“Esa futura esclavitud es el socialismo. Todo el poder que iría adquiriendo la casta de funcionarios, ligados por la necesidad de mantenerse en una ocupación privilegiada y pingüe, lo iría perdiendo el pueblo que no tiene las mismas razones de complicidad en esperanza y provechos, para hacer frente a los funcionarios enlazados por intereses comunes. Como todas las necesidades públicas vendrían a ser satisfechas por el estado, adquirirían los funcionarios entonces la influencia enorme que naturalmente viene a los que distribuyen algún derecho o beneficio. El hombre que quiere ahora que el estado cuide de él para no tener que cuidar él de sí, tendría que trabajar entonces en la medida, por el tiempo y en la labor que pudiese el estado asignarle, puesto que a éste, sobre quien caerían todos los deberes, se darían naturalmente todas las facilidades necesarias para recabar los medios de cumplir aquéllas.
De ser siervo de sí mismo, pasaría el hombre a ser siervo del estado. De ser esclavo de los capitalistas, como se llama ahora, iría a ser esclavo de los funcionarios. Esclavo es todo aquél que trabaja para otro que tiene dominio sobre él, y en ése sistema socialista dominaría la comunidad del hombre, que a la comunidad entregaría todo su trabajo. Y como los funcionarios son seres humanos y por tanto abusadores, soberbios, ambiciosos y en esa organización tendrían gran poder, apoyadas por todos los que aprovechan o esperaron aprovechar de los abusos y por aquellas fuerzas viles que siempre compra entre los oprimidos, el terror, prestigio o habilidad de los que mandan, este sistema de distribución oficial del trabajo común llegaría a sufrir en poco tiempo los quebrantos, violencias hurtos y tergiversaciones que el espíritu de individualidad, la autoridad y osadía del genio y las astacias del vicio originan pronta y fatalmente en toda organización humana…El funcionario autocrático, abusará de la plebe, cansada y trabajadora. Lamentablemente será y generará la servidumbre”.
La Futura Esclavitud, La América. New York, Abril de 1984, página 954 de las Obras Completas de José Martí. Edición Conmemorativa del Cincuentenario de su muerte, Volume 1, Editorial Lex, La Habana, Cuba.
Esta es la concepción que tenía Martí de las entonces nacientes ideas socialistas y no se equivocaba.
La reciente decisión de los gobiernos de Cuba y Estados Unidos de restablecer las relaciones diplomáticas después de más de cincuenta años es tan importante que muchas voces la comparan con la caída del Muro de Berlín, a una escala menor quizás, pero cuyo significado es el fin del último reducto de la guerra fría. ¿Será que llegó la hora de cerrar el campamento y de reabrir la República conquistada a filo de machete por los mambises?
Antecediéndome a mis conclusiones y sin pensarlo mucho, estimo que nada va a cambiar a corto plazo, al menos para el cubano común. Es posible un entendimiento entre los gobiernos de EEUU y Cuba pero la isla nunca a dar pasos firmes hacia la democratización de la sociedad cubana mientras se mantengan en el poder los hermanos y su corte.
Cuba y el anexionismo.
Parafraseando a Eduardo Galeana cuando dijo: “Vinieron. Ellos tenían la Biblia y nosotros teníamos la tierra. Y nos dijeron: “Cierren los ojos y recen”. Y cuando abrimos los ojos, ellos tenían la tierra y nosotros teníamos la Biblia.” Esta es una imagen válida para toda latinoamérica, pero en el caso de Cuba, la última, junto con Puerto Rico, de las colonias en territorio americano, tiene un significado especial.
Fue Cuba una de las colonias donde más trabas se impusieron al comercio en la época colonial. Vino entonces la toma de la Habana por los Ingleses y todo cambió, fueron los once meses más fructíferos de la economía de la isla y no pocos se lamentaron de la decisión española de canjear la capital de Cuba por los entonces valorados como terrenos pantanosos de la Florida y Lousiana y que conllevaban el dejar de asimilar la cultura, el desarrollo y la libertad que trajeron los ingleses, los cuales, a diferencia del imperio español, no despilfarraron las riquezas extraidas de las colonias, sino que la emplearon en desarrollarse.
La nación cubana tuvo su génesis en la esclavitud plantacionista azucarera que trajo consigo la producción de bebidas alcohólicas, así como el cultivo y producción de tabaco. La cercanía geográfica de Cuba y Estados Unidos propició la formación histórica de lazos políticos, económicos y sociales. A pesar de ser una colonia española, la isla desarrolló importantes vínculos con su vecino del norte. Estos vínculos se estrecharon después de diciembre de 1898, con la firma del Tratado de París, mediante el cual quedaba finalizada la Guerra Hispano-estadounidense. Según lo pactado, Puerto Rico, Filipinas y Guam pasaban a ser del Tratado de París, mediante el cual quedaba finalizada la Guerra Hispano-estadounidense. Según lo pactado, Puerto Rico, Filipinas y Guam pasaban a ser territorio estadounidense, en cambio Cuba, desgraciadamente, no. Seguramente muchos cubanos antes no pensaban así, al igual que yo, pero a partir de la historia vivida, para Cuba hubiera sido mucho más favorable haber sido un protectorado británico o parte de la Unión Americana que haberse constituido en un país que nunca ha sido realmente soberano. Y ahora que mencionamos a Puerto Rico, me impactó mucho un documental en el cual entrevistan a una persona ya vieja, la cual dice: “si no fuera por los Federales, esto sería Dominicana”. Nada más gráfico para mostrar de lo que es capaz el sistema de vida norteamericano para sacar del subdesarrollo a un país y cambiar la mentalidad de sus habitantes.
Las negociaciones entre Estados Unidos y España con relación a Cuba fueron muy delicadas y se prolongaron. Por un lado España estaba ansiosa de ceder a Cuba junto con su deuda de cuatrocientos millones de dólares, toda una fortuna para la época y por el otro lado a los Estados Unidos se le hacía imposible aceptar la isla con semejantes obligaciones económicas, pero al final llegaron a un acuerdo acerca de la Siempre Fiel Isla de Cuba que ya no lo sería más.
PRESENCIA CUBANA EN ESTADOS UNIDOS: ARRIBA BUSTO DE JOSE MARTI EN SAN AGUSTIN, FLORIDA, EN LA PRIMERA ESCUELA FUNDADA EN LOS ESTADOS UNIDOS Y ABAJO CLUB SAN CARLOS EN CAYO HUESO.
Desde mucho antes, no pocos tabaqueros cubanos se radicaron en Cayo Hueso y en Tampa, desarrollando considerablemente esa industria y apoyando la causa de la independencia nacional. La visión martiana de los Estados Unidos no era antinorteamericana, pues estaba impregnada de un conocimiento profundo de la historia y de la realidad del país, permitiéndole llegar a una valoración que es, al mismo tiempo, crítica de los defectos y entusiasta con los aspectos positivos y novedosos de aquel inmenso país y de sus grandes hombres. Por eso Martí de los años que vivió fuera de Cuba, la mayoría (14 años) lo hizo en ese país. Por eso muchos dicen, parafraseando su frase gastada hasta la saciedad en Cuba por el gobierno: “viví en el monstruo y cómo lo extraño”, en lugar de “le conozco las entrañas”.
A mediados del siglo XIX, Narciso López, militar venezolano y General del Ejército Español, fue el promotor de la creación de la Bandera y del Escudo de Cuba, los cuales fueron diseñados en 1849 por Miguel Teurbe Tolón a partir de una idea de Narciso López. Sobre dicha bandera Narciso López y un grupo de patriotas juraron luchar y ofrendar la vida por hacer Cuba independiente del imperio español. Capturado por las autoridades coloniales en La Habana fue ejecutado por alta traición mediante garrote vil el 1 de septiembre de 1851.
Pero también Narciso López se convirtió en un promotor de la anexión de Cuba a los Estados del sur esclavista de los Estados Unidos. Como corriente política, ese anexionismo de Narciso López fue animado por los intereses expansionistas de los Estados Unidos y por sus propias convicciones, pero estaba lejos del anexionismo, corriente de pensamiento que abogaba por la anexión de Cuba a Estados Unidos y que fue un movimiento político que se inició en Cuba en el primer cuarto del siglo XIX y estuvo alentado por pronunciamientos de varios presidentes norteamericanos. Esta corriente anexionista era de otro tipo: los que veían al norte industrial de Estados Unidos en desarrollo, con un régimen de libertades democráticas, y pensaban que la anexión uniría la Isla al carro de la democracia política y el progreso económico y social, que no era el caso de Narciso López, que tenía un trasfondo esclavista en sus pretensiones.
El camino que debe tomar Cuba.
Es demasiado ingenuo pensar que por decreto tu enemigo de pronto se ha convertido en tu amigo y ha comenzado a pensar como a uno le conviene, por eso y para ser consecuente con este hecho histórico, Cuba tiene que tomar un camino diferente, acorde con los pasos que ha dado y que implicaría dejar atrás el lenguaje y la mecánica política de una guerra fría que para los cubanos hace rato que no tiene sentido y que aparentemente concluyó en el pasado 17 de diciembre. Entonces no tendría sentido continuar con el militarismo del estado, del partido, del gobierno y de la economía con su excesiva centralización, inmensos aparatos de Seguridad, férreo control sobre la vida de los ciudadanos y represión a la libertad de expresión, haciendo elecciones verdaderamente libres y abordando otros conceptos relacionados con la libertad de pensamiento que demuestren que Cuba se va a integrar al seno del resto de casi la inmensa mayoría de los países del mundo.
Para avalar estos pasos hay un sinnúmero de aspectos que deben ser cuidadosamente estudiados y analizados objetivamente:
- No es nada difícil demostrar que el sistema socialista es incompatible con el sistema digestivo y mucho menos concurrente con el sistema nervioso. Las personas que haya tenido la suerte de vivir de forma diferente a como lo ha hecho el pueblo cubano, ignoran que la obsesión nacional es nutrirse, conseguir alimentos. Un país hambreado en el que cualquier opción para alimentar a la familia, comprar carne de res o pescar una langosta puede llevarte a la cárcel, es algo sin sentido.
- Para la mayoría de los cubanos, el capitalismo es sinónimo de prosperidad, mientras que el socialismo es sinónimo de miseria y falta de libertad.
- En Cuba el acceso al agua potable es un milagro intermitente, generalmente interrumpido por roturas en las cañerías, o envenenado por la mezcla con aguas negras. Darse una ducha en Cuba es todo un privilegio.
- En Cuba la vivienda es un desastre. No se construyen apenas casas nuevas. No se dispone de recursos para repararlas y millones sobreviven en viviendas cochambrosas y en ruinas , con tarecos por muebles sin forma de sustituirlos y con cocinas y baños destruidos. Muchas familias han vivido toda una vida sin una vivienda propia, habiendo compartido con sus padres y abuelos una vida.
- Usted puede tener cuántos títulos y estudios sea capaz de asimilar, pero seguirá viviendo como un miserable si no se dedica a la política o a la vida militar.
- Usted debe cumplir con todo lo que se le oriente y hacerse eco de la historia oficial transmitida por radio, televisión y prensa escrita. Si por casualidad difiere de ello debe callarse o en su lugar lo más probable es que le espere el presidio.
Todos estos aspectos y otros tan delicados, como son la más que insuficiente retribución salarial, las restricciones sobre viajes al exterior y el acceso a hoteles, a servicios de telefonía celular o a Internet, recientemente abolidas por causas económicas, los falsos mitos sobre la excelencia de la educación la salud y el deporte, las prohibiciones de relacionarse con extranjeros o familias en el extranjero que hemos vivido todos los cubanos, nos hacen pensar de que como dije anteriormente, que tiene que acabarse el tratamiento cuartelario y volver a la vida republicana.
A pesar de la vergonzosa realidad de ser Cuba uno de los pocos países del mundo que hoy, en general, vive en peores condiciones materiales que hace medio siglo, sin embargo, ha logrado llevar a cabo una de las prestidigitaciones políticas más sorprendentes como ha sido sobrevivir de la mano de diferentes potencias que la han mantenido, y ahora busca la supervivencia haciendo las paces con su enemigo mortal.
Estados Unidos y la Cuba republicana.
De acuerdo con el discurso revolucionario oficial, en 1898 los Estados Unidos interrumpieron la Guerra iniciada en la Isla en 1895, evitaron el triunfo de los mambises cubanos y crearon una pseudo república que Washington manejaba a su antojo con la complicidad de una burguesía vendida y subordinada a los intereses económicos norteamericanos.
Pero la verdad histórica es que además de la inmensa mayoría del pueblo, la jefatura mambisa estuvo de acuerdo con la intervención norteamericana, comenzando por el Generalísimo Máximo Gómez, el general Calixto García y Tomás Estrada Palma, el Delegado en Estados Unidos del Partido Revolucionario Cubano, brazo político de la revolución, personalmente escogido por José Martí para ese cargo. Eran ésas, por cierto, las tres figuras con mayor prestigio entre los insurrectos.
Adicionalmente entre 1902 y 1933 el Estado cubano estuvo regido por independentistas que pelearon duramente frente a la dominación española, con la excepción parcial del intelectual Alfredo Zayas, hermano del general Juan Bruno Zayas, opositor que actuó en el terreno político y fue preso y deportado a España. Por eso se puede considerar que en Cuba hubo una república mambisa hasta 1933, con rasgos de protectorado norteamericano en muchos aspectos, pero que no se consideraba subordinada a Washington, aunque los gobernantes admitieran que era conveniente mantener buenas relaciones con el poderoso vecino. Estrada Palma expulsó de Cuba al embajador norteamericano, y toda la estructura de poder aprendió a convivir con las cláusulas intervencionistas de la Enmienda Platt, al extremo de que Sumner Wells, en sus memorias, admite, melancólicamente, que los criollos cubanos utilizaban al gendarme norteamericano en su propio beneficio partidario.
Durante la intervención y la denominada “seudo república”, Estados Unidos no pudo alcanzar ninguno de los objetivos políticos fundamentales que sostuvo:
- No logró estimular un foco anexionista. El anexionismo desapareció para siempre de la historia política cubana a partir del establecimiento de la República.
- No consiguió evitar el surgimiento de episodios violentos en 1906 y 1917 entre facciones adversarias que alegaban fraude electoral.
- No fue capaz de inducir el buen gobierno, la honestidad administrativa y la búsqueda de consensos.
- Acabó por devolver Isla de Pinos en 1925, a pesar de la clara intención de retenerla que mostraron tras la intervención de 1898.
La inversión norteamericana, una vez terminada la guerra dedicó bastante atención a la ciudad de La Habana, debido al contraste existente entre las normas urbanísticas vigentes en Estados Unidos y la precariedad de infraestructuras que poseía la capital. Se realizó un plan de obras públicas, pavimentación, ampliación de repartos, instalación de alumbrado público, recolección de basuras, surge el tranvía eléctrico, y otros y se manifestó un desarrollo económico, una vez instaurada la República bajo la tutela del gobierno norteamericano, el cual hizo fluir los capitales hacia la ciudad y comenzar el proceso constructivo, tanto del flamante Estado como de la iniciativa privada, así como también del capital norteamericano, cuyas estructuras administrativas y financieras se localizarán en La Habana. A ello se sumó el período de bienestar económico creado por la primera Guerra Mundial y el alza del precio del azúcar. El período denominado de “las vacas gordas”, que permite una acumulación de capital que coincidirá con las grandes inversiones del capital norteamericano, la creación en este período de los grandes centrales azucareros con un período de grandes obras públicas.
La república mambisa terminó con el derrocamiento del general Gerardo Machado. A partir de ese punto surgió una república revolucionaria, que con el ABC se aproximó al fascismo, con el Ala Izquierda Estudiantil jugó con las supersticiones marxistas del antimperialismo y la lucha de clases, con la fundación del Partido Comunista, apareció por primera vez la URSS en la historia cubana, y con el guiterismo hizo una síntesis violenta de todos esos elementos y los tiñó de nacionalismo.
El entonces sargento-coronel Fulgencio Batista de aquella primera época, aliado de los comunistas y de los norteamericanos se gana su lugar en la historia (y su primera fortuna) imponiendo cierto orden hasta que entrega el poder en 1944 al Dr. Grau San Martín y al Partido Revolucionario Cubano, que también (como luego hizo Fidel Castro), se proclamaba heredero de José Martí y de su visión ideológica. ¡Pobre Martí! Estas tendencias parieron el gangsterismo político, fenómeno que tuvo entre uno de sus funestos protagonistas al joven Fidel Castro un hijo de terratenientes revoltoso y poco adicto al trabajo.
Cuba se convirtió en un campo de experimentación de la mayoría de las tecnologías y modelos de productos norteamericanos y ello permitió a nuestro país, convertirse en el pionero en habla hispana de las tecnologías televisivas. En la propia década del 50 del siglo XX, La Habana fue la primera fuera de Estados Unidos, y por ende en Ibero América, en inaugurar una televisora con la tecnología a color. Esa Cuba que de hace más de medio siglo tenía la renta per cápita más alta de América Latina, con $550; inversiones privadas por $357 millones, más televisores que Italia, más salas de cine que New York o París y más Cadillacs, que cualquier otro país. Además, la industria editorial, de la radio y la televisión más influyentes de América Latina.
La Revolución.
No fue solo por instrucciones de Moscú que Fidel Castro sembró de guerrillas y quiso incendiar Latinoamérica con la ayuda del Che Guevara, sino para convertir a Cuba en el centro ideológico y político de la región y vivir luego a expensas de las naciones liberadas de la explotación imperialista. La élite militar de la Sierra Maestra, compuesta en su mayoría por campesinos analfabetos, demostró que no estaba preparada para abrirse y relacionarse normalmente con Washington, a quien temía por motivos reales y no ficticios como aquel fantasmal peligro de invasión militar. No sabían cómo lidiar con una masiva invasión de tropas norteamericanas y sabían el poco apoyo que contra ella tendría de parte del pueblo.Es por ello que se hacen provocaciones para romper los lazos históricos entre Cuba y Estados Unidos, como fue la nacionalización de banca, industria, transporte y comercio, una vez logrado el apoyo irrestricto de los soviéticos como nuevo satélite. Pero Estados Unidos, como potencia mundial no se queda de los brazos cruzados ante la amenaza en sus propias narices.
El Embargo o Bloqueo.
En Cuba se repite hasta la saciedad la palabra bloqueo. Bloqueo es lo que existió durante la crisis de los misiles de octubre de 1963, cuando una fuerza marítima impidió la entrada y salida del país. Realmente de lo que se habla es de un embargo, que es la prohibición del comercio y transporte de armas u otros efectos útiles para la guerra, decretada por un gobierno.
El embargo comercial, económico y financiero de Estados Unidos en contra de Cuba es un embargo impuesto en octubre de 1960 y que perdura hasta el día de hoy, como respuesta a las expropiaciones por parte del gobierno cubano de propiedades de ciudadanos y compañías estadounidenses en la isla. En 1992, el embargo adquirió el carácter de ley con el propósito de mantener las sanciones contra Cuba. Según lo recogido en el Cuban Democracy Act estas sanciones continuarían mientras el gobierno se negara a dar pasos hacia “la democratización y mostrara más respeto hacia los derechos humanos” (si esto es así creo que el embargo va a ser eterno). El embargo comercial hacia Cuba es el más prolongado que se conoce en la historia moderna.
El 15 de mayo de 2002 el ex presidente Jimmy Carter habló en La Habana pidiendo el fin del embargo: “Nuestras dos naciones han estado atrapadas en un destructivo estado de beligerancia durante 42 años, y es hora de cambiar nuestra relación y forma de pensar y hablar” La respuesta a esta actitud por parte de Cuba fue el exodo masivo del Mariel que destruyó políticamente a una persona decente como Carter. El expresidente Bill Clinton, trató de mejorar las relaciones con Cuba en la década de 1990, pero que el gobierno de Castro no respondió al relajamiento de algunas sanciones y la respuesta de Cuba fue la crisis de los balseros.
En los momentos actuales el bloqueo es la mejor excusa del gobierno cubano para justificar su fracaso. Nunca hablan del bloqueo interno que es el que realmente impide el desarrollo económico y social del país. Después de estos ejemplos que se puede esperar para Obama sino una inesperada respuesta como las anteriores. Ya vimos que no todos los presidentes norteamericanos no han tenido la misma política hacia Cuba, al menos dos intentaron negociar pero al gobierno revolucionario no le hacía falta, tenía el apoyo soviético que incluía desde el petróleo hasta la carne rusa.
Los jóvenes creen que Cuba se abrirá a la inversión estadounidense, con un inmediato desarrollo económico que provocaría la flexibilización del régimen, como fue ocurriendo en China y Vietnam. Ese es el deseo de todos. Otros piensan que Estados Unidos lo que ha hecho es patrocinar al comunismo, al punto de rehabilitar el ferry que había hasta 1959 entre Florida y La Habana, que representó el enchufe de Cuba a Estados Unidos, país que poseía 90 % de las minas, la mitad de las tierras, que representaba el 67 % de las exportaciones y 75 % de las importaciones cubanas.
Lo único seguro en esta historia es que entre las prioridades de Cuba no figura apertura alguna, sino conseguir reanimar su moribunda economía que ya no tiene quien la mantenga. Y eso es lo triste de este caso. Ojalá y me equivoque y los jóvenes tengan razón.
Justificación de las tiranías.
Todos los regímenes dictatoriales han tenido su explicación para su actuar. La Alemania de Hitler decía que debían evaluarla por la construcción de carreteras, el control de la inflación y por haberle devuelto a los alemanes su dignidad, perdida tras el fin de la Primera Guerra Mundial. Franco decía que gracias a su triunfo en la Guerra Civil, todos los españoles, por primera vez, podían vivir en paz, comer tres veces al día y tener empleo. Pinochet propugnaba el fin del caos social provocado por el el gobierno socialista de Allende y el despegue económico que, desde entonces, tiene el país. Y la Sudáfrica del apartheid alegaba que en ningún país de ese contiente la población negra vivía mejor.
La defensa es permitida, pero a pesar de lo que digan y de algunas cosas buenas que se han hecho, no hay que esforzarse mucho para demostrar que en los más de 500 años de historia de Cuba, nadie ha hecho más daño a nuestro pueblo y a nuestra nación que el régimen castrista. Fidel Castro ha sido lo peor que nos ha pasado en medio milenio.
Como los cubanos vivimos en una sociedad cerrada, con una prensa única, propiedad de un partido único y dueño de todo incluyendo el acceso a Internet, es difícil conocer lo que pasa en realidad y a falta de noticias confiables, proliferen los rumores y las “bolas”, y al final todo se vuelve una nebulosa y los criterios del gobierno cubano cambian como una veleta ante el viento, por lo que el factor económico va a decidir el camino que tomará Cuba.
!VIVA LA INQUEBRANTABLE AMISTAD ENTRE LOS PUEBLOS DE CUBA Y ESTADOS UNIDOS¡ (YA LA UNION SOVIETICA Y SUS SATELITES QUEDARON EN EL OLVIDO.)
No es económico el contencioso cubano estadounidense: es político. Por muchas relaciones diplomáticas que se alcancen, todo se resume en si la Casa Blanca, republicana o demócrata, pretende patrocinar un sistema de partido único y sin libertades individuales a 145 kilómetros del sur de La Florida, que es el sueño de La Habana. Quienes ya no tienen esperanza son los ancianos del Versailles, los últimos perdedores de la Guerra Fría, los enemigos que Fidel Castro no quiso fusilar ni que se pudrieran en la cárcel sino que les hizo algo peor: los dejó sin patria. Por eso se oponen, porque son tan viejos como el sistema cubano. Pero sin duda Barack Obama pasará a la historia por esta medida como el valiente que hizo lo que ningún otro presidente se atrevió a hacer durante 56 años. Si Cuba no toma el camino correcto, seguirá hundiéndose en el lodazal de la historia y el pueblo se hará cada vez más viejo, porque los jóvenes seguirán tomando el camino del exilio.
2 Comentarios
Richard Rosello
July 26, 2017 at 6:30 amHola Carlos… Su página web o blog y sus artículos son como un refrescador de la historia. Vivo en Kentucky y desearía poder conversar algunos temas de interés. Gracias. Mi correo es richardrosello@yahoo.com
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