El Coney Island de la Playa de Marianao

El Coney Island de la Playa de Marianao

“Todos los domingos me iba a la ciudad
Y los chocolates para ir a escalar
La montaña rusa, la estrella polar
Los carritos locos, todo un paraíso de metal.

Me iba a la laguna para navegar
Con los botecitos en el mismo lugar;
Magos y payasos, ganas de volar
Con los avioncitos de Jalisco Park.

Todo daba vueltas como el carrusel
Y todos mis amigos girando con él.
Allí pasé mi infancia en aquel rincón

Entre los aparatos buscaba una razón
Por eso la vida sólo me enseñó
A través del parque lo que nos pasó…”

Jalisco Park, de Carlos Varela

Cuando el olor a lechón asado empezaba a inundar La Habana, semanas antes de Navidad, cuando aparecían de la nada cientos de puestos de venta de pan con lechón, mi hermano y yo sabíamos que se acercaba también el momento esperado de que nos llevaran al Coney Island.

Si había algo que enorgullecía a los muchachos que entonces teníamos entre 8 y 12 años, era decir a sus amiguitos: “me van a llevar al coniailan”, eso era para nosotros lo máximo, representaba ir a disfrutar del parque de diversiones más famoso de Cuba y como afortunados, despues tendria muchisimas cosas que contar y hasta hacer picar la envidia de los que no tuvieron nuestra suerte.

El Coney Island de La Habana comenzó sus operaciones en la playa de Marianao en 1918, imitaba modestamente al original de Brooklyn, New York , y cuatro años más tarde, a su lado se inauguró el balneario de La Concha, el más famoso de entonces con la playa más concurrida por su cercanía con la capital.

¿Pero de donde surgió el nombre de Coney Island, que sonaba a americano?

El Coney Island de New York

No hay un consenso claro de donde sale el nombre de Coney Island, que se usaba regularmente desde principios del siglo XIX cuando se establece un servicio regular de ferries con la isla de igual nombre, pero varias teorías indican que un posible origen se relaciona con la tribu nativa que habitaba el lugar y que se denominaba Konoh o Konoi, otro asegura que es una distorsión del nombre del lugarteniente de Henry Hudson, llamado John Colman y que fuera muerto por los nativos, otra se refiere a que el capitán irlandes Peter O’Connor la nombró así en honor a un lugar llamado Coney Island en Irlanda, le sigue la teoría de que una familia holandesa que allí se asentó era de apellido Conyn, y la más aceptada es que proviene de la gran población de conejos que allí había y que la hicieron bautizar como “la isla de los conejos”, a partir de la palabra “konjin” que designa a esos animales en neerlandés.

La isla, que a principios del siglo XX se convirtió en península, fue conectada a Long Island por una carretera construida sobre un vertedero, sobre todo por la popularidad de las playas Brighton Beach y Manhattan Beach, lo que fue aprovechado por su ubicación en la parte suroeste del municipio de Brooklyn en la ciudad de New York, para construir parques de diversión que fueron adquiriendo fama, la que llegó a su máximo esplendor en la primera mitad del siglo XX, con atracciones diversas como circos, ferias, ofertas gastronómicas variadas y muchas otras que lo hicieron incomparable.

Su fama fue decayendo, pero revitalizados a inicios del siglo XXI mantienen su vigencia como sitio de entretenimiento a pesar de la competencia con los espectaculares parques de Disney y otras atracciones en diversas partes de los Estados Unidos.

El Coney Island de la Playa de Marianao

Y de lo anterior surgió la idea de construir un parque de atracciones similar en los alrededores de La Habana, el que tuvo un gran éxito y con el tiempo se fue haciendo más asequible para todos.

El Coney Island Park se modernizó en 1951 y su acceso costaba un peso y los distintos aparatos y atracciones tenían diferente costo. Todos querían montar la montaña rusa y el pulpo, pero no todos repetían la experiencia. Yo en particular los monté una vez y puesto y convidado.

El Coney Island nos dio a conocer aparatos como la montaña rusa, el avión del amor, la estrella de grandes dimensiones y otras, que lo hicieron el preferido de niños, jóvenes y adultos. ¿ Quién no se asustó no con la montaña rusa y el pulpo, sino con la casa de espejos y el gusano? Y los más pequeños vieron con recelo a la gran muñeca situada a la entrada que saludaba a los que entraban al recinto.

Pero los perros calientes, los algodones de azúcar, los churros y otras delicias, junto con la adrenalina provocada por los aparatos que montamos, bien valían la pena la aventura.

Sin embargo los carros locos, con sus choques reiterados y sus chispazos cuando ellos ocurrían, eran la delicia de todos y sesenta años después los sigo recordando con anhelo.

Y estaban el balneario de La Concha y las atracciones gastronómicas de la zona, por lo que un día de visita al Coney Island era una experiencia completa.

El Coney Island habanero se ganó la fama de estar dentro de las atracciones más famosas de América Latina.

Una curiosidad es que la montaña rusa era de madera, y aún en los 80, a pesar de la desidia y la falta de atención y mantenimiento, todavía funcionaba.

Y no solo estaba el Coney Island, porque en aquella Cuba había para todos los bolsillos.

El carrusell (caballitos) del Coney Island

Los caballitos

Para los cubanos, hablar de Coney Island era una aspiración para muchos inalcanzable, por lo que contar con un parque parecido era una idea genial, y eso precisamente eran los “caballitos”.

Un circo ambulante

Todos recordamos a los modestos “caballitos” que se instalaban en un terreno sin construir en un barrio habanero o en las afueras de los pueblos, donde se mantenían varias semanas hasta que fuera bajando la demanda. En esos mismos sitios se situarían después los circos cubanos que recorrían todo el país y que también eran de nuestra preferencia, no importaba que la orquesta sonara mal, los payasos fueran unos pesados, el león estuviera viejo y sin dientes y la rumbera no tenía mucha gracia, para nosotros era una maravilla, algo espectacular y diferente, y no sabíamos que además era bien barato.

La “Estrella” del Coney Island

Los “caballitos” contaban con un carrusel colorido, probablemente el que le diera nombre a ese tipo de parque de diversiones nómada, y varios tipos de aparatos para montar que daban vueltas como avioncitos, carritos, sillas voladoras, botes o trenes y algunas otras atracciones que por precios módicos hacían las delicias de los niños. No faltaban los tiros al blanco, lanzamiento de pelotas, y el maní tostado, las rositas de maíz, los helados y el preferido no sé por qué: el algodón de azúcar. Y muchos de ellos también ponían hamacas, canales y cachumbambé para aquellos que no podían pagar.

Y también estaban otros “caballitos” más sofisticados, situados permanentemente en un lugar, como fueron el Parque Colón, en el lugar situado entre el monumento a Maceo y la desaparecida Casa de Beneficencia en San Lázaro y Belascoaín, y el más popular de todos, Jalisco Park.

Se dice que Jalisco Park fue el primero en contar con atracciones modernas como botes en estanques con agua, carros eléctricos, casa de espejos, pulpos y otros que lo hicieron muy popular. Primero estuvo ubicado donde hoy se encuentra el Hotel Habana Hilton (hoy Habana Libre) en 23 entre L y M y más tarde en su ubicación actual, 23 y 18, también en el Vedado. Jalisco Park se convirtió en una especie de mito y su depauperación física fue parte de la acción destructora del gobierno revolucionario.

Y los caballitos de los pobres, los nómadas, murieron con la ofensiva revolucionaria de 1968.

El trencito del Coney Island

Se dice, porque yo no lo conocí a pesar de que ese lugar era el de mis escapadas preferidas durante la década de 1950, que hubo una montaña rusa en el llamado Hollywood Park en Via Blanca y Primelles, en unos terrenos donde iba a jugar y que actualmente son parte de los terrenos de la Ciudad Deportiva. También allí se dice que había un aparato llamado rotor que era parecido a una concretera y que solo los guapos se decidían a montar, pero este parque no duró mucho.

Apareció también un parque de diversiones al lado del cine Mónaco en la barriada de la Vibora, que también duró bastante tiempo, aunque no era muy grande.

No voy a hablar del Parque Lenin ni de los sucesores del Coney Island, todos han tenido corta duración y la propiedad estatal nuevamente ha mostrado su ineficiencia.

El playground del parque de mi barrio en Miami (vista parcial)

Comparacion triste

Es imposible comparar los parques de diversiones cubanos, incluyendo al Coney Island que conocimos, no con Disneyland, Disneyworld o las decenas de gigantes y maravillosos parques temáticos que existen en todo el país o los que se levantan para ocasiones especiales, pero lo voy a hacer con los modestos parques de libre acceso existentes en todos los barrios o localidades al menos en Miami, se trata de los llamados “playground” o terreno de juegos para niños que cuentan con varias canales o sliders, cachumbambé, varios tipos de swings o hamacas, paredes para escalar y algunas otras atracciones, todas rodeadas de arena o césped y con lugares para que los padres y abuelos se sienten a la sombra. Y todo ello es gratis o sale del bolsillo de los que pagan impuestos, pero están bien empleados y mantenidos. Al menos mi nieto prefiere ir al playground que cualquier otra cosa (salvo la tablet o el teléfono) y por suerte ha salido un buen lector, lo mismo en inglés que en español y no se acuesta sin antes leer o que le lean un par de libros. Ya vendrá el tiempo en que conocerá parques mucho más hermosos que el Coney Island.

El Coney Island Park, (¿qué niño habanero de mi generación no lo recuerda?) es uno de los primeros parques temáticos de Cuba y América, contaba con las más novedosas atracciones mecánicas de la época, siendo la principal la montaña rusa, algo que a uno le resulta contradictorio porque en Rusia salvo las de los Urales y el Cáucaso, apenas hay montañas, y el paisaje es mayormente llano, pero el nombre proviene de los juegos invernales en Rusia donde grandes toboganes o trineos de madera se deslizaban sobre colinas de nieve y que paradójicamente los rusos llaman Американские горки) o “montaña americana”.

La principal atracción de los parques de diversión es la montaña rusa. Yo nunca fui tan arriesgado, como dije solo una vez monté la montaña rusa, lo mío eran los carros locos, que estaban más cerca de la tierra.

¡Y pensar que en mi juventud una de mis mayores aspiraciones era hacerme piloto!.

El mundo que existía frente al Coney Island

Toda la acera frente al Coney Island estaba repleta de los llamados cabarés de la playa de Marianao.

La acera sur de la Quinta Avenida de Miramar era el paraíso de puestos de venta de fritas y de comestibles callejeros de todo tipo, bares, billares y centros nocturnos de baja categoría porque estaban construidos con piso de cemento y techo de zinc y eran el lindero con un barrio marginal. El Rumba Palace, el Pennsylvania, La Taberna de Pedro, El Niche, la Choricera, Los Tres Hermanos, Panchin, Kiosko Casanova, El Ranchito, Pompilio y otros eran visitados por todas las clases sociales porque detrás de esa imagen deprimente o humilde, como se quiera ver, había verdaderas estrellas de la música.

Por sus escenarios pasaron figuras como Antonio Arcaño, Arsenio Rodríguez, Benny Moré, Carlos Embale, Taeta Güines, Obdulia Breijo, Musmé y muchos otros talentos olvidados. Y uno de los genios desconocidos o no reconocidos de la música cubana: el increíble percusionista El Chori, el alias de Silvano Shueg Hechevarría.

El Chori escribía con tiza su nombre en cualquier parte de La Habana, pero eso no era necesario, los conocedores sabían dónde podían encontrarlo, como hizo Marlon Brando.

Se decía que el lugar era completamente marginal, pues lindaba con el barrio conocido como “El Romerillo” y además era visitado por bebedores habituales, vendedores ambulantes y gente de la mala vida, incluyendo traficantes, chulos y prostitutas. Junto con los puestos gastronómicos y los bares y centros nocturnos, pululaban las posadas para satisfacer el comercio sexual. Lo cierto es que allí iban todos, buscando una Habana más autóctona.

No había más que cruzar la calle para insertarse en la aventura. Y de esa aventura hay mucho de que hablar.

Tambien te puede interesar

3 Comentarios

  • Reply
    Michael
    March 30, 2023 at 7:07 pm

    Hello, thanks for the information https://kolba.com.ua/index.php?topic=64964.0

  • Reply
    Angel L. Riguero Sr.
    September 16, 2023 at 12:01 pm

    La mejor y mas completa descripcion de aquel fantastico parque de Diversiones….el Coney Island.
    Gratos y nostalgicos recuerdos de aquella Cuba de Ayer……Gracias a Memorias de un Cubano por este imaginario
    viaje a lp que fue un Paraiso en al Caribe

  • Reply
    Angel L. Riguero Sr.
    September 16, 2023 at 12:05 pm

    La mejor y mas completa descripcion de aquek fantastico parque de diversiones…….el Coney Island.
    Gratos y nostalgicos recuerdos de aquella Cuba de Ayer…….Gracias a Memorias de un Cubano por este imaginario
    viaje a lo que fue Cuba, el paraiso terrenal del Continente Americano.

  • Deja un comentario