A Diana, Rocky, Malú, Mupy, Lia, Frida y Lulú que si existe, están en el cielo o más bien en el Paraíso, se ha ido para acompañarlas, nuestra Honey.
Creo que un hecho como este es de los pocos que me iban a sacar de mi ostracismo y de las pocas ganas de escribir que ha hecho que durante meses no incorporara nada a mi blog.
La muerte, anunciada por sus condiciones de salud, pero no aceptada por mí, me ha sacudido y ha hecho que nuevamente repase frases tan contundentes como las siguientes:
“Mientras más personas conozco, más quiero a mi perro.”
“Sucede que cada vez que pierdo un perro, se lleva un pedazo de mi corazón con él. Y cada perro que entra en mi vida me regala un trozo del suyo. Si logro vivir lo suficiente, todas las partes de mi corazón serán de perro y llegaré a ser tan generoso y bueno como lo son ellos”.
“El es tu amigo, tu compañero, tu defensor, tu perro. Tú eres su vida, su amor, su líder. El será tuyo siempre, fiel y sincero, hasta el último latido de su corazón. A él le debes ser merecedor de tal devoción.”
“Todos los hombres son dioses para su perro. Por eso hay gente que ama más a sus perros que a los hombres.”
Aldous Huxley
“Si creyera en la inmortalidad, creería que ciertos perros que conozco irán al cielo, Y muy, muy pocas personas.”
James Thurber
“Hasta que hayas amado a un animal, una parte de alma estará dormida.”
Anatole France
“¿Crees que los perros no irán al cielo? Te digo, que ellos estarán ahí mucho antes que cualquiera de nosotros.”
Robert Louis Stevenson
Estas reflexiones, algunas anónimas y otras de grandes pensadores, mas nuestras propias experiencias nos reafirman que la naturaleza ha sido muy injusta dándole a nuestros mejores compañeros, los que mas fieles nos son y los que mas nos quieren, mucha menos vida que a nosotros.
Pero en particular vuelvo a García Marquez, quien en su obra, literaria o periodística no dejó de llevar a los perros a ocupar un lugar especial, cuando escribió:
“Quizá ninguna agrupación zoológica se parece tanto a la del hombre como la de los caninos domésticos. Quizá, por otra parte, sea esa la razón que entraba a hombres y perros en una amistad proverbial, en un mutuo ejercicio de colaboración diaria. Y hasta es posible que fuera el perro quien domesticara al hombre, y no lo contrario, como se cree generalmente.”
“…en París siempre hay alguien en una visita con un pegote de perro en la sucia de un zapato. En mi tierra dicen que eso trae buena suerte. Si esto es así, en ninguna parte del mundo hay gente tan afortunada como en Francia.”
Pero ninguna tan contundente como aquella donde dice:
“No llores porque ya se terminó… sonríe porque sucedió”. “La memoria del corazón elimina los malos recuerdos y magnifica los buenos, y gracias a ese artificio, logramos sobrellevar el pasado”.
Y eso vamos a hacer con Honey, ya la casa no va a ser la misma porque no va a recibirnos, mis tertulias leyendo o viendo películas no van a ser las mismas porque Honey no va a estar dormida entre mis piernas, dondequiera que esté voy a extrañar su presencia muy cerca de mí y ya su camita no va a estar a mi vista mientras duermo.
Ya no va a traerme sus escandalosos juguetes para que se los arrebate y los tire para cogerlos nuevamente, su puerquito rosado esta durmiendo en el patio junto con ella, pero su presencia va a seguir siemplre con nosotros, aunque no sintamos sus caricias y sus acercamientos mientras nos bañamos en la piscina.
Honey nos ha dejado, no porque ella quisiera, sino por las mismas razones que nosotros lo vamos a hacer sin quererlo. Pero ella va a seguir, junto con nuestros otros perros ausentes, en nuestro corazón.
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