Los elefantes y los cubanos

Los elefantes y los cubanos

Una dolencia médica me ha hecho ir asiduamente a tres especialistas distintos, pero todos relacionados con mi enfermedad. Uno es tailandés, el otro un hijo de hindúes nacido en Estados Unidos y la tercera una hindú que hizo su carrera en Estados Unidos y es toda una institución en oncología, tal es así que una parte del Hospital Jackson se honra con su apellido.

Pues en los tres casos, que además, aparte de ser muy profesionales, son cordiales y atentos, tienen en sus oficinas, una gran cantidad de elefantes de distintos tipos, diseños y colores.

Indagué con la doctora, haciéndole saber que en Cuba es muy común, casi universal, tener figuras de elefantes en las casas y que suponía, aunque sabía que en Asia, en particular en la India el elefante es un animal adorado, junto con la vaca, que esa costumbre había llegado de alguna forma a nosotros desde ese continente (aclarándole que a la vaca los cubanos la adoramos de otra manera).

Desde pequeño, uno de los animales que más nos impresiona, principalmente por su tamaño, son los elefantes. Esto se reforzaría después viendo a estos gigantes en zoológicos, en grandes circos, como compañero de Tarzán (el elefante Tantor), en la versión de Walt Disney con el simpático Dumbo, que volaba con las orejas como si fueran alas y hasta con la tétrica historia de cómo Edison, para no perder su antagonismo con Tesla (al cual la historia le ha dado la razón y puesto a Edison en el lugar que siempre debió haber ocupado y no como un genio absoluto) electrocutando al elefante Topsy para demostrar el peligro de la corriente alterna, cosa que algunos defensores del norteamericano niegan y que consideran fue un acto humano para evitar los ataques de ira del paquidermo al cual había que sacrificar de todas formas.

Pero al margen de todas estas historias, los elefantes, imponentes y majestuosos, son considerados animales sabios y pacientes, que además representan la suerte según varias culturas y religiones, donde son venerados y respetados. Por ser dóciles e inteligentes, también han servido para la guerra, para transportar cargas muy pesadas o trabajos en el campo.

Y como todas las cosas del mundo, sean valederas o no, pero que nos traigan al menos un poco de tranquilidad y esperanza, confianza y optimismo, la veneración o el gusto por los elefantes, al menos simbólicamente, se extendió por todo el mundo.

El culto a los elefantes nace en la India

La doctora me dio una explicación de dónde viene el culto a los elefantes, según lo que sus padres le explicaron y conoció de su cultura.

El dios Ganesha, una de las deidades del panteón hindú, tenía cabeza de elefante.

Según la mitología hindú, la madre de Ganesha, la diosa Parvati, era aficionada a quedarse sola en su palacio y que nadie la molestara y para ello encargó a Ganesha que guardara la puerta de su palacio.

En una ocasión el padre de Ganesha, el Dios Shiva, quiso entrar al palacio, mientras que Ganesha trató de impedírselo, porque su mayor fidelidad era hacia su madre. Fue así que Shiva con su espada, le cortó la cabeza a su hijo, la cual fue tan lejos que nunca se encontró.

Parvati escuchó ruidos y fue a ver qué pasaba, descubriendo el cuerpo de su hijo decapitado.


El Dios Shiva, arrepentido del error cometido ordenó a un sirviente le trajera unas cabeza para su hijo, pero éste lo primero que encontró fue un elefante, al cual le cortó la cabeza y se la llevó a Shiva, el cual la colocó en el cuerpo de Ganesha y lo resucitó

Ganesha fue en lo adelante un Dios con cuerpo humano y rostro de elefante. Por ello, y por ser reverenciado por su poder para superar adversidades, ser símbolo de la abundancias y patrón de las letras, las artes y las ciencias, el intelecto y la sabiduría, y sobre todo traer buena suerte se convirtió en uno de los dioses hindúes más populares y adorados.

De este forma lo cuenta la vieja leyenda hindú, y es el origen de la creencia popular, extendida por todo el mundo, de que los elefantes traen buena suerte para el hogar, y como no todos pueden tener un elefante, pues en su forma decorativa, también tiene sus efectos beneficiosos.

China

En China, según varias tradiciones asiáticas, en particular el Feng-Shui avalan la influencia positiva de los elefantes, y que tener figuras decorativas de este animal es altamente beneficiosa. El Feng Shui, de origen Taoístas, siempre anda en busca de la armonía y el equilibrio mediante la energía positiva relacionada con criterios de tipo astrológico y religioso.

Siam

El elefante es un símbolo nacional en Tailandia, considerándose un animal sagrado por estar muy ligados a su historia y sus costumbres. Sin embargo a menudo están sometidos a trabajos forzados después de mucho tiempo de ser cazados por su marfil y para su explotación turística. Alrededor de 6 mil elefantes existen en el país del sudeste asiático y la mitad de ellos estarían domesticados, lo cual se realiza tradicionalmente mediante maltratos. Pero por suerte cada vez son más los santuarios y centros de rescate de elefantes donde viven en condiciones muy parecidas a la libertad y con formas de adiestramiento humanas.

Se cuenta que los reyes de Siam regalaban elefantes blancos a los cortesanos que no fueran de su agrado, porque su manutención era muy costosa e implicaba dar acceso a todo el que quisiera ver a ese tipo de paquidermo, por lo que la carga económica que ello representaba, por lo regular lo llevaba a la pobreza. De ahí la frase que se universalizó de que “tal cosa es un elefante blanco”, implica que es una posesión muy valiosa pero de la cual el propietario no se puede deshacer y cuyos costos de mantenimiento son insoportables.

Es creencia popular que un elefante blanco es el receptor del alma de una persona que ha muerto, por lo que el animal es llevado al rey para que lo conserve para siempre, por lo que no se puede comprar ni vender y es llorado y homenajeado como si fuera un funeral humano.

En el antiguo reino de Siam, el rey montaba siempre sobre un elefante blanco como símbolo de poder, lo que reforzó la creencia de que el Elefante Blanco aporta Fertilidad, Riqueza y Éxito.

En Indochina hay una creencia adicional, de que el alma del elefante muerto puede hacer daño a las personas, por lo que hay que rendirle tributo por todo el pueblo.

Los pobres elefantes africanos

A pesar de su gran número, no he encontrado datos sobre que en África el elefante sea un animal al que se le guarde una consideración particular. Solo he conocido casos como el de la comunidad hindú de la ciudad de Ceuta con una procesión buscando un encuentro entre el dios Ganesh y Jesucristo. El culto al elefante blanco también se encuentra en zonas del occidente de Etiopía.

Según cálculos espeluznantes, los elefantes africanos probablemente se extinguirán a mitad de este siglo. Ello está dado por el aumento de la caza furtiva para el comercio del marfil, calculando que cerca de veinte mil son asesinados anualmente por esta causa.

Su desaparición, importante en cualquier especie, en particular la suya tendrá un impacto negativo en el ecosistemas, ya que es un fertilizador móvil gigante que distribuye todo tipo de nutrientes y que afectarían a varias especies, las cuales dependen de su movilidad y de su diseminación de semillas.

Por eso cada vez que veo a personajes que se las quieren dar de importantes como el ex rey de España, Juan Carlos, vanagloriándose por haber asesinado a un elefante, que ningún daño le causó, me da vergüenza por la raza humana y porque delincuentes como este estén al frente de un Estado. ¿Quién inventó el fusil de matar elefantes?, dijo Roberto Carlos en su canción “El Progreso”, donde hablaba de que quería “ser civilizado como los animales”.

Mitos alrededor de los elefantes

Fue durante la primera mitad del siglo XX que el elefante empezó a tomar relevancia como amuleto y a estar visible en muchos hogares, es decir que se internacionalizó la costumbre que antes fue exclusivamente asiática, sobre todo de la India y sus países vecinos.

Como ya sabrás es método muy utilizado para obtener buena suerte en tu hogar y en tu negocio, que cada vez más se ha extendido en todas las culturas

De ahí que surgieron diversos criterios sobre la efectividad de la influencia de tener elefantes como elementos decorativos en los hogares, que dieron origen a algunas reglas básicas que fueron las más generalizadas:

La forma correcta es con la trompa hacia arriba, porque aporta dinero y abundancia. A su vez la trompa debe apuntar hacia la puerta principal de la vivienda o el negocio. Si se ponen elefantes en grupo, deben ser una elefanta y sus crías, reforzará la relación entre padres e hijos. Si se sitúan en el dormitorio, ellos mantienen la unidad y felicidad de la pareja.

Normalmente en los paises asiaticos los elefantes son de mucho colorido o tallados en marfil, pero en China por el contrario son de color dorado y tienen las trompas hacia abajo.

Los elefantes: una superstición cubana.

Si algo vemos viendo desde pequeños, es que en todas las casas existía al menos un elefante y en muchos casos toda una familia de adornos de estos animales, como sinónimo de buena suerte. Junto con el retrato del Sagrado Corazón de Jesús, la imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre y otros íconos, según la creencia particular, los elefantes han acompañado a casi todas las familias cubanas.

Pero contrario a las culturas asiáticas, en Cuba el elefante debe darle la espalda a la puerta, deben ser preferiblemente en número impar, porque no solo atraen la buena suerte para todos en el hogar, sino que también son un imán para atraer el dinero.

En muchas casas se veían familias completas de elefantes, padres e hijos, algunas veces en varios lugares de la casa. Recuerdo haber comprado en México unos tallados en madera que eran preciosos.

Hay muchas cosas que constituyen nuestras inviolables costumbres y sin embargo no nos hemos detenido a profundizar de donde vienen, como son el soplar las velitas en un cumpleaños, los árboles de navidad y sus adornos, el chocar las copas para brindar y otras. Hoy felizmente hemos abundado en conocer de donde surge la tan extendida costumbre cubana de tener adornos en forma de elefante como una forma de atraer la buena suerte.

Y este tipo de costumbres, aparte de ser algo que es agradable visualmente, creamos o no en esos avatares, nos ayudan a ser más optimistas y confiar en que siempre habrá un futuro mejor. Es una práctica que se ha extendido porque todo lo que la acompaña es beneficioso.

Las casas modernas en Cuba, de aquellos que han podido modificarlas, seguramente ya no cuentan con elefantes como un medio de adorno-buena suerte, pero los más viejos no dejamos de pensar que no concebíamos vivir sin ellos como parte de nuestro entorno familiar.

Memoria de elefante

Seguramente muchos de nosotros hemos escuchado la expresión “fulano tiene un estómago de avestruz” refiriéndose a aquel que come de todo en grandes cantidades sin tener complicaciones estomacales después, aquella que se refiere a las “lágrimas de cocodrilo”, cuando alguien llora o se lamenta de forma fingida sin sentirlo o hablar de “abrazo de oso hormiguero” a aquel que nos da una persona que nos desea el mal y actúa hipócritamente o el “abrazo de oso” para describir un apretón fuerte que comparte un sentimiento común.

No se puede abordar este tema sin hablar de algo que siempre ha sido de uso común entre nosotros, la consabida frase: “tiene memoria de elefante”. Hay que decir que el cerebro del elefante llega a pesar hasta 14 libras, mientras que el humano solo llega hasta tres, por lo que el tamaño del cerebro no podemos relacionarlo con la inteligencia pero sí con la memoria.

Estudios científicos avalan que el cerebro del elefante cuenta con más de 250 millones de neuronas, lo que lo hace capaz de recordar rostros, palabras,y muchas otras cosas, lo que lo ayuda a desarrollar empatía o rechazo y asimilar distintas emociones, mientras que el cerebro del hombre tiene entre 20 mil a 100 mil millones de neuronas.

Es por ello que su gigantesca memoria les sirve para identificar a integrantes de su manada, diferenciar entre individuos de su especie, reconocer llamadas de sonidos, de aprender tareas con precisión sin olvidarlas y seguir recorridos de largas distancias buscando agua y comida para sobrevivir solo recordando los lugares.

Pero lo principal de la memoria del elefante es que nunca olvida a quien le ha hecho daño, porque aparte de las grandes dimensiones de su hipocampo, la zona del cerebro que procesa la memoria, también es responsable de las emociones, acerca de las cuales este animal es particularmente sensible.

Esta frase, que se utiliza para referirse a las personas que tienen buena memoria, que no olvidan las cosas fácilmente. difícilmente se puede aplicar a nosotros los cubanos, que hemos demostrado tener muy mala memoria e interesarnos solo lo que nos afecte en el momento, olvidando todas las vejaciones, abusos y represión a la que hemos estado sometidos, algunos durante toda su vida. Pero sobre todo por no recordar a aquellos que le han hecho daño. Si fuéramos elefantes, ya en Cuba el régimen comunista se hubiera acabado hace mucho tiempo.

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