Sinatra, La Voz

 

Sinatra, La Voz

“No escondas tus cicatrices, ellas muestran quién tu eres”

Frank Sinatra

Cuando abordé el tema de los italianos en Cuba, que tan agradable me fue escribirlo, tambié me ayudó a conocer, buscando información en distintas fuentes, muchas cosas que ahora me contenta saber, ya que siento una especial afinidad por Italia.

Por ello dejé un capítulo especial para una de las personas que más he admirado por su talento y no es precisamente italiano, pero como si lo fuera, pues es descendiente directo de sicilianos y napolitanos. Es un americano o un italo-americano, por lo que sigo con los americanos, primero fue Hemingway, y ahora le toca al inmortal Frank Sinatra.

Cuando lo oí por primera vez, por suerte muy joven y antes de que empezara la furia del Rock and Roll, en cuya red todavía estoy atrapado, supe de inmediato que no había existido ni existirá algo igual a su voz. Durante medio siglo dominó completamente la escena musical, surgían nuevos artistas, que llegaban al pináculo, descendían lentamente y quedaban en el olvido o relegados, y Sinatra seguía ahí de “Number One”, por algo lo bautizaron y lo siguen y seguirán  llamando “La Voz”.  Cada vez que escucho a un reguetonero cubano autotitularse “La Voz” me dan escalofríos.

Antes y después de él han existido grandes cantantes, de primera línea, tales como Bing Crosby, Al Martino, Dean Martin, Elvis Presley, Perry Como,  Pat Boone, Frankie Laine, Johnny Mathis, Johnnie Ray, Tony Bennett, Teddy Pendergrass, Lionel Richie, Barry Manilow, Buddy Holly, Tom Jones, Engelbert Humperdinck, el espectacular Bobby Darin y otros que se me escapan, y los cuales a pesar de su excelencia, nunca alcanzaron el nivel de “La Voz”.

Y por supuesto en esta lista no incluyo el que más se le acercó en maestría, y cuidado, todavía    estoy indeciso, porque es no solo inimitable, sino de mayor excelencia que Sinatra en el dominio musical y en particular en su inigualable estilo como pianista. Seguramente saben que hablo de Nathaniel Cole, no por gusto llamado Nat “King” Cole, “el Rey”.  Simplemente tuvo la desgracia de ser negro y de morir muy joven, y así y todo dejó una huella no impresionante, sino  impactante y perdurable en la música mundial. Creo que merece que en su momento le dedique unas notas también, porque Nat forma parte, y muy fuerte, de mis memorias.

Pero el tema que abordaremos ahora es Sinatra, después le toca al que todavía tengo en duda si le pisa los talones o se le va un milímetro adelante. No es fácil distinguir entre gigantes, por eso mismo, porque son demasiado grandes y cualquier comparación se hace imposible.

Por supuesto que no voy a  atreverme a hacer un artículo biográfico ni mucho menos, sino dar mis impresiones personales y reiterar aspectos interesantes que rodearon la vida de este super cantante, como llegué a conocerlo a él y a la música y el estilo que representaba y el importante papel que ello ha jugado en mi desarrollo cultural.

Con Tommy Dorsey y su Orquesta.

Crooner

Como Sinatra es catalogado el “crooner” por excelencia, vale la pena abundar en este término.

El concepto de “crooner“, se aplica a vocalistas masculinos de registro más o menos susurrante e íntimo, pero a su vez vigoroso y cercanos al canon jazzístico, que suelen interpretar piezas clásicas del “cancionero americano”,  o simplemente crearlas, usualmente acompañados de una orquesta tipo jazz band o un formato más pequeño.

La palabra crooner se deriva del inglés “croon”, que se traduce como “canturrear”, que significa  cantar con voz suave, calmada y modulada a la vez.  Los crooners más destacados mundialmente, han sido reconocidos como excelentes cantantes, de claro fraseo, y buena entonación y perfecta dicción, sobre todo esto último. Si no tiene una dicción perfecta, no puede ser un crooner. Gracias a ello mis primeros pasos en el idioma inglés se me hicieron más fáciles porque casi todo era entendible. Nacieron con ese don o se preocuparon por aprender a cantar, mucho más que los que poseían voces más fuertes. Por eso Sinatra pudo colocarse al lado de Pavarotti y no quedarse por debajo.

Sin el crooner, la bossa nova, que es un género musical de la música popular brasileña derivado del samba y con una fuerte influencia del jazz.una nueva manera de cantar y tocar el samba y que se convirtió en uno de los movimientos más influyentes de la historia de la música popular brasileña, llegando a alcanzar proyección mundial que llega hasta nuestros día,  no hubiera existido.

Ya que entramos en este tema del cancionero americano, seguramente muchos en los últimos años han admirado a artistas de otros géneros también que han tenido mucho éxito con sus versiones del “Great American Songbook”, como Rod Stewart quien, con cinco volúmenes dedicados a ello y más de cuatro millones de discos vendidos de cada uno, consiguió su primer Premio Grammy y su primer número uno en EEUU desde 1979.

El Great American Songbook, el cancionero estadounidense, es un término que engloba las más conocidas composiciones de la cultura popular de los Estados Unidos de América en el siglo pasado,​ la mayoría de las cuales fueron escritas por un grupo de compositores para Broadway y Hollywood entre 1920 y 1960, convirtiendo a los temas del Great American Songbook en estándares de jazz. Los compositores y letristas más citados en el Songbook son Jerome Kern, Irving Berlin, George y Ira Gershwin, Richard Rodgers, Oscar Hammerstein II, Cole Porter, Hoagy Carmichael Lorenz Hart, Johnny Mercer, y Harold Arlen, entre otros.

Muchas cantantes y músicos han grabado expresamente las canciones que forman parte del Great American Songbook. Estrellas como Ella Fitzgerald, grabó en las décadas de 1950 y 1960 más de 250 canciones del Songbook. Otros artistas que han grabado estos números del Great American Songbook son: Fred Astaire, Chet Baker, Shirley Bassey, Tony Bennett, June Christy, Rosemary Clooney, Nat “King” Cole, Perry Como, Bing Crosby, Bobby Darin, Sammy Davis, Jr., Doris Day, Blossom Dearie, Judy Garland, Eydie Gorme, Billie Holiday, Al Jolson, Frankie Laine, Peggy Lee, Julie London, Dean Martin, Johnny Mathis, Carmen McRae, Helen Merrill, Wayne Newton, Dinah Shore, Nina Simone, Barbra Streisand, Mel Tormé, Sarah Vaughan, Dinah Washington, Andy Williams y por supuesto  Frank Sinatra. Hasta el cantante de música country Willie Nelson se ha atrevido y ha logrado impresionantes versiones.

Por lo tanto, cuando hablamos del “Cancionero Americano”, no hablamos de cualquier cosa. Son piezas musicales inmortales, que requieren interpretaciones perfectas.

El auge de los crooners o “cantar con dulzura” o “susurrar al oído tomó fuerza en los años 20 del pasado siglo con el advenimiento de la amplificación y la popularización de las grabaciones, lo que impidió que los cantantes se vieran obligados casi a gritar para ser escuchados, y por tanto pudieron usar un registro más suave. El crooning tiene sus raíces en el Bel canto de la Ópera italiana y en los intérpretes vocales de Jazz y en las influencias posteriores del Blues.

Rudy Vallée fue de los primeros crooners reconocidos a finales de la década, pero después  llegó Bing Crosby, el que Sinatra considera que enseñó a cantar a todos los “crooners”  y muy pronto, a mitad de los años 30, apareció Sinatra. Con la llegada del Rock and Roll, parecía que los crooners desaparecerían, pero pasó igual que cuando surgió la televisión, que decían que  iba a acabar con la Radio, sus aterciopeladas voces han ido sucediéndose de generación en generación y llegando hasta nuestros días gracias a Michael Bublé y a otros como Robbie Williams, Rod Stewart, Al Martino, Harry Connick Jr, David Bowie, Jens Lekman, Jean Sablon, Roger Cicero, Jamie Cullum. Y con más de 90 años y una voz impresionante, el legendario Tony Bennett sigue dando que hablar.

Mi primer disco de Sinatra.

He contado anteriormente que en los años 50 en Cuba un disco de vinilo de 33 revoluciones por minuto (realmente eran 33⅓), conocido como Long Playing o Larga Duración, y que normalmente venían con seis números musicales por cada cara, para un total de doce, se vendía entre cuatro  y seis pesos, en dependencia del artista y el impacto del disco en particular, mientras que un sencillo de 45 revoluciones por minuto costaba alrededor de 1.50 pesos.  Estoy hablando en términos de pesos equivalente en esos años al dólar norteamericano. También he hablado de que en la antigua Plaza del Vapor, en Galiano y Reina, había vendedores que contaban con una oferta bien variada, aparentemente de contrabando,  y los costos eran entre 1 y 3 pesos el LP y 50 centavos a 1 peso (equivalentes al dólar entonces y hago la comparación de que yo ganaba unos 22 pesos semanales pero estuve mucho tiempo ganando solamente 10,  por lo que no eran muy baratos, pero con un esfuerzo se podían alcanzar.  

Y estoy hablando de discos nuevos, si uno los quería de uso, que era lo más accesible,  entonces me iba al lugar donde vendían discos que no estuvieran rayados (o maltratados, en los que el sonido se repetía incesantemente por una fisura en los surcos).  Ese lugar era “La Biblioteca”, sita al fondo del Edificio del Gran Templo Masónico, en la calle Belascoaín. El lugar actualmente está demolido y es una parada de ómnibus, pero entonces era un lugar de un puntal bien alto y era incalculable la cantidad de libros y discos y revistas que allí había.  Creo que igual es de incalculable las veces que allí estuve, las horas que a ese lugar dediqué y la cantidad de cosas que compré.  Y si no compré más fue porque si por mi gusto fuera hubiera dejado todo lo que ganaba allí.

Pero voy a mi primer disco de Sinatra.  Buscando encontré un álbum muy bien cuidado que buscaba hacía rato y por el que no podía pagar el costo en las discotecas.  Este era “Love is the Thing” de Nat King Cole, uno de mis preferidos hasta el día de hoy.  Quizás si me dicen que tengo que deshacerme de toda la música grabada y quedarme con un solo disco, no tengo mucha duda en seleccionarlo.

   Mi álbum favorito

Cuando voy a pagarlo, con un costo de 99 centavos, el dependiente, que me conocía, me pregunta si me gustaba Sinatra, y me ofrece un ejemplar del LP “Swing easy”, con fabulosas canciones como “Just One of Those Things”, “All of Me” y “Jeepers Creepers”.  Ahí no quedó la cosa, apareció un ejemplar, aún en su plástico interior sin abrir, de “Songs for young lovers” y que contenía entre otras “My funny Valentine”, “A Foggy Day”, “I get a kick out of you” y  “They can’t take that away from me”.  El presupuesto semanal quedó en bancarrota.

Fue tan crítica la situación que en La Biblioteca me reservaron, para comprarlo la próxima semana, como así ocurrió, otro álbum de Nat King Cole, el LP entonces fresco o recién lanzado “Just One of those things” con una versión de esa pieza en mi criterio superior a la de La Voz y con grandes éxitos como “These Foolish Things Remind Me Of You”,”Just For The Fun Of It”, “Don’t Get Around Much Anymore” y dos sencillos de Sinatra con “You’ll never know” y “September Song”.

Cuba que siempre fue pródiga en cancioneros (me refiero a pequeñas revistas que contenían la letra de las canciones), no contaba con ediciones que tuvieran estas piezas musicales, eran fundamentalmente números cubanos, mexicanos y españoles y después surgieron los cancioneros con algunas letras en inglés pero solamente del género rock and roll, como de Elvis Presley, Bill Haley and the Comets, Los Platters y Chuck Berry, así que en revistas americanas muy especializadas, por supuesto que en la Biblioteca me pude hacer de algunas y conocer sus letras, aunque yo machacaba escuchándolas repetidamente y casi las adivinaba completamente, porque me gustaba el idioma inglés, y como dije, en ello ayudaba mucho la perfecta dicción de los crooners.

Poseía entonces un pequeño tocadiscos manual parecido a  una maletica, de marca Philco (mi posesión más valiosa junto con mi máquina de escribir Underwood Golden Touch) y que el otro día comentaba mi hijo Carlos que nos duró hasta la década del 80 y todavía se oía bien, cuando la tecnología dió paso a los casettes, a los tocadiscos automáticos y sobre todo a un llamado equipo  “3 en 1” (radio, tocadiscos y casettera) marca JVC que marcó toda una época.

Pero en cualquier variante, recuerdo con mucho placer, cuando al llegar del trabajo, comer y prepararme para ir a estudiar en el Instituto de Segunda Enseñanza el Bachillerato en horas de la noche, tenía disponible un poco más de media hora donde reposaba y disfrutaba de dos grandes: Sinatra y Nat King Cole. Si el tocadiscos tuviera memoria, los tocaría aún sin ponerle el disco, a perpetuidad. Las agujas se gastaron tocando a estos grandes, y bien empleadas que estuvieron.

Y sin la menor duda, el último sobreviviente es Tony.

Tony Bennett no solo es el sobreviviente que mantiene una voz prodigiosa con registros muy amplios que, con el tiempo y a su edad, no han variado, aunque su voz es más rasgada pero no deja de ser este un aliciente más en su vocalización, sino que lucha porque se mantengan vivos los sonidos verdaderos del swing, del crooner y del cantante de jazz.  

Sus últimas producciones, donde comparte micrófono con Lady Gaga o Amy Winehouse nos muestran esta faceta. Después de escuchar “The lady is a tramp” o “Cheek to cheek” por Tony Bennett y Lady Gaga podemos cuestionarnos por qué se desaprovecha a esta cantante en productos comerciales  teniendo una tremenda calidad vocal y que puede cantar como la mejor.

Amy Winehouse, desgraciadamente desaparecida, es otra cosa, una heredera digna de Billie Holiday o de Etta James, asumió un riesgo total al cantar y sin embargo nos brindó junto con Tony la magnífica versión de “Body and Soul”. Y no dejo atrás una obra estupenda de Tony con esa excelente cantante, que no se si es hombre o mujer, Kathryn Dawn Lang, conocida por K.D. Lang, con una versión única de “Moonglow”.   K.D. Lang también participó en discos tributos a Joni Mitchell y Ella Fitzgerald.

Tony Bennett con su espléndido  trabajo nos ha mostrado que existen nuevas figuras para el sonido de los viejos tiempos.  Porque esos sonidos no pasan. Como decía un programa de la televisión cubana: “lo bueno no pasa”.

Además, nunca resultará inadecuado presentar al mundo cómo eran las voces de antaño, cuando todo real y la tecnología todavía no podía fabricar ningún portento, como ocurre hoy en día, donde muchos de los artistas de gran fama no tienen ni el más mínimo talento y desgraciadamente son los más populares. Gente sin voz, ni melodía, ni talento alguno como Enrique Iglesias y Shakira son más populares y ganan más dinero que los verdaderos talentosos gracias a la comercialización.  Pero no hay que extrañarse, un tipo por caerle a patadas a un balón gana mil veces lo que un científico que salva vidas u otro que  nos facilita la vida.

El estilo

Sinatra construyó su estilo y sintetizó, ya en sus orígenes, años de influencias sobre la música de inspiración jazzística y sobre la base de una comprensión natural de la música popular, tal como la habían entendido Bing Crosby, Fred Astaire, Benny Goodman y Louis Armstrong, explotando la idea de que esta debería ser una relación personal con el que escucha

Lo principal para Sinatra fue cantar con una cuidada precisión en el fraseo y del dominio del control de la respiración, así como la su capacidad interpretativa para transmitir las emociones y sentimientos que nos brinda la música y las letras de las canciones.​

Para Sinatra todo resultaba secundario con relación a su principal objetivo, que era contar una historia de la forma más expresiva posible.

Es Sinatra uno de los primeros cantantes que hizo un empleo eficiente de los medios de amplificación del sonido con el objeto de situar su voz por encima del sonido de la orquesta, lo que había dominado a la música popular de principios del siglo XX en Estados Unidos, de forma tal que se hiciera más íntimo lo que escuchaba el oyente.

Su primer gran éxito fue en 1940 con su interpretación, con la orquesta de Tommy  Dorsey, del tema “I’ll never smile again”, el que fue sin duda el punto de partida de la carrera de Sinatra como fenómeno de masas, a lo que le siguieron otros temas más que fueron también grandes éxitos de ventas.

Sinatra fue de los primeros en sustituir el sonido sincopado o que rompía la regularidad del ritmo del jazz de Nueva Orleans por un modo de cantar adecuado al compás de cuatro tiempos propio del Swing característico del estilo fue la big band, pero de una forma diferente, creando un modo sutil de cantar, sin estridencias y con cuidadosa vocalización y naturalidad, para lo que aplicó lo que había aprendido de Bing Crosby y se ayudó de los micrófonos para lograrlo.

Fue Sinatra el que inició el ya tan empleado método de lanzar álbumes con duetos. Eso en figuras de primera línea está perfecto, pero ahora cualquier mediocre que ha llegado a ser popular gracias al mercantilismo y sin asomo de talento, publica sus duetos.

Duets de 1993, fue su primer álbum en diez años, y contenía trece canciones clásicas regrabadas a dúo con algunos de los cantantes más populares de entonces. Para este disco, en cuya grabación Sinatra no compartió el estudio con ninguno de sus acompañantes, sino que se grabaron por separado, fue uno de sus grandes éxitos y alcanzó el número Uno en Billboard. A él le siguió Duets II.

Para Frank fueron especialmente exitosos los años cuarenta y cincuenta, siendo esta última década, con su producción discográfica para la compañía Capitol, la considerada como su etapa de mayor calidad como cantante, que si bien ya estaba en la cima, lo lanzaron aún más arriba si eso fuera posible.

In The Wee Small Hours es el noveno álbum de estudio del vocalista Americano Frank Sinatra. Lanzado en abril de 1955 por Capitol Records, que fue un éxito comercial, aclamado por la crítica, y es listado como el tercer mejor álbum de los años 50.

Su legado musical incluye más de dos mil canciones, 21 discos de Oro, seiscientos millones de discos lo sitúan como el cuarto artista discográfico más significativo, a pesar de haber desarrollado su carrera en tiempos donde la difusión musical no era tan amplia como ahora, donde mediocres que no vale la pena mencionar, venden millones, pero pasado un tiempo nadie los recuerda.

Y algo que cuando lo supe me sorprendí muchísimo. Ya conocía, no hay que ser un experto para darse cuenta de ello, con la seguridad que Sinatra cantaba pero el que me dió la medida exacta de ello fue mi amigo Eddie Bernat, del que he hablado en otras ocasiones y que anduvo más de 30 años en Estados Unidos tocando con las mejores orquestas. Cuenta que había tocado para cientos de cantantes, pero que el único que jamás ensayaba era Frank Sinatra, y no por soberbia o petulancia, sino porque tenía el don de acomodarse a lo que estuviera haciendo la orquesta y ello a su vez hacía que la orquesta se acomodara a su fraseo.

Yes, it was my way. My way, el himno de Sinatra

Es imposible decir cuáles son los temas clásicos de Frank Sinatra. Habría que hacer una selección con varios álbumes.  Son cientos los éxitos incuestionables tanto en lo comercial como en lo especializado, pero sin duda hay una canción, que tampoco es mi preferida, pero que lo refleja, porque al final él vivió “a su manera”.

Si Frank Sinatra no canta My Way, esa canción la conocería poca gente en el mundo.

«My Way» (A mi manera) es una canción popular adaptada al inglés por Paul Anka, en 1969, basada en la canción francesa «Comme d’habitude», escrita por Claude François y Jacques Revaux, inspirada en una ruptura sentimental con la también cantante France Gall.

A Paul Anka todos los recordamos porque durante los años 60 no había fiesta en Cuba, en particular las fiestas de quince, en las que no se apareciera alguien con un disco de “los 15 de Paul Anka”, el cual era tocado hasta la saciedad.

Y Si hablamos de Paul Anka, hay que reconocer el tremendo aporte que ha dado a la música un país relativamente pequeño en habitantes en comparación con los Estados Unidos. Si no, repasemos esta lista: Paul Anka, Celine Dion, Alanis Morissette, Bryan Adams, Shania Twain, Leonard Cohen, el gigante Neil Young, la exquisita Sarah McLachlan, Anne Murray, el incomparable Oscar Peterson,Avril Lavigne, Michel Bublé el heredero de Sinatra en el siglo XXI y bandas como The Guess Who, Nickelback, Rush, Steppenwolf, Heart.

La versión en inglés escrita por Paul Anka es totalmente diferente a la letra original en francés y su primera interpretación fue realizada por Frank Sinatra en el disco My Way del año 1969. La canción «My Way» se convirtió en la pieza principal por la cual es reconocido Frank Sinatra, aunque en el momento de su estreno esta pieza no logró una buena posición en las listas de éxitos. La identificación de la canción con Sinatra se fortaleció muchísimo con el paso de los años, hasta que la canción se transformó en un símbolo musical y cultural en todo el mundo.

La canción habla de un hombre de avanzada edad, ya cercano a la muerte, que mira satisfecho cómo ha sido su vida, mientras le cuenta cosas importantes de ésta a un amigo, que lo escucha atentamente sentado a su lado.  La personalidad de aquel hombre se define como fuerte, confiada y determinada; es un hombre que no depende de otros para progresar, que hace lo que siente y dice lo que piensa, que no se atemoriza con los desafíos que la vida le ha presentado y que, cuando estos parecieron superarlo, ha sabido resolverlos a mi manera (I did it my way, en inglés), expresión que se repite en el coro de la canción.

El personaje de la canción está feliz de cómo vivió, del curso que tomó su vida y lo que logró de ella, no obstante reconoce que se arrepiente de ciertas cosas y de haber sufrido grandes tristezas, y culmina con una actitud optimista de la existencia.

“And now, as tears subside, I find it all so amusing” (Y, ahora que cesan las lágrimas, encuentro todo tan divertido)

“To think, I did all that, and may I say, not in a shy way” (Pensar que yo hice todo eso y, permítanme decirlo, sin timidez)

“Oh no, oh no not me, I did it my way” (Oh no, oh no yo no, yo lo hice a mi manera)

Sinatra el mafioso.

El artista norteamericano fue uno de los personajes más polémicos de los tiempos modernos, y probablemente haya sido el cantante que más generaciones escucharon. Sobrevivió el rock and roll, el mambo, al chachachá, al pop, al beat, al  rock sinfónico, al heavy metal, la salsa, y todas las demás corrientes musicales que se han sucedido, y no cuento al reguetón, porque eso no es música, así de absoluto, no lo es porque no da valores musicales ni líricos, y mucho menos éticos o morales,  pero desgraciadamente es lo que le gusta a la juventud, o lo que la comercialización de la cultura le ha metido por los ojos a la juventud. Como decía Roberto Carlos en su canción “El Progreso” :  Yo no estoy contra el progreso si existiera un buen consenso.

Sinatra nació en la ciudad con más italianos de  New Jersey (Hoboken), justo frente a Manhattan y con su apellido era  puramente siciliano, con vocación de cantante, de complexión menuda y con ojos azules no podía pasar inadvertido en una sociedad con fuerte influencia del crimen organizado y con en una sociedad con una concepción generalizada negativa hacia todo lo italiano (salvo la pizza, el aceite de oliva, Sofía Loren y Gina Lollobrigida).  Para reflejar mejor cómo era esa sociedad podemos remitirnos al libro o a la película (nunca una obra literaria se reflejó mejor en el cine) “El Padrino”. Y mucho menos Frank iba a pasar inadvertido cuando sus amistades estaban todas relacionadas con los bajos fondos, por lo que es lógico que Sinatra estableciera una relación estrecha con la Cosa Nostra, porque eran los suyos y él era uno de ellos.

Siendo ya un cantante de gran aceptación, Joe Fischetti, amigo de la infancia de Hoboken, propuso a su amigo Frank conocer en persona al jefe del sindicato del crimen, al gran Charles “Lucky” Luciano, que era venerado por todos los italoamericanos, por tanto no sólo era atractivo el viaje, sino algo muy deseado por Sinatra.

Rocco Fischetti era primo de Al Capone y uno de los principales gangsters de Chicago, famoso por el juego ilegal. Joe y Rocco Fischetti acompañaron a Sinatra, llevaron a Luciano un maletín con dos millones de dólares como aporte a la comisión nacional de la Mafia. Nuevamente en 1947 viajaron a La Habana con el cantante y en ese mismo año atendieron el funeral de Al Capone. Joe Fischetti no era cualquier cosa, era cuñado y por ende en cierta forma heredero de la fortuna de Al.   Eran dos “Pezzonovante, que en Sicilia literalmente es $1.90, pero que de forma figurada y más conocida, representa gente muy importante.

Sinatra vino a La Habana tres veces: en 1946, 1947 y en 1951. La primera visita tiene relación con el encuentro de los principales capos de familias de la mafia que ya mencionamos.

La justificación para la reunión de los mafiosos tuvo su cobertura fue que el cantante había sido invitado por un millonario italiano para recibir un homenaje en los exquisitos salones del Hotel Nacional de Cuba y en el encuentro estarían presentes un grupo de admiradores del famoso cantante.  En realidad Sinatra con sus amigos Fischetti fueron a La Habana a conocer a Luciano y durante la semana se daría una gala en su honor como un manto que cubriría el verdadero objetivo de la reunión.

Lucky Luciano dijo:   “Si alguien hubiera preguntado, había una razón aparente para semejante reunión. Era una celebración para honrar a un chico italiano de New Jersey llamado Frank Sinatra, el cantor que se había convertido en ídolo de los adolescentes del país.

Lo realmente cierto es que Frank Sinatra, en este encuentro de La Habana, fue utilizado por el hampa para poder realizar libremente y sin sospechas ese cónclave mafioso.  Y el se sintió orgulloso de ello.

La noche de fin del año 1946 en el Hotel Nacional de Cuba fue todo un derroche de las mejores bebidas y los más exquisitos y exóticos manjares, la mejor música y las más hermosas bailarinas de los mejores cabarets de La Habana, Tropicana, Montmartre y Sans Souci.

Y cerca de la medianoche se apagaron las luces y brilló la estrella de esa noche, Frank Sinatra, el gran artista en el que los italoamericanos mafiosos allí presentes se sentían representados.

Los días en que transcurrió el evento en el Hotel Nacional, pasaron como era propio de la mafia, nadie tenía conocimiento de lo que allí sucedía y se comentaba que era una reunión cumbre de hombres de negocio. En ella se acordaron cosas terribles, como el asesinato de Albert Anastasia y de Bugs Siegel, pero aparentemente no pasaba nada fuera de orden.

Todos los pisos del hotel estaban ocupados y en ellos se incluían sus guardaespaldas. Sinatra, no se registró en el hotel, pero a su regreso a Estados Unidos, una revista norteamericana publicó que el cantante había estado de juerga con la mafia en La Habana. Sinatra la demanda por 50 mil dólares y gana la querella porque justamente no había prueba fotográfica, ni testimonial, de lo cual se encargaron los agentes de seguridad de la Cosa Nostra.

Sinatra estuvo nuevamente en Cuba y visitó Tropicana en 1951, pero cuando lo descubrieron, rápidamente se marchó. Al casarse ese año con Ava Gardner pasó su luna de miel en Miami y de ahí fue nuevamente a La Habana, de nuevo al Hotel Nacional, que se caracterizaba por su discreción.

Hay pocas fotos de sus visitas pero sí una muy interesante, está con Joe y Rocco en el famoso bar habanero Sloppy Joe´s.

Otras anécdotas relacionadas con la mafia italoamericana.

Cuando releo esta anécdota de Sinatra me recuerdo de la estupenda película “Goodfellas” de Martin Scorsese con Robert de Niro, Joe Pesci y Ray Liotta. Esos pichones de italianos nacidos y criados en New York y sus alrededores, como Sinatra, reflejaban un estilo de vida donde la palabra “fuck” es usada en la película en 300 ocasiones y como dato interesante, el protagonista Henry Hill (Ray Liotta) admite: “Que yo recuerde, desde que tuve uso de razón, quise ser un gánster”, refiriéndose a los gánsteres de la familia Lucchese que habitaban en su barrio.

Por eso no es nada raro que se comente que Sinatra había amenazado a Tommy Dorsey para que rompiera un contrato abusivo que lo ligaba de por vida a su orquesta. Las palabras de Sinatra sobre la influencia de Dorsey en su estilo son significativas: “lo aprendí todo sobre la dinámica, el fraseo y el estilo por la forma en que tocaba su trombón. Tommy Dorsey fue para mí un verdadero maestro tanto en la música como en el negocio, en todos los aspectos”.

Pero eso no quería decir que eso conllevaba ser su esclavo. En 1947 Frank quería empezar una carrera en solitario pero Dorsey, quien le había encaminado y convertido en el cantante más famoso, no querías dejar ir a la gallina de los huevos de oro, pero una forma de pensar como los muchachos de “Godfellas” y una pistola en la cabeza dan mucho que pensar, así que rompió el contrato. Lo más probable es que el mafioso de New Jersey, Willie Moretti, a instancias de Sinatra, le puso a Dorsey una pistola en la cabeza para que renunciara al contrato que le unía a Frank y del cual quería quedarse con la mitad de sus ingresos.   Hasta su asesinato en 1951, Moretti se jactó constantemente de haber hecho ese favor a Sinatra.

Como ocurre en la película, los amigos de Sinatra prosperaron gracias al juego, la venta de alcohol y la extorsión y el también deseaba ser un tipo duro y poderoso como ellos.

Pero de casta le viene al galgo. La madre de Frank, Nancy, genovesa, tenía una clínica clandestina y en varias ocasiones estuvo en la cárcel por practicar abortos ilegales,  lo crió para que fuera, como dirían en Sicilia, un “uomini rispettati”, o sea, un hombre respetable, lo que equivale a un tipo duro.

Por otra parte, su padre, siciliano, era boxeador profesional y poseía una taberna que atendía por la noche, ya que de día trabajaba como bombero, así que la herencia violenta de Frank era por ambas partes.  Por eso, igual que en la famosa frase de “El Padrino” de Mario Puzo, a Dorsey la hizo una oferta que no podría rechazar.

Por cosas como la de Dorsey a Frank se le calificaba como un mafioso, y de los malos. También se comenta que amenazó de muerte a la periodista Dorothy Kilgallen y que había destrozado a golpes a un reportero por comentar sus vínculos mafiosos.

Muchos piensan que el personaje de Johnny Fontane, el cantante de “El padrino”, se refiere  a Sinatra, pero nada más lejos de la realidad. El único parecido es que era un ídolo para la juventud pero que nunca necesitó ayuda para convertirse en lo que fue.

Por muchas relaciones que haya tenido Sinatra con el crimen organizado, nadie lo ayudó a llegar a la cima de su carrera.

En 1963 el Consejo de Control del Juego del Estado de Nevada presentó cargos contra Sinatra por haber alojado en uno de sus hoteles al mafioso Sam Giancana. Pero eso merece una historia aparte, la del Cal-Neva.

Cal-Neva

Una combinación de las palabras California y Nevada, era el nombre del Hotel y Casino propiedad de Sinatra.

A orillas del Lago Tahoe (el que aparece en la película El Padrino II, X-Men 2 y 3 y en la serie Bonanza), a solo 35 kilómetros de Reno, la Pequeña Ciudad Más Grande del Mundo y quen un tiempo fue la capital mundial del juego, está

Cal-Neva, un casino y hotel situado exactamente sobre la raya limítrofe cuya historia es interesante.

En esta historia aparecen Frank Sinatra, Marilyn Monroe, los Kennedy, Judy Garland, la mafia, túneles secretos y una piscina nada fascinante pero curiosa porque por su centro pasa el límite de los dos estados.

El lugar fue construido en 1926 como residencia por un magnate de San francisco, que al legalizarse el juego en Nevada lo vendió para convertirse en casino. Un incendio lo destruyó y fue reabierto en 1937 y en ese momento era el mayor casino en Estados Unidos. Con los años los ricos y famosos de Estados Unidos preferían la discreción del norte de Nevada antes que la locura de Las Vegas para dar rienda suelta a sus excesos, y además porque este sitio contaba con una red de túneles para que las personas que allí acudieran lo hicieran sin ser detectadas. Originalmente estos túneles se hicieron durante la prohibición o Ley Seca para la huída ante las redadas de la policía.

En 1951 Frank Sinatra visitó por primera vez el lugar y en 1960 decidió comprarla  junto con Dean Martin y otros tres socios, también amigos. La época en la que Sinatra fue el dueño del lugar se puede considerar como la edad de oro del Cal-Neva, porque hizo del sitio, que sólo abría en verano (está a 1897 metros de altura), un complejo hotelero abierto los 365 días, y para ello amplió el complejo con un teatro, un helipuerto y la famosa piscina, así como la red de túneles secretos con nuevas salidas.

La compra del Cal-Neva por una cifra mucho menor que su valor despertó el interés del FBI, siempre vigilando a Sinatra y concluyeron que era una operación del mafioso de New York Tony Salerno, por lo que se situaron para espiar desde las colinas cercanas para ver quiénes accedían al casino.

Conocieron que Marilyn Monroe era una huésped habitual del Bungaló número 3 y el número 5 era de uso exclusivo de Frank Sinatra, el 4 era para los invitados personales de Sinatra y ellos contaban con acceso a los túneles. Y por supuesto uno de los invitados que hacían visitas reiteradas era Kennedy.

En julio de 1962 Marilyn Monroe pasó allí un fin de semana y en esa ocasión tomó una elevada dosis de pastillas para dormir y los servicios médicos del hotel llegaron a tiempo para salvarla. Apenas una semana después Marilyn volvió a hacerlo, y esta vez fue su fin.

 

Pero la visita de Sam Giancana propició que tuviera que renunciar a su licencia de juego y de operación del Casino.  

Esa situación y otras, llevaron a que Sinatra tuviera que declarar bajo juramento ante la Comisión Investigadora del Estado de Nueva Jersey, que le había enviado una citación para que respondiera a ciertas preguntas sobre su relación con la mafia, cuestión que negó cualquier vínculo con ellos.

Una pelea de Giancana con un miembro del equipo de las McGuire Sisters, un trío de hermanas cantantes de las que una era novia ocasional de Giancana, y que ocurrió en uno de los bungalós en su exterior permitió que el suceso fuera fotografiado y grabado y al final el tema llevado a la comisión del Juego de Nevada, la que tomó la decisión de retirarle  la licencia de juego al casino hasta que Sinatra lo vendiera.

En los archivos del FBI se conserva un expediente sobre Sinatra de 2403 páginas.


Con Paul Castellano, Gregory De Palma Carlo Gambino Joe Gambino

Sus amigos

Cuando falleció Frank Sinatra, su cuarta y última esposa lo vistió con su mejor traje y le organizó un funeral en el que sus amigos y familiares le dejaban en el ataúd todo tipo de recuerdos personales, entre ellos una botella de Jack Daniels, su whisky favorito, sus cigarrillos marca Camel sin filtro y su infaltable encendedor Zippo.

Barbara Sinatra, que había compartido con Frank 26 años, mantuvo un bajo perfil durante años, pero finalmente tomó la decisión de publicar sus memorias tituladas “ Lady bue eyes: my life with Frank” (la dama de los ojos azules: mi vida con Frank) en el que revela aspectos desconocidos del legendario cantante, como que acostumbraba bañarse varias veces al día, humaniza la concepción sobre su persona e inesperadamente desmitifica su relación con la mafia italoamericana, cosa muy rara porque las razones para considerarla real son abrumadoras.

Según Bárbara, Frank era una persona de mucho temperamento, pero a su vez un fanático de los crucigramas, un lector insaciable, un estupendo cocinero y una persona extremadamente generosa, que iba a un restaurante con un fajo de billete y repartía a todos, no solamente a los camareros.

Entre los platos favoritos de Sinatra,que también disfrutaba mucho de la gastronomía, estaban la de su propia herencia, la italiana. De ellos ocupaba un lugar preferente la clásica milanesa de ternera.  Un menú de primera para “La Voz” era una milanesa junto con costillas posillipo, fusilli con salsa fileto y tortas de ricota.  Hasta en eso Sinatra sabía vivir bien. Sinatra hacía lo que mejor saben hacer los italianos, comer, paladear, disfrutar.  En la mesa de Frank nunca faltaba la pasta, el prosciutto y el parmigiano, todo ello rociado con el buen vino Chianti.

A su vez era un gran bebedor, que usualmente se tomaba una botella de whisky diariamente y mucho más si compartía con amigos.  La ginebra le hacía mucho daño ( por cierto que aparte de Frank, otros famosos que hicieron de la ginebra una bebida de culto se encuentran su compinche Dean Martin, Charles Dickens, Winston Churchill y Ernest Hemingway) no le gustaba tomar solo, por lo que era feliz cuando tomaba con amigos que estaban a su nivel etílico como John Wayne, Robert Mitchum o Dean Martin.  Tenía una tremenda resistencia para la bebida, una vez viajó de California a Japón y bebió durante todo el vuelo, dió el concierto sin fallar en nada y de inmediato regresó a Estados Unidos en el mismo avión y tomando nuevamente.

Por cierto Sinatra y Hemingway compartieron la afición a la comida del mutrikuarra (natural de Mutriko o Motrico, pueblo costero de Guipúzcoa, País Vasco) Juanito Saizarbitoria, quien vivió mil y una aventuras personales desde que a causa de la guerra civil en 1936 abandonara su Euskal Herria natal, aventuras relacionadas siempre con su gran pasión hostelera. En La Habana fundó el conocido restaurante ‘Centro Vasco’, que durante los años 50 tanto frecuentaban estrellas como Frank Sinatra, Ernest Hemingway, George Raft, Josephine Baker y decenas de famosos. Con la revolución marchó a Miami, donde reabrió el restaurante. La afición de Hemingway por la comida española se sumó a que este restaurante pasaría a estar considerado como un paso obligado para los visitantes norteamericanos, la jet local y los miembros de la colonia vasca y los pelotaris de jai-alai residentes en la isla, de lo cual el escritor era ferviente admirador.

Tenía  amigos famosos, como Ronald Reagan y su esposa, aunque Bárbara sospecha que Nancy era otra de las eternas enamoradas de Frank. Y aparentemente el anillo de un millón de dólares que Richard Burton le regaló a Elizabeth Taylor tuvo su origen en una pelea ocurrida mientras visitaban a los Sinatra. Bárbara también recibió un anillo similar, aunque cuando su marido falleció, se lo vendió a un jeque y usó el dinero para comprar un apartamento.

En 1954 se empezó a consolidar su amistad con Sammy Davis, Jr., a raíz del accidente que le provocó la pérdida del ojo izquierdo; Sinatra lo tomó bajo su protección y le defendió de cuanta discriminación por motivos raciales le pudiese afectar.

Por estos años, el actor Humphrey Bogart tenía un grupo de amigos íntimos a los que él y su esposa, la también actriz Lauren Bacall, se referían como Rat Pack (“pandilla de ratas”) de la cual Sinatra era el jefe.   Dean Martin, Peter Lawford, Sammy Davis, Jr., Judy Garland y su marido, Sid Luft, David Niven y su esposa, Hjordis, y otras estrellas formaron parte, en un momento u otro, de este grupo de estrellas contestatarias a las que les gustaba beber, ir de juerga y meterse en líos.

Frank Sinatra se afinaba la voz con Jack Daniel´s

Su gusto por el whiskey comenzó en un cocktail bar ubicado en el corazón de Manhattan, donde su gran amigo Jackie Gleason, actor y comediante le presentó la marca en los años cuarenta.  A partir de ese momento Frank  se convirtió en un verdadero fanático. La bebida lo acompañó en todos sus viajes y conciertos, al grado que para cada actuación aseguraba que hubiera por lo menos 120 botellas, convirtiéndose en un embajador natural de un producto no tan popularizado en aquel entonces.

Jack Daniel’s es una destilería y marca de whiskey estadounidense de Tennessee. El método de destilación principal es el Whiskey. El whiskey estadounidense debe ser elaborado, según la ley nacional, a base de maíz por lo menos en una concentración superior al 51 % y el Bourbon whiskey debe tener un mínimo de 51 % de maíz y ser destilado y envejecido en Kentucky para que la denominación Bourbon aparezca en la etiqueta.

La diferencia más notable es que el whisky Tennessee es filtrado en carbón de arce sacarino, dándole un sabor y aroma distintivos. Recientemente se ha divulgado por la propia fábrica que fue un negro esclavo, Nearest Green el creador de la fórmula del mundialmente famoso licor.

Frank Sinatra siempre brindó en los escenarios con un vaso de Jack Daniel’s. Incluso pidió que lo sepultaran con una botella de esta marca que ha lanzado una edición artesanal llamada Jack Daniel’s Sinatra Select, elaborada en “barricas Sinatra”, en honor al cantante, que sin duda tuvo mucho que ver con la extensión de su fama, aparte de su calidad.

Frank Sinatra ofrecía un brindis al público con un Jack Daniel’s en la mano.

Su pasión por estas bebida fue tal que llegó a portar un parche en su saco del Jack Daniel’s Country Club, asociación que él inventó y de la cual él era el único miembro.

Bendecidos por esta predilección de la estrella, la destilería lanzó una edición especial llamada Jack Daniel’s Sinatra Select, elaborada artesanalmente en “barricas Sinatra”, embotellada en presentación de un litro con 45% de alcohol por volumen, cinco más que el normal, porque en un principio se comercializaba con esa graduación y era el que el artista conoció.

Slash, guitarrista de Guns N’ Roses, Keith Richard, guitarrista de The Rolling Stones, Van Halen y Jim Morrison, entre otras personalidades, han expresado su gusto por este whiskey y la bebida ha aparecido en más de cien películas sin haber pagado publicidad alguna. Pero sin duda lo único que hacían era, de cierta forma, imitar a Frank.

Algunas de las películas citadas son:

-“Scent of a Woman” (1992) El Coronel Frank Slade interpretado por Al Pacino, un coronel que ha quedado ciego y es borracho, cambia el nombre de Jack a John, por la supuesta amistad entre su personaje y la botella de Jack Daniel´s;

-”El Resplandor”, el personaje de Jack Nicholson puede ser visto bebiendo Jack Daniel’s, mientras está con los fantasmas en el salón de baile;

-”Platoon” 1986 de Oliver Stone el sargento Bob Barnes (Tom Berenger) aparece embriagado con una botella de Jack Daniel´s en la mano;

-“Fuego contra fuego (Heat)” de 1995, el policía que interpreta Al Pacino, al regresar cansado de un difícil día, busca algo de relax en un Jack Daniel´s;

-“Los Puentes de Madison” 1995 de Clint Eastwood, Los hijos de la mujer que interpreta Meryl Streep, acompañan la lectura de una carta dejada por su madre fallecida con un Jack Daniel´s;

-“Scarface” (1983) El jefe de Tony Montana en la escena anterior a su muerte aparece con su guardaespaldas y un policía bebiendo tres vasos de Jack Daniel’s;

– “Basic” (2003), John Travolta tiene una botella de Jack Daniel´s en la repisa del baño, la coge y va echando un trago. En los minutos finales el jefe de la base y Travolta mantienen un diálogo donde siempre aparece una botella de Jack Daniel´s entre ellos;

-“Arthur” 1981 interpretada por Dudley Moore, mientras Arthur se encuentra en la oficina de su padre dialogando con él y sirviéndose un whiskey, aparece en la barra una botella de Jack Daniel´s;

– “La ventana secreta” película de suspense y terror protagonizada por Johnny Depp y John Turturro, donde encuentran una botella de Jack Daniels casi vacía en la mesa. Más tarde aprendemos que cuando está influenciado por Jack Daniel’s, la segunda personalidad de uno de sus personajes, sale a flote;

“Bajos Instintos” (1992): El personaje de Michael Douglas (Nick) se sienta a tomar Jack Daniel’s  luego de su apasionado encuentro con Catherine Trammel (Sharon Stone). En este punto de la película también hay un diálogo memorable;

-“Animal House”, en 1978, John Blutarsky (John Belushi) se bebe una botella entera de Jack Daniel’s de un trago.

El whiskey pasó de ser la bebida que tomaba la gente de la tercera edad del sur de Estados Unidos a convertirse en la insignia de una generación que abandonaba el movimiento hippie de los 60’s y se sumergía en un género musical marcado por la masculinidad, el individualismo, la atemporalidad y el color negro.

Los que pudimos ver a Sinatra cantando en vivo en sus últimos años, siempre lo veíamos con su trago de Jack Daniel´s y su principal adicción: el cigarrillo, fumaba Camel sin filtro hasta su muerte. De hecho está enterrado con una cajetilla, un encendedor Zippo y una botella de su favorito.

La manera más común en que Frank Sinatra afinaba su garganta era con Jack Daniel’s  Tennessee whiskey y él fue la celebridad que puso a la marca en el mapa de la cultura popular.

Sinatra el actor

Sinatra luchó y se sacrificó mucho económicamente para lograr que le dieran un papel en la película de Fred Zinnemann “From here to Eternity (De aquí a la eternidad)”.  Su insistencia tuvo un merecido reconocimiento, ya que recibió un Premio Óscar en 1954 en la categoría de mejor actor secundario.Y el filme fue un éxito en taquilla y a mi en lo particular me pareció muy convincente su interpretación del marinero borracho, que a lo mejor no le costó mucho trabajo.

De ahí en lo adelante, Hollywood descubrió su otro talento, la actuación y surgieron ofertas para interpretar papeles en cine y televisión e intervenir en apariciones estelares. Tuvo un gran éxito de crítica con su interpretación en “Suddenly (De repente)” y empezó a alternar papeles dramáticos con musicales, como por ejemplo “Guys and Dols (Ellos y ellas)” con Marlon Brando y “High Society (Alta sociedad) con Grace Kelly y el que consideraba lo había enseñado a cantar: Bing Crosby.  El laureado director Otto Preminger lo seleccionó para el papel protagónico de “The man with the golden arm (El hombre del brazo de oro)”, donde en mi criterio logra su mejor actuación.Seguramente a ello lo ayudó su coprotagonista, la enigmática y extraordinaria Kim Novak.

En poco más de dos años, entre 1955 y 1957, llegó a protagonizar once películas.

Pero es mejor repasar las películas de Sinatra que he visto y he disfrutado.

-Levando anclas (Anchors Aweigh) es una película musical norteamericana de 1945, dirigida por George Sidney y protagonizada por Gene Kelly, Kathryn Grayson y Frank Sinatra, que tiene como atractivo principal las coreografías de Gene Kelly, las canciones de Frank Sinatra y una peculiaridad: Gene Kelly baila junto con el ratón de Tom y Jerry, en una fantasía de dibujos animados muy lograda para la época.

-Un día en Nueva York (On the Town) es un musical compuesto por Leonard Bernstein  y es una obra de Broadway llevada al cine en 1949 y es considerado un clásico del cine estadounidense. Está protagonizado por grandes estrellas de los musicales de la época. Gene Kelly (que ambién la dirige), Frank Sinatra y Jules Munshin interpretan esta historia de tres marineros que pasan un día en la ciudad de Nueva York, donde experimentan toda clase de aventuras.  Está entre las películas musicales más famosas.

-La linda dictadora (Take Me Out to the Ball Game) es una película de 1949 protagonizada por Gene Kelly, Esther Williams y Frank Sinatra,  comedia romántica y musical que trata de dos peloteros que trabajan en el teatro musical cuando no es temporada de juego.

-De aquí a la eternidad (From Here to Eternity) es una película estadounidense de 1953 basada en la novela homónima de 1951 escrita por James Jones. La película fue dirigida por Fred Zinnemann, protagonizada por Burt Lancaster, Montgomery Clift, Deborah Kerr, Donna Reed y Frank Sinatra. La película ganó ocho premios Óscar, entre ellos a la mejor película, al mejor director, y al mejor actor de reparto (Frank Sinatra). Es un filme sobre la vida de los soldados en 1941 a Hawaii, sin que nadie sospeche nada, que el ataque de los japoneses a Pearl Harbor es inminente.

-De repente (Suddenly) es una película estadounidense dirigida por Lewis Allen en 1954. Está interpretada por Frank Sinatra y Sterling Hayden. Tres asesinos a sueldo llegan a Suddenly con el propósito de matar al presidente de los Estados Unidos, que ese mismo día debe pasar por la localidad en un tren especial.

-El hombre del brazo de oro es una película estadounidense de 1955, del género drama, basada en la novela del mismo nombre de Nelson Algren. Producida y dirigida por Otto Preminger, y protagonizada por Frank Sinatra, Eleanor Parker y Kim Novak. Fue nominada a diferentes categorías del Premio Oscar 1956 y premio BAFTA: Mejor actor (Frank Sinatra).

Un experto crupier de cartas y ex morfinómano, que después de cumplir su condena sale de la prisión con el firme propósito de ordenar su vida, incluyendo la abstinencia de las drogas y el alejamiento del ambiente de las partidas clandestinas de naipes. Piensa convertirse en un baterista de jazz.

Esta es para mí la más impresionante actuación de Sinatra.

-La vuelta al mundo en ochenta días (Around the World in Eighty Days) es una película estadounidense de 1956 dirigida por Michael Anderson, producida por Michael Todd y basada en la novela de Julio Verne.  Con las actuaciones principales de Cantinflas, David Niven y Shirley McLaine, muchos famosos actores hacen pequeñas apariciones  incluyendo a Marlene Dietrich, Buster Keaton, George Raft, Frank Sinatra, John Gielgud, Trevor Howard, Peter Lorre, Charles Boyer, Cesar Romero, Fernandel. En este caso Sinatra es un pianista en bar de San Francisco.

-Alta sociedad (High Society) es una película estadounidense de 1956 dirigida por Charles Walters, el film está basado en la obra teatral de Philip Barry The Philadelphia Story, llevada a la pantalla con anterioridad con notable éxito. Un excelente filme musical donde destacan Bing Crosby, Frank, y Louis Armstrong.

-Pal Joey es una película de 1957, adaptación de la obra de teatro musical homónima de John O’Hara. La película está dirigida por George Sidney y protagonizada por Frank Sinatra, Kim Novak y Rita Hayworth.  Está considerada la consagración definitiva de Frank Sinatra, quien ganó por esta película un Globo de Oro. La película incluye temas de Richard Rodgers y Lorenz Hart que se convirtieron en estándares del jazz como “The Lady is a Tramp”, “I Didn’t Know What Time It Was”, “I Could Write a Book” y “There’s A Small Hotel” (nada más y nada menos el American Songbook).

-Como un torrente (Some came running) es una película estadounidense de 1958, del género melodrama, dirigida por Vincente Minnelli, con Frank Sinatra, Dean Martin, Shirley MacLaine. Un excelente drama.

-Un hombre sin suerte (A Hole in the Head) de 1959, es una comedia dirigida por Frank Capra y protagonizada por Frank Sinatra, Edward G. Robinson, Eleanor Parker, e incluía el tema musical “High Hopes”, una canción de Sinatra utilizada en la campaña electoral de John F. Kennedy.

-Cuatro por Texas (4 for Texas) es un western protagonizado por Frank Sinatra y Dean Martin  acompañados por las dos de las actrices más importantes de ese entonces: Anita Ekberg y Ursula Andress.

-Von Ryan’s Express, (El Expreso de Von Ryan), del género bélico, dirigida por Mark Robson en 1965 y protagonizada por Frank Sinatra, Trevor Howard y una joven Raffaella Carrà y que narra las peripecias de un grupo de soldados ingleses y norteamericanos que intentan abandonar Italia tras haber escapado de un campo de prisioneros durante la Segunda Guerra Mundial, los que son dirigidos por el coronel norteamericano Joseph L. Ryan, interpretado por Frank Sinatra.

-The First Deadly Sin (El primer pecado mortal) es una película de 1980 producida y protagonizada por Frank Sinatra, junto a Faye Dunaway, David Dukes, Brenda Vaccaro, James Whitmore y Bruce Willis en su debut cinematográfico.  Es la última de las nueve películas producidas por Sinatra y su última actuación cinematográfica, en la que  interpreta a un policía problemático de Nueva York.

-Siempre tú y yo (1954)(Young at heart) Con Frank Sinatra y Doris Day trata de las vidas y romances de tres hermanas de una familia musical. Como tenía el álbum con la música de la película se me hizo espectacular.

-Todos eran valientes (1965) (None But the Brave) es una buena película de guerra, donde unos marines desembarcan en una pequeña isla del Pacífico defendida por una brava unidad japonesa. Frank Sinatra y Clint Walker, y se destaca que Sinatra dirige la película.

-No serás un extraño (1955) (Not as a Stranger) Dirigida por el maestro Stanley Kramer, y con las actuaciones de Frank Sinatra, Robert Mitchum, Olivia De Havilland y Lee Marvin, es un excelente drama que se desarrolla en el mundo de la medicina.

-Guys and Dolls (1955), Ellos y Ellas, es una comedia musical con Frank Sinatra, Marlon Brando y Jean Simmons y dirigida por Joseph L. Mankiewicz, está basado en una obra de Broadway.

-Can-Can es una película musical de 1960 dirigida por Walter Lang y en la que actúan Frank Sinatra, Shirley MacLaine y Maurice Chevalier. El film contiene algunas de las canciones más conocidas de Cole Porter, como I Love Paris y C’est Magnifique.

-El mensajero del miedo (1962) (The Manchurian Candidate), obra maestra de  John Frankenheimer con  Frank Sinatra, Laurence Harvey y Janet Leigh. La película fue considerada “cultural, histórica y estéticamente significativa” por la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos.  Es un thriller político que describe el secuestro del hijo de una prominente familia política conservadora de Estados Unidos, durante la Guerra de Corea, siendo sometido a un lavado de cerebro, para convertirlo en asesino en una intriga política destinada a convertir en presidente estadounidense a alguien manejable por los comunistas.

Este listado impresionante,  sin lugar a dudas, nos muestra que también como actor y artista polifacético, Sinatra fue un gigante.

Algo que hay que destacar es que casi todos los filmes en que actuó Sinatra están dirigidos por los mejores directores de esos años, entre los que están:  Vincente Minnelli, Stanley Donen, Gene Kelly, Fred Zinnemann, Otto Preminger, Stanley Kramer, Joseph L. Mankiewicz, George Sidney, Frank Capra, John Sturges, Walter Lang, John Frankenheimer, John Huston, Robert Aldrich, Michael Anderson.  Estoy seguro que no hubo que cortarle la cabeza al pura raza de ninguno de estos directores afamados, como aparece en “El Padrino” para que le asignaran el papel estelar en una película.  Sinatra fue un muy buen actor. No llegó como actor a su nivel de excelencia como cantante, pero destacó en una era donde abundaban muchísimos talentos.


    Con Nancy Barbato.

Sinatra mujeriego.

Cuando niño y joven era fanfarrón, revoltoso, aficionado a la música y gustaba del buen vestir.

Había heredado de sus padres su carácter violento, su afición al boxeo y comenzó a cantar a los diez años en la taberna de su padre. Imitaba a los cantantes, en particular a Bing Crosby y quería vestirse como ellos.  Hay que destacar su amistad con una anciana judía llamada Golden, a la que consideraba como una madre, pues la suya siempre estaba o en actividades políticas o en actividades ilícitas. De Mrs. Golden aprendió el yidis, idioma que conocía mejor que el italiano.

A Frank las mujeres lo volvían loco, pero tuvo sus preferidas.

En una actuación de Bing Crosby, la que sería su última aparición en teatro, conoció a la que sería su primera esposa: Nancy Barbato.  

Se casó con ella en 1939 pero los continuos viajes del cantante posibilitaron su infidelidad casi desde el comienzo del matrimonio, aun cuando llegaron a tener tres hijos (Nancy, Frank y Tina). En 1950 Nancy anuncia su decisión de separarse definitivamente de él, debido a que sale a la luz la relación que mantenían su marido y Ava Gardner.

El divorcio se materializó el 31 de octubre de 1951, y poco después La Voz y Ava se casaron. Su luna de miel la hicieron en Cuba y se hospedaron en el Hotel Nacional de Cuba en La Habana, donde Frank había patrocinado el gran encuentro de los capos de la mafia italoamericana en 1946.

A pesar de todo nunca Nancy le hizo el más mínimo reproche público a Sinatra, el que a su vez jamás le dio la espalda a ella ni a sus hijos.  Frank siempre la llamó su sweetheart (mi vida) y confió en ella totalmente. “Ella es la única mujer que me comprende”, decía a sus amigos. Nunca dejó de quererla.

Antes de casarse con Ava, tuvo relaciones con las actrices Lana Turner y Marilyn Maxwell.   

Pero lo cierto es que la relación con Ava Gardner estuvo caracterizada por sus numerosas separaciones y reconciliaciones en público, agravada porque ella abortó intencionadamente por segunda vez por no sentirse preparada para ser madre, sumados a celos, peleas violentas e intentos de suicidio, hicieron que el divorcio viniera irremediablemente en 1957.

Sus relaciones sentimentales con Ava Gardner fueron escandalosamente explotadas por la prensa porque aunque estaban muy enamorados el choque de dos caracteres fuertes destruyó la relación.

Durante 1955 estuvo relacionado amorosamente con Judy Garland, Kim Novak y la reciente viuda de Humphrey Bogart, Lauren Bacall, a quien llegaría a pedir en matrimonio en 1958 para finalmente romper él mismo el compromiso.

Tras divorciarse de Ava, encontró refugio en Marilyn Monroe, que también se había separado de su marido el pelotero Joe DiMaggio. Se hicieron muy amigos e incluso Monroe se fue a casa de Sinatra a vivir, poco antes de la muerte de la actriz. Se dice que Frank Sinatra le pidió matrimonio a Marilyn Monroe en 1961, un año antes de que la actriz se suicidara pero ella le rechazó para poder retomar su relación con su entonces ya exmarido Joe DiMaggio.  Los sentimientos de Sinatra hacia Marilyn hicieron nacer una fuerte rivalidad entre él y DiMaggio, y como resultado al cantante no se le permitió acudir al funeral de la estrella de Hollywood.

En febrero de 1962, Sinatra anunció que iba a casarse con Juliet Prowse, actriz, bailarina y cantante, pero el compromiso, por razones no aclaradas, terminó por romperse.

Mia Farrow, una frágil y tímida actriz de 19 años y Sinatra celebraron su boda en Las Vegas en 1966, pero el matrimonio se fue a pique en 1968.  Se dice que también conquistó a otras bellezas del celuloide como Marlene Dietrich,  Liz Taylor, Judy Garland, Natalie Wood o Victoria Principal.

Y fue en 1972 que conoció a Barbara Marx, que había sido esposa de Zeppo Marx, con la que finalmente se casaría, esta vez por cuarta ocasión, en 1976.

A Sinatra no le fue nada fácil lidiar con sus mujeres. Mia y Ava acostumbraban visitar a la pareja, a pesar de que a Frank se le notaba que aún guardaba sentimientos por sus exesposas.

Eso no quitaba, perro huevero aunque le quemen el hocico, que Sinatra coqueteara con cuanta mujer se le acercara, situación  muy comprometedora y complicada.  Bárbara señala las visitas de la princesa Margarita de Inglaterra, de quien sospecha que estaba enamorada de su marido.

Jacqueline Kennedy compartió sólo una noche de pasión con Frank Sinatra hasta que se enteró que el cantante había presentado durante años a numerosas mujeres a su esposo, el difunto presidente John Fitzgerald Kennedy

Sinatra declaró con el paso de los años que nunca había estado con nadie tan carnal como Lana Turner, y con Angie Dickinson, dueña de las piernas más bonitas de Hollywood tuvo un romance esporádico durante años y se sentían tan cómodos que siguieron siendo amigos hasta la muerte de Frank en 1998. También se refugió en los brazos de la actiz Lee Remick.

Resumiendo, Sinatra fue un impenitente seductor.

Sinatra y los carros

Frank Sinatra vivió toda su vida rodeado de amistades peligrosas, bebidas, mujeres hermosa y de coches caros.

Frank Sinatra no era un conductor apasionado, pero si tenía una especial predilección por los carros, en particular por aquellos exclusivos.  Ya tenía bastantes emociones en su vida con las mujeres, las juergas, su excesivo trabajo como cantante y actor para sumarle a ello otra emoción al volante.  Pero para el desplazarse de un lugar a otro tenía que cumplir el requisito de que fuera con la máxima comodidad.

Su premisa no era la potencia o la tecnología, sino el lujo y el confort, por lo que hizo que su primer auto, un Chrysler New Yorker Convertible de 1942 cumpliera con esos parámetros. Al estar en esos momentos atado a la orquesta de Tommy Dorsey sus ingresos no eran los suficientes para comprarse un Lincoln o un Cadillac.

Al independizarse, su carrera en solitario lo convirtió en la figura más importante de la canción, por lo que ya ganaba un millón de dólares al año, una fortuna entonces y ahora también, por lo que comenzó a invertir en autos de élite.

Un Ford Thunderbird del 55, un convertible de dos puertas y color negro que conservó durante muchos años se convirtió más tarde en un carro al que le tenía mucho cariño.  Lo utilizaba exclusivamente para su correrías nocturnas por Las Vegas o Los Ángeles, casi siempre con alguna bella dama en el asiento del acompañante. No existen muchas fotos del cantante conduciendo pues ni le gustaba especialmente que se las tomaran en esa circunstancia ni su popularidad le permitía conducir a menudo. Sin embargo, en una de las pocas que existen está al volante de este Ford.

Ese mismo año se compró también un coche más adecuado para viajar que su descapotable; un enorme y superlujoso Ford Continental Mark II negro que era uno de los modelos más caros y exclusivos de la industria automotriz norteamericana en ese momento y que compró con todos los extras de equipamiento interior. En 1955 una casa nueva de cuatro habitaciones en la Costa Oeste costaba de media doce mil dólares y solamente el Continental Mark II de Sinatra sin extras costaba once mil.

Cuandoestaba en Las Vegas le gustaba viajar en un potente Buick Riviera de 1965, que era también el carro que ponía al servicio de sus invitados y amigos, y Sinatra valoraba mucho su comodidad, suavidad de marcha y discreción.

Su inseparable amigo Dean Martin fue el que le hizo descubrir, para hacer salir la sangre italiana de ambos el diseño transalpino de un convertible plateado con techo negro de marca Dual-Ghia del 57.  Se trataba de una joya construida por encargo y de la que solamente se fabricaron 117 unidades, la primera de las cuales en viajar a EE UU fue precisamente la del cantante.

Y siguiendo la influencia de Dean Martin, Sinatra experimentó por primera vez en su vida lo más parecido a la “pasión automovilista” cuando vió un espectacular Lamborghini Miura de color naranja metalizado del 69 que le fue entregado el 12 de diciembre de ese mismo año.

Este auto se convirtió en uno de los pocos de su garaje que Sinatra gustaba de disfrutar personalmente y que no dejaba conducir a sus chóferes. De hecho, el Miura le sedujo tanto que el cantante dijo esto en una  entrevista: “Se conduce un Ferrari cuando se quiere ser alguien y un Lamborghini cuando ya se es alguien”.

Pero los deportivos italianos no eran el fuerte de Sinatra y acababan vendidos al poco tiempo. Lo suyo era la filosofía del confort y el lujo sobre cualquier otro elemento.

    Un Cadillac anterior y abajo el modelo Eldorado 1958

En 1958 Sinatra se hizo con el vehículo más costoso y super exclusivo del catálogo de General Motors; un majestuoso Cadillac Eldorado Brougham con un costo de veinte mil dólares,  más que un Rolls Royce, personalizaciones aparte, y con un equipamiento tan avanzado para la época que ofrecía detalles entonces futuristas como radioteléfono, asientos anatómicos con memoria o suspensión neumática.  Pocos lo podía tener, como era el caso de Elvis Presley, Clark Gable y el multimillonario Aristóteles Onassis.

A partir de ese momento, el Brougham será su coche favorito, por lo que para emplearlo diariamente, encarga dos ejemplares; uno de color marrón para usarlo por Las Vegas y Los Ángeles y otro de color azul para usarlo en su casa de New Jersey.

Las revistas de chismes de la farándula cuentan que siempre hubo rivalidad entre Sinatra y Elvis Presley, en particular con los autos, por lo que dicen que Sinatra encargo, solo para molestar a Elvis un exclusivo Stutz Blackhawk por el que sabía que Elvis andaba loco.

Presley, que era un coleccionista compulsivo de carros, estaba tan desesperado por ser el primero que fue al concesionario y se ofreció a participar gratis en campañas publicitarias si le retiraban o demoraban el pedido a Sinatra y se lo daban a él.

Cuando “Ol Blue Eyes”, Viejo Ojos Azules, estaba casi retirado, pero seguían clamando por él,  Lee Lacocca, creador del Ford Mustang y del Chrysler Voyager, Presidente de la Chrysler, de descendencia italiana también y uno de los mejores amigos del cantante, pensó que sería una buena idea fabricar una edición limitada Frank Sinatra Special del cupé Chrysler Imperial.

Era un auto  superlujoso que contaba con la mejor tecnología en sonido estereofónico y venía de serie con la colección completa de casetes del cantante de New Jersey, pero su extra potente motor no superó las estrictas leyes anti polución, y únicamente llegaron a producirse 279 unidades.

De alguna forma este fue el símbolo del fin de una era, tanto para Detroit como para Sinatra, porque anunciaba que los tiempos de excesos se habían terminado.


Homenajes a Sinatra

La música de Frank Sinatra ha pasado de generación en generación no sólo del público, sino dentro del gremio musical.   Recibió multitud de premios y homenajes, entre los que se cuentan diez premios Grammy, otorgados por la Academia de Artes y Ciencias de la Grabación, y la Medalla de la Libertad del gobierno estadounidense.

Frank Sinatra es una voz para todas las generaciones. Destacó porque su talento para el espectáculo se mantuvo igual desde que comenzó a actuar profesionalmente en la década de 1930 hasta su última presentación.

Quizás nunca se repite a un cantante, ya un anciano, cantando con la misma voz de siempre, fumando y tomando whisky durante la presentación y sin asomo ninguna falla.

Hoy en día sigue ganando popularidad por su sonido y su estilo que lo convirtieron en todo un  clásico.

Es una de las figuras más importantes de la música popular del siglo XX y su legado continúa transmitiéndose ininterrumpidamente.

Algunos de los homenajes a las interpretaciones de Sinatra han sido:

A Jazz Portrait of Frank Sinatra por Oscar Peterson (1959)

Perfectly Frank por Tony Bennett (1992)

As I Remember It por Frank Sinatra, Jr. (1996)

Manilow Sings Sinatra por Barry Manilow (1998)

All The Way a decade of the song Tv concert – (1999)

Frank por Amy Winehouse (2003)

Allow Us to Be Frank por Westlife (2004)

Bolton Swings Sinatra por Michael Bolton (2006)

Dear Mr. Sinatra por John Pizzarelli (2006)

Concert Sinatra a l’Auditori por Xavier Piqué (1999)

Jazz Moon por Xavier Piqué (2007)

Concert Sinatra al Palau por Xavier Piqué (2007)

Something Stupid por Robbie Williams (2007)

Así es la vida por Adrián Barilari y Memphis (2007)

A mi manera por Siempre así , Gipsy kings

Celine… Live In Las Vegas “All The Way” dueto holografico Celine Dion con Sinatra (2015)

Sinatra 100 por Premios Grammy Cantantes Invitados Celine Dion Lady Gaga Adam Levine John Legend Carrie Underwood (2015)

  La caída del muro de Berlin.

La Doctrina Sinatra, hasta en política influyó el cantante.

La Doctrina Sinatra fue el nombre que el gobierno soviético de Mijaíl Gorbachov usaba para describir su política de permitir a los países del Pacto de Varsovia resolver sus asuntos internos y fijar su evolución política.

Esta doctrina, nombrada así como un tributo a Frank Sinatra por los postulados de la canción “My Way”,  permitía a las naciones definir a su propio modo las soluciones a sus problemas internos, en contraste con la anterior Doctrina Brézhnev, con la que la URSS se reservaba el derecho de intervenir en los asuntos internos de sus satélites socialistas, como ya había sucedido en Hungría (1956), Checoslovaquia (1968) y Polonia (1981) con el golpe de Estado del general Wojciech Jaruzelski.

Esta curiosa y burlona definición, traducida al lenguaje usual, quiere decir que para los Estados Unidos cada estado es dueño de elegir, con toda libertad, los aliados o coaliciones que de pronto quiera tener. Con absoluta independencia de las pretensiones que al respecto puedan, o no, tener las respectivas potencias regionales, con independencia de zonas de influencia o cercanía geográfica.

Mijaíl Gorbachov dijo que el proceso que condujo a la caída del Muro se gestó años antes, no sin el consentimiento de Moscú. El ex presidente soviético casi dio a entender que él y sus colaboradores lo habían calculado.

Es cierto que su ‘perestroika’ (apertura y transformación), la ‘glasnost’ (transparencia informativa), el ‘nuevo pensamiento’ y la ‘coexistencia pacífica’, que aplicó pese a la resistencia del sector más recalcitrante del partido, abrieron la caja de Pandora que hizo saltar por los aires el sistema comunista en los países del Este europeo durante el otoño de 1989.

Y la Doctrina Sinatra fue parte de ello.

Alvarez Guedes de nuevo.

Este señor está presente en todos los temas que abordó.  Ni Sinatra se salvó de estar en sus cuentos.

No podía faltar el cuento de Alvarez Guedes, ese inigualable humorista cubano, con una historia  que dice más o menos: “un hombre en plena madrugada está reiteradamente tratando de entrar a la residencia de Sinatra, los guardaespaldas lo cogen, lo golpean pero el hombre insiste en entrar diciendo: ¡déjenme hablar con Sinatra, yo necesito hablar con Sinatra!

El ruido despierta a Sinatra, el cual ordena que dejen pasar al hombre a ver cual es su problema, y el hombre le explica. -Mire Sinatra yo soy un gran admirador suyo y usted es el artista más importante de Estados Unidos y yo como pequeño empresario, quiero invitar a un cliente que me traerá negocios importantes, a ver su show, yo lo único que necesito es que usted, cuando esté cantando, se acerque a mi mesa y me salude, mi nombre es Carlitos, se lo voy a agradecer eternamente.  

Sinatra con su generosidad acostumbrada, accede y cuando está en pleno show, se acerca a la mesa acordada y saluda al hombre diciéndole: ¡qué pasa Carlitos!

El hombre, para hacerse el importante, le dice al cliente: -¿tú conoces al comemierda este?

Hasta los cubanos hacen chistes a costa de Sinatra, cuya vida, como vimos tuvo muchos sinsabores, pero al final vivió a su manera.

Pero no importa cuantos homenajes se le hayan hecho por cumplirse cien años de su nacimiento o por todas las razones que lo llevaron al lugar cumbre que ocupa dentro de la música mundial, creo que Frank se sentirá bien halagado y mejor homenajeado cuando millones de personas en el mundo, a cien años de su nacimiento y casi veinte de su muerte, seguimos tarareando sus canciones.

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