Los inventores reales y los reales estafadores

Los inventores reales y los reales estafadores

Desde hace tiempo tengo en mente escribir sobre los inventos que le han permitido al cubano sobrevivir a más de siete décadas de carencias y prohibiciones. Había tomado muchas notas sobre ello y en particular sobre el otro “invento”, a lo que se le llama en Cuba “búsqueda” que no es más que poder obtener prebendas, artículos o servicios adicionales al menguante salario que se paga en Cuba y que incluye la posibilidad de robar, porque si algo ha destruido la revolución castrista es precisamente los valores y la ética que nos enseñaron desde pequeños.

Y en esa busca de información que completara mis recuerdos, donde me he referido a lo que he escrito en artículos anteriores sobre las grandes invenciones de la humanidad y el papel que en ello han desempeñado sobre todo los chinos y los alemanes, pero leyendo un artículo sobre los inventores me detuve en el caso particular de los falsos inventos y las referencias a grandes estafadores de la historia que se atribuyeron invenciones de otros y que a pesar de ello han sido reconocidos como inventores, científicos y un ejemplo de ello fue el empresario estadounidense que desarrolló muchos dispositivos con gran influencia en todo el mundo y que fue apodado como “el mago de Menlo Park” y alabado como una gran mente, Thomas Alva Edison, fama que le llega hasta que inevitablemente llegamos a conocer a Nikola Tesla y la famosa “guerra de las corrientes”. Primando los criterios de Tesla, sería la corriente alterna la que finalmente se impondría, lo que desencadenó el cuestionamiento de las invenciones atribuidas a Edison y la rectificación sobre el hecho de que fue un gran visionario y un gran negociante a la vez que un gran estafador, pero no el brillante inventor con que se le menciona.

A través de la historia ha habido grandes inventores, en lo que se han destacado los alemanes, aunque es una condición humana, afortunadamente, la creación, no sólo de objetos materiales, sino de procesos y sobre todo la creación intelectual, comenzando por la literatura y la música, se ha dado en cualquier parte del mundo. Y lo mismo que ha habido grandes inventores y creadores, han existido grandes estafadores, algunos de los cuales sin embargo han pasado a la historia como arbitrariamente reconocidos injustamente por algo que no inventaron.

El gran estafador

Cuando niño, el cine a donde más concurría en el barrio de El Cerro en La Habana, se llamaba Edison. Como el dueño era amigo de mi padre tuve acceso a ese cine muchísimas veces sin pagar y además tuve el privilegio de conocer al proyeccionista y la sala de proyección, algo parecido a lo que vería después en esa joya de la cinematografía italiana titulada “Cinema Paradiso”.

Por supuesto que me inquietaba conocerlo todo sobre el cine y una de las primera preguntas en esas tardes inolvidables fue del por qué el cine se llamaba Edison, del cual ya había escuchado en mis entonces estudios primarios. Y por supuesto la respuesta fue de que era una forma de honrar al hombre que había hecho posible que estuviéramos viendo la película y que tuviéramos iluminación eléctrica. Y ese era el criterio de todos en esos tiempos, que Edison fue alguien que nos mejoró mucho la vida.

Pero la realidad es que del Thomas Alva Edison que nos enseñaron en la escuela como un científico prolífico que lo había inventado casi todo, tuvo su mayor logro en llevar la estafa a niveles no vistos nunca antes y de forma sofisticada se erigió en uno de los cimeros farsantes en la era de finales del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX y si en algo fue muy eficiente fue en robar los dispositivos inventados por otros a la vez que demandaba legalmente al que en realidad los había inventado. Hoy en día, si se hubiera dedicado a la política se parecería mucho al estilo de Donald Trump.

Patentó casi 1100 inventos y casi ninguno fue suyo.

Algunos de los ejemplos de los llamados inventos que Edison se atribuyó mediante fraude son:

La bombilla eléctrica o lámpara incandescente, una de las cosas con que más se identifica a Edison, fue creada primeramente en 1809 por sir Humphrey Davy y ya en 1844 Jean Foucault había logrado una luz utilizable y durable. Foucault era un gran científico, famoso por haber determinado la velocidad de la luz y creado el giróscopo, el famoso Péndulo de Foucault que pudo precisar el movimiento de rotación de la Tierra, así como un regulador de la luz eléctrica, junto a otros descubrimientos. Las bombillas, usadas como luces eléctricas, existían medio siglo antes de la patente presentada por Thomas Edison en 1879 por lo que éste perdió los derechos sobre su patente tanto en Gran Bretaña como en los Estados Unidos.

La película o imágenes en movimiento fueron creadas por el pintor francés Louis Le Prince en 1888. Misteriosa y convenientemente para Edison, Le Prince abordó un tren en 1890 para después viajar a Estados Unidos a presentar su invento y junto con los documentos que le otorgaba la patente, se desapareció y nunca más se supo de él. Edison devino sospechoso y acusado por la policía francesa por un asesinato motivado por la guerra de patentes, pero no se le pudo probar nada.

La grabadora de voz electromagnética, el primer aparato para la grabación de sonido fue creado en 1859 por Édouard-Léon Scott de Martinville. El francés, un impresor avanzado, se interesó en grabar la voz humana al igual que se había hecho con la imagen, creando un método de estenografía para grabar conversaciones que no se les escapara ningún sonido, y a ello sumó estudios sobre lingüística y medios mecánicos para transcribir sonidos vocales, imitando el oído humano. El fonoautógrafo que ideó fue patentado en 1857 y producido en cantidades limitadas en laboratorios de investigación el sonido y propició el diseño de otros aparatos de investigación sonora. Y Edison lo patentó en Estados Unidos.

El famoso químico y físico italiano Alessandro Volta descubrió el metano y desarrolló la primera pila eléctrica en fecha tan lejana como 1799. No en balde la unidad de fuerza electromotriz, el potencial eléctrico y la tensión eléctrica del Sistema Internacional de Unidades lleva el nombre de “Voltio” en su honor desde 1881 y se conoce popularmente como “voltaje”. A pesar de ello Edison robó la patente porque no estaba registrada en Estados Unidos.

La primera silla eléctrica para la ejecución de reos condenados a muerte fue creada por un empleado de Edison, Harold Pl Brown y que fuera contratado con ese fin. Sin embargo Edison se atribuyó el invento pero no contó con que Brown basó su diseño en la corriente alterna de Tesla y no en la directa que defendía su patrón, lo que fue evidencia de que “el mago” no tuvo participación alguna en el invento.

La cámara de cine fue también obra de otro empleado de Edison, William Dickson, que se basó en los trabajos del fotógrafo británico Eadweard Muybridge, el cual se enfocó en el registro del movimiento para probar que el trote de un caballo mostraba que en un determinado momento tenía sus cuatro patas en el aire al mismo tiempo, negando siglos de representación mediante cuadros pictóricos. En 1882 creó una ilusión de movimiento mediante un aparato de su invención y en el que se basaría el kinetoscopio de Dickson y el cinematógrafo de los hermanos Lumière. Después de Muybridge los pintores ya no se atrevieron a representar el movimiento y William Kennedy Laurie Dickson se convertiría en director cinematográfico y sería catalogado como uno de los padres del cine. Y Edison solo puso la plata para pagarle a los inventores.

El alemán Emile Berliner inventó el transmisor telefónico, el gramófono, los discos de vinilo y un dispositivo precursor del micrófono y creó un telar para la producción masivas de telas, una baldosa acústica y un prototipo de helicóptero y desarrolló su rotor de cola, y algo muy significativo, el logotipo de su compañía era un perro escuchando un gramófono, el conocido mundialmente como “the master’s voice” o “la voz del amo” que fue el sello de la Victor Machine Company, que compraría a la empresa de Berliner y que más tarde sería la reconocida RCA Víctor. A Berliner le robaron la patente y sobre la base de su invento Edison desarrolló después el fonógrafo reproductor de discos.

El francés Gustave Le Gray, fotógrafo e investigador, se considera el precursor de la instantánea fotográfica y fue el primero en emplear el papel encerado seco como papel negativo, lo que revolucionó la fotografía y permitía la coloración a mano y fue un éxito comercial, pero Edison se atribuyó su paternidad casi medio siglo después pues no estaba registrado en América.

La pila alcalina de almacenamiento fue el invento que más dinero le reportó a Edison y tampoco fue invención suya, aunque le hizo aportes. Inventores como Luigi Galvani, Alessandro Volta, John F. Daniell, Gaston Plante, J. A. Thiebaut, Carl Gassner y Waldmar Jungner, aportaron diferentes tipos de pilas o baterías de lo cual se aprovechó Edison, pero cuando perfeccionó la pila alcalina, los carros eléctricos habían perdido, tristemente, su competencia con los motores de combustión interna, por lo que el invento en ese momento no se consideró muy útil, pero después se vio que era muy útil como fuente energética en lámparas para trenes, barcos y en las minas y otros usos.

Edison tenía una máxima: “Mantente al tanto de las nuevas ideas que otros han utilizado con éxito. Tu idea solo ha de ser original en su adaptación al problema en el que estás trabajando”.
Era mucho menos un inventor que un hombre de negocios, siendo realmente un mercader astuto que dedicaba gran parte de su tiempo a robar las ideas de otros y pleiteando para ganar demanda judiciales. Sin duda fue uno de los más grandes estafadores de la historia del siglo XX y de los Estados Unidos.

La capacidad emprendedora de Edison era ilimitada y abarcaba campos muy dispares y sus logros, aunque se basaron en el intelecto y el sudor de otros, no dejan de ser importantes, probablemente pensaba que el fin justificaba los medios, frase atribuída a Maquiavelo y realmente esbozada por Napoleón Bonaparte. Pero los medios que empleaba Edison fueron muy oscuros. Edison no inventó por si grandes cosas, sino que acaparaba para si el crédito de ideas e invenciones de otros y la mayoría de sus patentes son mejoras sobre productos ya existentes. Era un astuto hombre de negocios y como tal, tuvo mucho más éxito innovando sobre los productos ya existentes que inventando nuevas creaciones. Simplemente recordemos su cita: “Siempre invento una manera de obtener dinero para seguir inventando”.

Al escribir esto me acuerdo de un comediante de la televisión que al saludar a alguien le decía: ¡ la trampa !. Eso fue Edison, un hombre muy perspicaz, pero que representaba al clásico tramposo y embaucador, aunque a un nivel superior.

Hay otros casos muy significativos que siguen este patrón, como es el de Dennis Ritchie, inventor de UNIX y del lenguaje C, sin el cual no habría Windows, Unix, generación de lenguajes de texto, ningún tipo de programas, leeríamos todo en lenguaje binario (ceros y unos) y al final la computación habría sufrido un gran revés. Del otro lado está Steve Jobs, alabado como el Jesucristo de la computación, sin cuya participación no hubiera existido Apple y sus productos avanzados y de precio excesivo. Dennis Ritchie fue un gran creador, Steve Jobs vendió ideas robadas a otros. Murieron con pocos días de diferencia y mientras la muerte de Jobs fue un suceso mundial, de Dennis Ritchie casi nadie se acordó. Sin Jobs habría menos idiotas y sin Ritchie mucha menos inteligencia. El negocio sigue imperando sobre la ciencia.

Otra muestra del imperio del dinero sobre la verdad es la comparación entre Julian Assange, quien dijo que brindaba gratis información privada sobre las corporaciones y el gobierno y a cambio los medios de difusión lo calificaban como un criminal, mientras que Mark Zuckerberg hacía exactamente lo mismo pero cobrando y los medios de difusión lo declaraban “el hombre del año”.

Al final, como siempre ocurre para que se la gente piense que en el mundo hay justicia, halló la horma de su zapato en una guerra agotadora contra Nikola Tesla, llegando hasta electrocutar a un elefante para mostrar lo peligrosa que era la corriente alterna que defendía Tesla y sin la cual el mundo hoy no sería lo que es.

Ya hablamos bastante de un embaucador que pasaba por genio, hablemos ahora de un verdadero genio, un científico de los más brillantes de todos los tiempos: Nikola Tesla, que no fue justamente reconocido por la historia por sus aportes a la humanidad.

Nikola Tesla

¿Se imaginan un mundo sin luz eléctrica, motores eléctricos, bombas, ventiladores, refrigeradores o elevadores, ni radio, ni televisión, ni lavadoras, ni microwaves?. Y por supuesto sin computadoras. La próxima vez que prendas un switch o aprietes un botón, piensa en Nikola Tesla, que más que ningún otro inventor, hizo realidad la era de la energía eléctrica y sus aplicaciones prácticas.

Tristemente, 77 años después de su muerte, y más de un siglo después de sus mayores invenciones, su nombre es menos familiar que los de Thomas Edison, Alexander Graham Bell, Guillermo Marconi o los hermanos Wright, No casualmente Elon Musk, diseñó un automóvil eléctrico que con su nombre lo honra y eso ha hecho que la gente se ponga a indagar de dónde salió el nombre de ese carro de avanzada.

El generador de corriente alterna, el motor de corriente alterna y el sistema de transmisión eléctrica permitieron que el siglo XX evolucionara y prácticamente todos los nuevos desarrollos se ha basado en lo que Tesla había creado o fundamentado. El mundo pudo haber sido inalámbrico antes que cableado, pero pocos le hicieron caso.

Hoy en día el “wireless” o comunicación y transmisión inalámbrica sin la cual no concebimos el mundo, fue descubierta por Tesla hace más de un siglo cuando postuló y probó que la corriente emite ondas electromagnéticas con las que se pueden hacer muchas cosas. Cuando todavía no se había enunciado debidamente la física cuántica, enunció que todo lo que nos rodea es una manifestación de electromagnetismo de una forma u otra.

Tesla es a menudo comparado con Edison y nada es más injusto. Tesla no solo no era un Edison, sino todo lo contrario, Tesla era un visionario con una fuerte educación académica mientras Edison era un autodidacta; en tanto Edison se dedicaba a comercializar los inventos y hacerse rico, Tesla soñaba con un mundo transformado por la tecnología y no tenía la menor idea acerca de los negocios; mientras Edison dormía toda la noche, Tesla solo lo hacía con un esfuerzo normal y dedicaba todo el tiempo al trabajo.

En la medida que se enriquecía Edison, Tesla casi no recibió compensaciones por muchos de sus inventos. Tal era el interés científico y el desinterés material de Tesla, que cedió todas sus patentes a su socio George Westinghouse, siempre estuvo rodeado de problemas financieros y acabó muriendo casi en la pobreza. Edison mientras tanto se vanagloriaba de inventos que no le pertenecían, era ambicioso y despiadado, un egoísta considerado un tirano por sus empleados y un desalmado por sus competidores y no le importaba enemistarse con empresas o personas o hacer lo que fuera necesario para obtener el mejor beneficio económico.

Marconi se acreditó con la invención de la radio, pero su equipamiento se basó en las ideas de Tesla. Marconi ganó el premio Nobel en 1909 por este invento, aunque Tesla había patentado la idea en 1896. Una reparación histórica vino en 1943, año de su muerte, cuando la Corte Suprema de Estados Unidos reconoció a Nikola Tesla como el inventor de la radio y le devolvió la patente, que había estado en poder de Marconi hasta ese momento.

Al final Tesla no solo ganó la guerra de las corrientes, sino que dedicó años a diseñar un sistema de transmisión inalámbrica de imágenes fijas o en movimiento y sonido, convirtiéndose así en el verdadero padre del teléfono, la radio, la televisión y los teléfonos celulares. Los inventos de Tesla son la columna vertebral de los modernos sistemas de energía y dispositivos así como los sistemas de comunicación.

Tesla y la guerra de las corrientes.

A comienzos de la década de 1880, Nikola Tesla inventó el generador de corriente alterna (AC), que permitía transportar la electricidad a lo largo de grandes distancias, mucho más de lo que se podía hacer con la corriente continua (DC), que requería la presencia de un generador cada pocos kilómetros y tenía grandes pérdidas por disipación de calor. Edison estaba haciendo mucho dinero con la corriente directa y no quería ni cambiar, ni compartir su parcela con nadie más.

De ahí que al tener objetivos y concepciones tan diferentes, Tesla y Edison mantuvieran una larga disputa sobre varios inventos y en particular por el empleo de la corriente directa o alterna.

Estas diferencias que iban más allá de lo conceptual y lo tecnológico, porque a Edison solo le interesaba el dinero, fueron profundizándose, porque además el norteamericano era envidioso y desdeñaba los títulos universitarios. Edison defendía la DC o corriente continua, mientras Tesla probaba que la AC o corriente alterna era una mejor solución y no en balde es la que usamos ciento cincuenta años después.

Edison no podía perder su fama ni su imperio ni dejar que un joven europeo tuviera mejores ideas, por lo que rompió relaciones con Tesla y comenzó contra él una campaña de difamación típica de la actual administración norteamericana.

Con los postulados de Tesla, su principal campaña para recibir ingresos monumentales estaba en peligro, por lo que se dedicó a propagandizar que la corriente alterna era muy peligrosa, electrocutando gatos y perros y mostrando que el invento de Tesla era algo horrible. Empleó propaganda impresa y periódicos para desacreditarla pero al final la AC de Tesla se impuso por un bajo precio, mayor seguridad y menos pérdidas. Y Edison era del tipo de gente que no le gustaba perder y nunca dar su brazo a torcer.

Edison comenzó entonces a investigar los rayos X y la propiedad de lograr fluorescencia en determinados objetos al exponerse a esos rayos, pero resulta que ocho años antes, en 1887, Tesla había estudiado e inventado el fluoroscopio, el que se materializó como el estándar médico con rayos X.

Y en matemáticas, Tesla destacó la magnificencia de los números 3, 6 y 9, los que decía nos dan la llave del universo y lo mostró con diversas teorías, como las de que el nueve recrea un nuevo ciclo, la magia del nueve en el tiempo horario, el nueve en la geometría dell espacio, el mapa de la multiplicación de números primos y compuestos, el patrón que sigue una galaxia espiral, una concha o los pétalos de una flor, así como la generación de ciclones.

Nikola Tesla murió el 7 de enero de 1943 en un hotel de New York. Un infarto del corazón se llevó a los 86 años a este auténtico genio. Tras su muerte el gobierno de Estados Unidos requisó todos sus documentos e investigaciones, pero la mayoría no pudieron ser descifrados porque Tesla trabajaba sus proyectos y diseños básicamente en su mente. Así y todo el FBI cargó con ochenta cajas de sus documentos personales y solo ahora esa información, supongo que seleccionada cuidadosamente, ha sido desclasificada.

Tesla ha sido una figura injustamente maltratada y olvidada por la historia, pero la era de la información nos ha permitido conocer que fue una de las figuras cimeras de la ciencia y que es necesario reivindicarla. Las aplicaciones prácticas de su trabajo han tenido como colofón el mundo interconectado que tenemos hoy y que predijera más de un siglo atrás. Pero entonces el mundo no estaba preparado para sus inventos, su genialidad y su desprendimiento y mucho menos para sus proyecciones futuristas..

Un cien por ciento de todas sus invenciones son empleadas tal cual las proyectó o forman parte de algún dispositivo o aparato moderno. El siglo XX y el siglo XXI nacieron de la cabeza de Nikola Tesla.

Su figura, un tanto maltratada por la historia, fue reivindicada posteriormente por movimientos contraculturales que descubrieron el legado de un hombre que se opuso a las normas establecidas y que vivió en un mundo que aún no estaba preparado para sus inventos y su genialidad.

Había dicho no por casualidad en una de las pocas entrevistas que concedió en vida y que no se puede comprender totalmente, pero dejó claro estos postulados: “Primero fue la energía y después la materia. Todo es electricidad, todo es luz. Primero fue la luz, fuente sin fin de donde procede lo material.”

Tesla y Elon Musk

Cuando tenía catorce años, Tesla vio una foto de la Cataratas del Niágara y visualizó inmediatamente en su mente una rueda de molino gigante que pudiera capturar la fuerza de la catarata y convertirla en energía eléctrica. A la edad de cuarenta años, no solo la construyó, sino que solucionó los problemas que limitaban las transmisión de la energía a grandes distancias.

Ese era uno de los atributos de la mente de Tesla, que podía resolver en su cabeza complicados problemas matemáticos, generar algoritmos y concebir ideas de dispositivos o procesos sin tomar notas o hacer bocetos, y tenía una memoria fotográfica.

Un siglo después, Elon Musk, que en un principio se dedicó a crear una exitosa compañía financiera en Internet, PayPal, decidió dedicar sus esfuerzos a algo similar a lo que defendía Tesla, el bienestar del ser humano. Ello nos ha permitido ver que Tesla y Musk tienen mucho en común.

Los verdaderos científicos actúan como Musk, que al vender Paypal en 2008 por 180 millones de dólares, lo invirtió todo en sus tres proyectos: SpaceX, Tesla y Solarcity, por lo que tuvo que pedir prestado dinero a sus amigos para pagar la renta. Edison nunca hubiera hecho eso.

Musk igualmente tiene una poderosa memoria fotográfica que puede absorber rápidamente masivas cantidades de información, la que adiestró desde niño memorizando largos capítulos de una enciclopedia, e igualmente puede visualizar y resolver complejos problemas e imaginar procesos con muchas variables y tomar decisiones en tiempo real que han sido acertados en su exitosa empresa SpaceX y los cohetes Dragon

Eso es lo que hemos visto hasta ahora, el resto está por ver, porque a pesar de todo lo anterior, Musk tiene un récord notable en cuanto a decir una cosa y hacer otra diferente, por lo que al final, ojalá me equivoque, sus acciones no tienen un viso completamente científico, sino totalmente oportunista como buen negociante y los que se han asociado a él, lo dejan a un lado porque el magnate es propenso al engaño y la desinformación, lo que lo hace alejarse de Tesla, el nombre que le puso a su auto eléctrico y acercarse mucho a lo que sería un Edison contemporáneo.

Tesla pasó la mayor parte de su vida trabajando en sistemas para hacer inofensiva y libre la energía de forma que el hombre se librara de tareas físicas para pasar más tiempo en labores creativas, de modo que las máquinas emanciparan al trabajador.

Musk mientras tanto, con su desarrollo de vehículos eléctricos no por gusto llamados TESLA, y que son los más avanzados en su tipo, los paneles solares y sus baterías acumuladoras caseras, forman parte de la similar ambición de crear sistemas de producción de energía sustentable para el bienestar de la humanidad.

Tesla tenía fé extrema en su habilidad para superar obstáculos y alcanzar sus objetivos, lograr lo imposible, por lo que algunos calificaron como soñador. Cuando postuló la posibilidad de sistemas de comunicación y transmisión inalámbricos y objetos movidos por control remoto, los ignorantes y los que pudieran ser afectados por sus proyectos lo declararon loco. IQué sería del mundo de hoy sin el wireless o el wifi !.

La autosuficiencia de Musk, similar a Tesla, la ha mostrado en sus intenciones de resucitar al programa espacial de la NASA, crear sistemas que mueva gente de un punto a otro lejano en muy poco tiempo y crear un inmenso sistema energético sobre las base de la energía de la luz solar. Solamente cuatro entidades mundiales han logrado lanzar una cápsula al espacio, ponerla en órbita y hacerla regresar exitosamente: Estados Unidos, Rusia, China y Elon Musk. Y ahora ha logrado algo que parecía imposible: lanzar cohetes y hacerlos aterrizar para reutilizarlos.

Musk, al igual que Tesla, es el tipo de persona a la que le dicen que algo es imposible y responde sin titubear: creo que yo puedo hacerlo.

Y algo muy curioso, tanto Elon Musk como Nikola Tesla tienen una intensa fascinación con el planeta Marte. Tesla pensaba que sus comunicaciones inalámbricas le iban a permitir comunicación interplanetaria y estaba convencido de que había interceptado una transmisión desde Marte, para lo que inventó el “teslascopio” de lo que hará el año próximo justamente un siglo. A su vez Musk se ha metido en la carrera espacial con su flamante SpaceX con la intención de colonizar Marte y se ha declarado un profundo admirador de la obra de Tesla.

Y Musk comparte la idea del serbio cuando dijo: “Lo que unos llaman Dios, otros le llaman las leyes de la física”.

La revista Time eligió a Albert Einstein como el personaje más importante del siglo XX. Por él siento gran admiración y sin duda fue un gran genio, pero si hay que escoger entre la Teoría de la Relatividad y los numerosos inventos de Tesla y vemos que el que cambió el mundo y permitió que llegáramos a donde estamos, fue Nikola Tesla, sin duda se merece ser reconocido como el personaje cumbre del siglo pasado. Y los que alaban a Edison, porque le inculcaron ese nombre desde chiquitos, les recordamos que al “mago de Menlo Park” solo le interesaba su negocio. Y esa y no es la que nos enseñaron, sino la historia real.

Algunas de las cosas que no se le han reconocido a Tesla han sido:

Diseñó eficientes turbinas sin paletas en 1904 pero no le encontraron aplicación comercial; diseñó generadores eléctricos usando la energía solar, eólica y geotérmica; especuló sobre la existencia de la ionosfera, y la carga eléctrica de una capa de la atmósfera; patentó una bujía para los motores de gasolinas; inventó el primer reloj basado en vibraciones mecánicas por impulsos eléctricos; patentó un vehículo volador de despegue vertical.

Sin embargo desechó las ideas de Einstein en las que se sustenta la física moderna y algunos de sus proyectos fueron fallidos, como un rayo de la muerte concentrador de energía en forma de partículas y de gran poder destructivo, algo parecido al posteriormente descubierto láser y su sueño de transmisión de energía eléctrica de forma inalámbrica. El desarrollo de la tecnología demostró que muchos de sus fantásticos experimentos son científicamente exactos y funcionales.

Así y todo se le reconocen más de setecientas invenciones patentadas, todas suyas y que abarcan un amplio espectro del conocimiento humano. Una leyenda es que Tesla nació durante una tormenta eléctrica en 1856 y que por ello su coeficiente de inteligencia llegaba hasta 310 cuando el promedio es de 90 a 109 y uno superior entre 120 y 129. Por ejemplo

Edison tenía un IQ de 145, Charles Darwin 165, Leonardo Da Vinci 220 y Bill Gates 160, mientras que a Galileo se le atribuye 185, a Copérnico 160 y a la persona que ostenta el récord Guinnes en el tema, Marilyn vos Savant, se le asigna 228.

No es algo definitorio, pero es una señal, porque los genios se hacen con el trabajo sostenido al que siempre ayuda su inteligencia nata.

Tesla predijo en 1915 que “algún día habrá al menos seis grandes estaciones telefónicas inalámbricas mundiales que conectarán a todos los habitantes de la tierra unos con otros, no solo con la voz sino con visualización”.

¿Que mejor premonición que esta?

Como muchos, todos los que hemos ido conociendo la verdad, sentimos afinidad por Tesla por lo atrevido de su trabajo, e inclusive por su audacia hasta en las ideas que no funcionaron o que no han funcionado hasta ahora, que fueron pocas, pero por sobre todas las cosas hay que admirarlo porque sus investigaciones fueron estrictamente suyas lo que lo hace un pionero solitario dentro del mundo de los inventores, que lo hace aún sobresalir más.

No importa que Marconi la haya ganado la primacía con el invento de la radio, la historia reconoció después quién era el legítimo creador y por ello debería, ya que no lo reconocemos en los textos escolares porque preferimos a un negociante que a un científico, de la misma forma que preferimos a un futbolista que no va más allá de dar patadas a un médico que nos salva la vida.

Una forma de homenajearlo sería levantar nuevamente la Torre Wardenclyffe o Torre Tesla, la torre y antena de telecomunicaciones inalámbricas pionera en la telefonía trasatlántica y retransmisiones de servicios radiales y que el mundo financiero despreció.

Mientras nos sigan hablando de Edison como un genio y ocultando a verdaderas lumbreras como Tesla, el mundo seguirá en una dirección errónea, porque según dijo el inventor: “no me importa que me roben mi idea, me importa que no tengan ninguna suya”. De eso se trata el mundo actual, donde no abundan las ideas porque el hombre se ha convertido en esclavo de la tecnología y si tienen alguna percepción no es para nada bueno.

Sin duda la historia demoró demasiado en reconocer la importancia para la humanidad de los descubrimientos de Tesla, pero afortunadamente, en la actualidad su vida es admirada y respetada, porque muchas veces las personas más brillantes no son las que se reconocen oficialmente.

Y no me olvido de otra frase profética suya: “si tu odio pudiera convertirse en electricidad, iluminarías al mundo entero”. ¿A quién se referiría en esa frase?. Hay muchos candidatos en nuestros días.

Como conclusión nada mejor que la pregunta que le hicieron una vez a Einstein: ¿cómo se siente ser el hombre más inteligente?. A lo que el genio respondió:

• No sé, tendrían que preguntárselo a Nikola Tesla.

Una respuesta tan genial como la vida de estos hombres irrepetibles.