuesto la que más nos interesa ahora: la Fortaleza de San Juan de Ulúa.
La Fortaleza de San Juan de Ulúa.
La fortaleza tiene una historia impresionante. En ese lugar fundó cortés a Veracruz y fue de las primeras en construirse en el nuevo mundo.
Después sería testigo de hechos destacados en la historia. Ya consumada la independencia mexicana del dominio de España en 1821, la fortaleza e isla se convirtieron en el último baluarte de la metrópoli por recuperar su antiguo dominio. Durante este mismo siglo, en este lugar se defendió la soberanía de la nación mexicana y también se le dio otros usos diferentes al de su función original. Fue ocupada por el ejército francés en la Guerra de los pasteles en el año de 1838 y por las tropas estadounidenses durante la Invasión estadounidense llevada a cabo hacia 1847.
Después fue transformada en prisión para políticos. San Juan de Ulúa también fue sede del poder ejecutivo federal en 1915, cuando el entonces presidente, Venustiano Carranza, decide utilizar el edificio como sede de su gobierno durante algunos días.
Durante su época como prisión, San Juan de Ulúa se convirtió en uno de los lugares más temidos de su época en el país. Si bien ya se utilizaban algunas de sus instalaciones como penitenciaría en la época colonial, no fue sino hasta la segunda mitad del siglo XIX cuando se destinó el inmueble a este uso.
Diversos personajes de la historia de México estuvieron en sus celdas, entre los que se puede nombrar a Fray Servando Teresa de Mier, Venustiano Carranza y a Benito Juárez. El personaje más famoso que estuvo aquí fue Jesús Arriaga, popularmente conocido como Chucho el Roto, muy famoso durante el gobierno de Porfirio Díaz, sobre todo porque logró escapar más de una vez de sus muros.
Otra famosa leyenda que se dice se suscitó en las celdas de la fortaleza fue la de La Mulata de Córdoba, quien, según la conseja, para escapar de la Inquisición pintó en los muros de su celda un barco que zarpaba hacia el horizonte, en el cual escapó.
La fortaleza ha sido centro de filmación de importantes películas, tales como Romancing the Stone con Michael Douglas y Danny DeVito que se filmó en Jalcomulco y en San Juan de Ulúa y Antes que anochezca con Javier Bardem en dicha fortaleza. Pero la belleza de Veracruz como ciudad y estado ha hecho que notables filmes se hayan rodado alli, como fueron Apocalypto de Mel Gibson fue filmada en Paso de ovejas y Catamaco y la cascada del Salto de Eyipantla, lugares de extraordinaria hermosura; Daño Colateral por Arnold Schartznegger en Coatepec; Romeo y Julieta con Leonardo DiCarpio en las playas de Veracruz y Boca del Río; Danzón de Maria Novaro en el malecón y el puerto de Veracruz; Carga maldita con Roy Scheider filmada en el puerto de Veracruz; El barco de los locos de Stanley Kramer con Vivien Leight igualmente en el puerto; El coronel no tiene quien le escriba con Salma Hayek filmada en Chalcatianguis; El curandero de la selva con Sean Connery filmada en Catemaco: Peligro inminente con Harrison Ford en Coatepec; Santitos de Alejandro Springall en Tlacotalpan y otras que harían interminable la cita.
Y no me olvido de otras de la época de oro del cine mexicano como fueron La fierecilla del puerto con Irma Dorantes y Redes de Fred Zinneman, filmada en Papaloapan y Tacotalpan, así como Por tí aprendí a querer, con Lilia del Valle y La sombra del ciprés es alargada, de Luis Alcoriza. Y por supuesto la participación de María Félix en el filme María Eugenia, filmado en la playa de Mocambo.
Ya vimos que instaurada por Hernán Cortés, Veracruz fue la primera ciudad fundada por europeos en toda América continental. Durante siglos la importancia de Veracruz, desde 1519, es que era casi la única salida de Nueva España. Más que un poblamiento es un punto estratégico y técnico de la unión del virreinato con la metrópoli.
Este puerto natural en la planicie costera de sotavento del Golfo de México, no tuvo nunca muy buenas condiciones de atraque y desembarco, pero sí estaba relativamente bien resguardado de posibles ataques por sorpresa. Desde 1554 parten de su puerto dos navíos de convoy hacia La Habana y desde 1564 una flota anual lleva las mercancías hasta la capital de Cuba, La Habana, y recibe los convoyes provenientes de Sevilla.
Rápidamente Vera Cruz se convierte en el puerto más importante de México y el único en una amplia zona de la costa mexicana de más 650 kilómetros. Vera Cruz tiene entre 1540 y 1650 el 85 por 100 del volumen de comercio exterior de América y el 95 por 100 de su valor, lo que prueba la importancia de su auge colonial.
Durante algunos años, los primeros de la conquista, Santo Domingo es el centro vital del descubrimiento y colonización española. Allí se levantan por primera vez en América, escuelas, conventos, universidad y Audiencia. Pero el apogeo de Santo Domingo sólo dura tres lustros. En el segundo cuarto de siglo, el centro de la colonización se desplaza a Cuba y la despoblación y abandono general se agravan con el desbastecimiento de las poblaciones del occidente de la isla: Bayajá, Montecristi y Puerto Plata.
Habían tierras mucho más ricas: la Nueva España; y una base operaciones insuperable: Cuba
BALUARTE DE SANTIAGO EN VERACRUZ, RESTOS DE LA MURALLA.
Ciudades amuralladas.
La importancia de La Habana y Veracruz, hizo que además de las fortificaciones, se estableciera una muralla poderosa para evitar ataques y saqueos. Después esta práctica se extendió a Cartagena de Indias y Campeche, ciudades que aún mantienen sus murallas.
La muralla que circundaba la ciudad de Veracruz se comenzó a construir el 17 de mayo de 1683 a la misma vez que nueve baluartes que la resguardaban. Todos éstos tenían nombres religiosos y solo sobrevive el Baluarte de Santiago. Atalayas, fortines, baterías de cañones y otras construcciones están en ruinas.
Hasta hace poco más de 100 años Veracruz estaba circundada por estos muros para protegerla de los ataques y las invasiones de los piratas.
Sin embargo afuera de la muralla también había vida. En su exterior, en los arrabales hacia el sur, vivían indios, esclavos negros y en general quienes hacían labores de servidumbre (arrieros, carretoneros), al igual que otros cuya presencia no era bienvenida dentro de la ciudad amurallada.
En el siglo XIX la ciudad de Veracruz tenía ya un intenso movimiento político, comercial y social, que amenazaba desbordar sus propios límites pétreos. La guerra de Independencia causaba un entrar y salir de personas desde y hacia el extranjero y el Altiplano. En consecuencia crecía el movimiento portuario y terrestre.
La construcción del ferrocarril, que tomó muchos años, impuso la necesidad de abrir la ciudad.
Además la zona extramuros ya tenía muchos habitantes con los cuales requerían tener contacto los habitantes de la ciudad amurallada, y cada vez había más actividad en el exterior. Por ello se decidió la demolición de la muralla en julio de 1880.
Al igual que su construcción, derribarla fue un proceso lento, pero las autoridades ofrecieron a la población en general contribuir en esa tarea a cambio de regalarle trozos de mampostería que les sirvieran para construir sus viviendas, a lo cual accedieron las familias, ya que en la zona no era fácil encontrar piedras.
RESTOS DE LA MURALLA DE LA HABANA.
A diferencia de Veracruz, La Habana, que demolió su muralla mucho antes, a partir de 1863, sí conserva costumbres tales como el cañonazo de las 9 de la noche (se tiraba uno a las 9 de la mañana para anunciar la apertura de sus puertas y otro para avisar su cierre).
Como dato curioso la muralla de La Habana tenía una extensión de 4892 metros y la de Veracruz 2653 metros, casi la mitad. Pero ambas cumplieron su cometido.
Leyes de Reforma de Juárez.
Benito Pablo Juárez García, quizás el mejor presidente que ha tenido México (me muero de la risa cuando el incapaz, inculto y corrupto Vicente Fox se comparó con él, y todavía llama anormal a Trump, cuando el es de la misma especie). Es célebre su frase: “Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”.
En 1853 al llegar por undécima vez a la silla presidencial Antonio López de Santa Anna, cobró venganza a Juárez por haberle impedido ingresar al estado. Tal como Juárez se lo había advertido a su esposa, un día mientras impartía cátedra llegaron por él unos militares para apresarlo. Solicitó cinco minutos para terminar su cátedra e incluso le fue concedido pasar a su casa a despedirse de Margarita pensando en un posible fusilamiento. Lo encerraron en las mazmorras de San Juan de Ulúa. Al poco tiempo lo trasladaron a Veracruz, donde lo embarcaron en nave de bandera española rumbo al destierro en Cuba, en donde trabajó en una fábrica de puros. (Menos mal que hubo un exiliado mexicano en Cuba que tuviera valores, porque reiteradamente iban a buscar asilo allá todos los dictadorzuelos que han asolado a este país).
Tiempo después Juárez se trasladó a Nueva Orleans, donde buscó el apoyo de las logias masónicas locales. Juárez conoció ahí a Melchor Ocampo y otros exiliados que habían sido desterrados o simplemente eran perseguidos políticos del dictador. Todos ellos se reunían en esa ciudad en secreto para planear un golpe de estado en contra de Santa Anna.
EL BENEMERITO DE LAS AMERICAS, BENITO JUAREZ.
Una vez en México, en 1857 expidió la Ley Juárez, oficialmente conocida como Ley sobre administración de justicia y orgánica de los tribunales de la Nación, del Distrito y Territorios. Esta ley coartaba los derechos de militares y eclesiásticos, como suprimir los tribunales “especiales” que tenían ambos organismos. Más no fue una solución completa como la que firmaron posteriormente Ignacio Comonfort y Sebastián Lerdo de Tejada en la que se separaba la Iglesia del Estado.
En 1855, durante el gobierno de Ignacio Comonfort, fue primero gobernador de Oaxaca, para después ser nombrado ministro de Gobernación y presidente de la Suprema Corte de Justicia. En diciembre de ese mismo año, durante el golpe de estado ocasionado por conflictos entre conservadores que apoyaban a la iglesia y liberales que habían apoyado la separación Iglesia-Estado, Juárez fue apresado por las fuerzas del propio Comonfort.
En 1858, Benito Juárez se convirtió en presidente de la República por primera vez tras el autogolpe de estado de Ignacio Comonfort quien decidió aliarse al Plan de Tacubaya y dimitió convirtiéndose de acuerdo a la Constitución en presidente al ser Ministro de Justicia. Félix María Zuloaga, quien estaba apoyado por el ejército y el clero, clases afectadas por las leyes promulgadas durante el mandato de Comonfort, basadas en la Ley Juárez, fue declarado también presidente por los conservadores. Juárez mantuvo un gobierno itinerante entre los distintos estados, perseguido por el ejército federal y con ínfimos recursos. Su gobierno formó inicialmente una milicia de unos cuantos cientos de hombres, entre los que se encontraban muchos de sus amigos exiliados de Nueva Orleans, como Melchor Ocampo. Nunca olvido esa magnífica serie de Televisión llamada “El carruaje” con la destacada actuación de Jose Carlos Ruiz y que recrea el ambiente político de 1867 y la lucha contra la segunda intervención francesa.
Juárez tuvo que huir a Guanajuato, donde fue nombrado presidente oficialmente y trató de organizar su gobierno, integrando en su gabinete en Relaciones y Guerra a Melchor Ocampo, en Justicia a Manuel Ruiz, en Hacienda a Guillermo Prieto, Fomento a León Guzmán, como jefe del ejército a Anastasio Parrodi y poco después nombró a Santos Degollado como ministro de gobernación. Ahí desde Guanajuato, el presidente interino Juárez envió su primer manifiesto a la nación el 19 de enero de 1858 en la cual convocaba al pueblo mexicano a unirse a su causa la cual consideraba justa y emanada de la voluntad del pueblo. Finalmente obligado por las circunstancias de la guerra salió con dirección a Guadalajara, donde hubo un intento de fusilarlo, por lo que fue a Panamá y después regresó a Veracruz, donde el gobierno de Manuel Gutiérrez Zamora le era afín junto con el general Ignacio de la Llave. Al llegar al puerto de Veracruz ya lo esperaban su esposa e hijos en el muelle, junto con gran parte de la población, que ese día se desbordó al malecón para recibirlo.
El 12 de julio de 1859 Benito Juárez decreta la primera de las normas de reforma: la Ley de Nacionalización de los Bienes Eclesiásticos, que impidió a la Iglesia tener propiedades en México. También se promulgaron otras leyes de reforma, el 6 de septiembre de 1860 proclamó Guanajuato las Leyes de Reforma, cuyo propósito principal era separar a la Iglesia del Estado y consolidar la Independencia de México.
No se puede hablar de Veracruz y dejar al menos de mencionar a este gran patriota.
Los habitantes de la vasta extensión territorial de Veracruz han utilizado de manera importante los productos del mar para componer su dieta, aunque la tierra puso lo suyo para completar su dieta. Los conquistadores trajeron nuevos condimentos, sabores y formas de preparar la comida y de ahí surgió una cocina criolla, con un carácter bien definido.
Son famosas las especialidades elaboradas con mariscos o pescados, como el famoso Pescado a la Veracruzana y la gran variedad de mezclas llamadas “cocteles”, como los de camarón, jaiba, ostión y pulpo, así como el arroz a la tumbada y muchos otros platos como enumero a continuación:
el Huachinango o pescado a la veracruzana, Pulpos, Calamares, Camarones, Pambazos jalapeños, Jaibas en chilpachole, Ostiones en su concha, Mojarras al mojo de ajo, Pato a la veracruzana, Chileatole, Sopa de mariscos, Picadas veracruzanas, Mole de Xico, Tlatonile, Chipotles adobados, Chiles jalapeños en escabeche, Pulpos a la veracruzana, Pámpano empapelado, Chucumite a la veracruzana, Calamares rellenos en su tinta, Salpicón de mariscos, Langostinos verdes y rojos, Tamal ranchero, Gorditas blancas y negras, Tamales de libro, Estofado de pollo, Pierna horneada, Tlatonile, Tamal de cazuela, Molotas, Caldo largo de pescado, Mondongo a la veracruzana, Ceviche.
Sin duda en alguno de ellos esta la influencia caribeña, sobre todo cubana, como pude comprobar, ya que desde que me fui de mi país no probaba una champola de guanábana, ni el llamado Arroz a la Veracruzana que no es más que arroz blanco con frijoles negros al estilo cubano (no aplastados como se comen en todo México sino con cierto caldo espeso, tipo potaje) acompañados de dos huevos fritos y plátanos maduros fritos, así como algo que no veías desde muchacho: los discos voladores.
En Cuba, un disco volador no tiene nada que ver con extraterrestres u objetos voladores no identificados.
Los discos voladores son pequeños sándwiches redondos y tostados, hechos en un tostador de discos voladores (Flying Saucer Sandwich Press) tostándolos en el fogón.
Los más populares siempre han sido de queso, los de guayaba y queso crema, aunque se hacían de jamón, y prácticamente de cualquier cosa. Los discos voladores son un recuerdo de mi adolescencia por lo que para nosotros fue un gran acontecimiento encontrarlo en Veracruz.
Los discos voladores no son una invención cubana, la tostadora de discos voladores original es llamada Toas-Tite y comenzó a fabricarse en la década de 1940 por la compañía Bar-B-Buns en Cincinati, Ohio, USA.
La primera patente de una tostadora de sandwich redonda fue solicitada por John E. Strietelmeier, en el año 1945, llamándola Sandwich Grill. Los discos voladores fueron muy populares en los Estados Unidos en la década de los años 1950 posiblemente por haber sido la era de las películas de Holywood con temas de ciencia-ficción y extraterrestres, influyendo notablemente “El día que paralizaron la tierra” de 1951.
El puerto de Veracruz es de las regiones culinarias más “españolas” de todo el país y ello no es casualidad; el puerto jarocho fue la principal entrada de España hacia México durante más de cuatro siglos, hasta que empezó a predominar la comunicación aérea. Nos dimos gusto comiendo comida española como paella, empanadas gallegas, chistorra, etc.
Y también encontramos allí alguno que para el cubano es una especie de ícono: malanga y yuca, que aunque en el puerto no es muy consumido en otros lugares del estado sí. Tristemente nos enteramos el día que nos íbamos de Veracruz, con nuestro pequeño cargamento de malanga, que los fines de semana había descendientes de cubanos que asaban puerco en púa al estilo cubano y hacían tostones y congrí. Nos lo perdimos.
El café para el cubano es como una catedral y el café con leche otro tanto. Por eso nos encantó ver el gusto tremendo y afición por el café lechero, que no es más que un hirviente café fuerte con leche, de sabor exquisito.
El Gran Café de la Parroquia, fundado en 1808 es seguramente el Café con más historia en todo México.
Al finalizar el siglo XIX el esplañol Rafael Menendez, también propietario del Hotel Diligencias, adquiere el Café de la Parroquia, introduciéndo las cafeteras italianas y modernizándolo. Se introducen monedas y billetes de diferentes denominaciones con el nombre del Café de la Parroquia, el cual podía ser utilizado para pagar en cualquier establecimiento de la ciudad.
Actualmente es la segunda empresa familiar más antigua de México y cuenta con 12 sucursales.
Se dice que fue a finales del siglo XIX también cuando los conductores de tranvías durante su recorrido al pasar frente al negocio hacían sonar la campana del vehículo, para que el mesero preparara al tranviario su café lechero. Actualmente permanece la costumbre de llamar al lechero a través del sonido de la cuchara en el grueso vaso de vidrio en que se sirve el café lechero.
Otros establecimientos, también famosos como El Gran Café del Portal, se atribuyen la paternidad del famoso café lechero, en ambos lugares me pareció exquisito y en ambos está presente la maestría para servirlo desde bien arriba y llenar el vaso hasta donde parece se va a derramar y no ocurre.
El café de esta zona es de un sabor incomparable y aromático, no por nada presume de ser exportado a muchos países. Y ya que hablamos de café, no podemos dejar de mencionar que pocos lugares en el mundo son tan representativos de una ciudad y un Estado como el famoso Gran Café de la Parroquia en el Puerto de Veracruz.
EL FAMOSO (Y DELICIOSO) CAFE LECHERO.
Clima igual que el de Cuba.
El clima de Veracruz varía drásticamente. Cuenta con zonas cálidas húmedas y durante todo año los picos de sus montañas están nevados. Sin embargo, la mayoría del territorio se encuentra en la zona tropical, de manera que durante el verano su clima es cálido húmedo y su temperatura anual promedio es de 25°C.
Pero si nos vamos a Veracruz como tal, o sea, el puerto entonces llegamos a la conclusión de que el clima de Veracruz es muy parecido al de La Habana, sobre todo por la brisa marina, preguntamos acerca del frío y hubo una gran coincidencia con Cuba: un frente frío producía una baja de la temperatura y sobre todo mucho viento que era lo más molesto y hacía que la sensación térmica fuera inferior a la del propio frente, y había una gran diferencia que no existe en Cuba: las cumbres nevadas del Pico de Orizaba, el volcán Popocatépetl, el volcán Iztaccíhuatl, el pico Teyotl y el volcán La Malinche, entre otros, llevan viento helado a Veracruz y ahí si viene el frío.
Son muchos los ríos que atraviesan el estado, ya que de hecho el 35.0% de los ríos mexicanos corren a través de Veracruz. El Río Pánuco surge en el Valle de México y fluye hacia el este atravesando Veracruz desembocando en el Golfo de México, en Tampico. Otros ríos importantes son el Coatzacoalcos, el Tuxpan y el Papaloapan.
Veracruz ocupa el tercer lugar en el país en cuanto a población. Cuenta con 7.0 millones de habitantes, esto quiere decir que el 7.2% de la población total del país está ubicada en este estado y si lo comparamos con Cuba es mas del 60 por ciento de su población.
BOCA DEL RIO.
Y hay que hablar también de sus playas.
Las playas de Veracruz no son como las de Cuba, se lo atribuyo a la arena, que es oscura y no permite que veamos el fondo de la playa, pero en cuanto a temperatura son tan cálidas como las de Cuba. Hay que destacar la zona de Boca del Río, que con impresionantes construcciones y una hemorragia de restaurantes, está a la altura de cualquier centro turístico de playa en México. Vale la pena conocerlo.
Y al final me pareció varias veces que estaba en La Habana. El calorcito y sobre todo, la fresca brisa marina así me lo recordaron. No se por qué me sentí de nuevo en La Habana de 1958 y al pasar frente a una librería bien surtida, me pareció que entraba nuevamente a “La Bibliteca” y compraba nuevamente por 99 centavos de dólar o peso cubano el magnífico LP de Nat “King” Cole Love is the thing, y adquiría por 25 centavos un ejemplar de uno de mis libros preferidos: Sinuhé el egipcio de Mika Waltari, The year the Yankees lost the Pennat de Douglass Wallop, Nuestra isla virgen de Robb White, Tiempo de amar y tiempo de morir de Erich María Remarque, La isla de los 30 sepulcros de Maurice Leblanc, Las noches blancas de Fiodor Dostoievski, Crónicas marcianas de Ray Bradbury, La Odisea de Homero o una de las tantas National Geographic.
Por supuesto la librería no se parecía en nada a “La Biblioteca” que era en los años 50 un local pequeño y atestado de libros, revistas y discos, fundamentalmente de ejemplares de uso. Pero la comparación me vino quizás por el calor agradable, el olor del mar cercano y la similitud final de Veracruz con La Habana.
Dos personajes muy ligados a Veracruz. Agustín Lara y Toña la Negra.
Ángel Agustín María Carlos Fausto Mariano Alfonso del Sagrado Corazón de Jesús Lara y Aguirre del Pino, (¡que nombrecito!) conocido como Agustín Lara, ue un compositor e intérprete mexicano de canciones y boleros. Se le reconoce como uno de los más populares de su época y de su género y es conocido en el mundo entero así como sus composiciones gozan de gran respeto.
Dicen sus amigos que era un gran mentiroso, así que se afirma que nació en la capital pero él dice que nació en Tlacotalpan, Veracruz, el 30 de octubre de 1897 donde si se puede afirmar que se crió.
No es objeto de nuestro artículo, además de que merece uno sólo para él y aún quedarían miles de cosas que decir de su prolífica vida, pero lo importante es que él se sentía jarocho y en cualquier parte de esta ciudad se le venera como hijo predilecto.
Agustín Lara dotó a la canción romántica de una sensibilidad acorde con el medio urbano de los años treinta, cuarenta y cincuenta y una cita importante es que en la habitación 121 del Hotel Diligencias, antigua No.85, compuso su famosa canción Veracruz. La habitación se conserva en su memoria como cuando estuvo en ella.
El otro personaje es María Antonia del Carmen Peregrino Álvarez, cantante mexicana de boleros y de canciones de Agustín Lara, más conocida por Toña la Negra. Sus grabaciones constituyen uno de los más preciosos legados musicales en la historia del bolero y particularmente en Cuba ambos son muy admirados.
En verdad Veracruz puede enorgullecerse de ambos.
NO ES UN ERROR, EN GRANDES LIGAS LO CONOCIAN COMO BOBBY AVILA, DIFICIL PARA ELLOS PRONUNCIAR BETO.
Igual ocurre con Beto Avila, segunda base de Indios de Clevelan donde se hizo famoso y es considerado el mejor jugador mexicano de béisbol de todos los tiempos. El Estadio Beto Avila en Boca del Río es un homenaje a su memoria y es la sede del equipo de los Rojos del Águila de Veracruz que también me trajo nostalgia pues donde vivo no se practica ese deporte, mucho más entretenido que el fútbol, que se me hace tedioso.
La música en Veracruz.
Y ya que hablamos de Agustín Lara y de Toña la Negra, es obligado hablar de la música en Veracruz.
El Son Jarocho es la expresión musical propia de la cultura jarocha. Aunque se acepta comúnmente que el son jarocho tienen un origen campesino, su fuente corresponde, básicamente, a las ciudades y en particular a la ciudad de Veracruz.
A mediados y finales del siglo XVIII y todo el XIX la ciudad más importante del Estado ya era, precisamente, Veracruz, y en ella confluían todas las manifestaciones artísticas.En el son jarocho, como en casi ninguna otra forma musical de México se conjuntan las tres raíces étnicas: la india por las líricas, la negra por los ritmos y la europea por los instrumentos y armonías. Una especie de plaza de las tres culturas, pero en lo musical.
Hay sones jarochos del siglo XIX que se han popularizado por todo el mundo como son: La bamba, El colás, El siquisirí, El Balajú, El aguanieve, El buscapiés, El jarabe loco, El zapateado, El toro zacamandú, Chuchumbé, La petenera, La llorona, La guacamaya, La iguana, La bruja, El palomo y la paloma, entre otros, los cuales siguen interpretándose con mucho éxito como El Cascabel y el querreque.
Pero son muy populares los bailes tropicales de origen afrocaribeño, llegando a arraigarse al grado de ser ya tradicional y típico el danzón.
INCREBIBLEMENTE EL DANZON ESTA MAS VIVO QUE EN CUBA.
El danzón es un ritmo y un baile de origen cubano creado por el compositor matancero Miguel Faílde (1852-1921) en el año 1879 y engendrado por otro género cubano llamado danza, una variación de la contradanza. Este baile típicamente cubano, llegó a ser el arquetipo de la música popular con su ritmo característico y desde principios del siglo XX ha tenido gran arraigo en México, considerándose también parte de la cultura popular del país. En Cuba se interpreta mayormente con charangas, o sea, agrupaciones con flauta, violines, piano y percusión cubana y en México con mayoría de instrumentos de viento.
“Veracruz es canciones y es gozo, es fandango, huapango y danzón; Veracruz es lugar prodigioso, es jarana, es arpa y es son.”
Esta cita es parte de la letra del himno de Veracruz, tan importante es el danzón en estas tierras.
A nuestra llegada a Veracruz, al mencionado Hotel Diligencias, contiguo al zócalo, un domingo por la tarde pudimos observar una orquesta y los bailadores danzoneando. Una buena parte, sobre todo los mayores, lo bailan exquisitamente, otros más jóvenes, ya no tan tradicionalmente. Pero los buenos saben que el danzón se baila en un sólo ladrillito.
TAN, QUIEN FUERA REY DEL CARNAVAL, ERA DESCENDIENTE DE CUBANOS.
También existe el Carnaval de Veracruz, que se realiza en la Ciudad y Puerto de Veracruz, México. Es uno de los carnavales más reconocidos de México y el mundo. Característico por su gran tradición y alegría, es considerado “El más Alegre del Mundo” y por lo que pude ver de él en fotos y documentales, se parece mucho a los carnavales de la Habana antes de la revolución. De los de ahora no quiero ni hablar porque en Cuba los carnavales se han convertido en trifulcas callejeras.
En un restaurante típico, donde degustamos un exquisito pargo a la veracruzana y una sopa de camarones, y un coctel de camarones como lo hacemos en Cuba, nos dio gusto saber que su dueño original, descendiente de cubanos, fue en más de una ocasión el Rey del Carnaval. De casta le viene al galgo.
Y ya que hablamos de jarochos, vamos a conocer el origen de este gentilicio.
Se conoce como jarocho a la persona natural de la ciudad de Veracruz (México)
Existen diferentes versiones del nacimiento de la palabra jarocho, una dice que jarocho viene de jara, en el sentido de saeta, flecha o lanza, llamándose antiguamente “jarocha” a la vara o garrocha con que los arrieros puyaban a los animales, y jarochos a los que usaban este instrumento al igual que se le llamaban a los milicianos negros integrados en los cuerpos o compañías de lanceros que custodiaban las costas.
Jarpocho se aplicó después a todas las personas de rasgos negroides y finalmente sirvió para designar a los habitantes de la costa.Otra versión dice que “Jarocho” proviene de los indígenas en la cuenca del Papaloapan (un caudaloso río), los que pescaban con ‘Jaras’ para lo cual contaban con una gran habilidad.
Veracruz era una ciudad un tanto inhóspita por sus condiciones físicas, rodeada de dunas, sometida a fuertes vientos o nortes desde octubre hasta mayo, lluvias torrenciales, temperaturas muy altas en verano, poca disponibilidad de agua potable y pocos recursos naturales para construir viviendas. Sin embargo sus habitantes extramuros, quienes por añadidura enfrentaban restricciones sociales derivadas de su origen racial, su posición en la pirámide económica, sin derechos ciudadanos ni políticos, nunca perdieron su espíritu combativo y entusiasta.
De hecho la población afromestiza impuso su carácter festivo, bullanguero y musical, y al demolerse la muralla entró en mayor contacto con el resto de la población, a la que tarde o temprano contagió con su
carácter. Esa es una de las causas de la difusión del término jarocho.
El Veracruz moderno.
La modernidad hizo surgir oficios como los del ferrocarrilero, maquinista, fogonero, estibador en los muelles, operador de grúas, músicos, electricistas y otros.
Así se formó el carácter del veracruzano, que a la postre participó en carnavales y adaptó a su personalidad los ritmos procedentes del Caribe, sobre todo de Cuba por la relación entre ambos puntos.
La belleza natural del puerto es complementada por una excelente infraestructura turística y hotelera al alcance de cualquier presupuesto, sus servicios de primera calidad aseguran la posibilidad de una agradable y segura estancia, eso se los aseguro.
Durante la presidencia de Porfirio Díaz el desarrollo del puerto de Veracruz fue motor económico del país, a 100 años de distancia, el mismo recinto se prepara para crecer un 300 por ciento, convirtiéndose además en uno de los complejos portuarios más importantes de Latinoamérica y dar respuesto a la llegada de barcos de nueva generación y mantener su competencia con otros complejos internacionales, como es la ampliación del Canal de Panamá.
Veracruz recibe anualmente unos 7 millones de turistas, van a tener que sumar uno más en esa lista.
1 Comentario
Andres Rodriguez
March 13, 2017 at 4:04 ampreparo un libro que puede refleja r a Veracruz colonial , Favor email me