“¡Mentira tú me estás engañando!”

“¡Mentira tú me estás engañando!”

Esta fue una de las tantas frases creadas por personajes cómicos que nos deleitaron a través de la radio y la televisión, en este caso por Enrique Arredondo en su personaje de Bernabé en el programa “Detrás de la Fachada”, aunque incorporó otras no menos originales en su personalización del guapo-cobarde Cheo Malanga en el gustado espacio “San Nicolás del Peladero.

Arredondo, conocido por las generaciones más cercanas por sus personajes del “guapo” Cheo Malanga, el Doctor Chapotín, o Bernabé, siempre hizo gala de sus improvisaciones o morcillas, sus dicharachos descabellados eran repetidos por la población. Incluso impuso una manera de caminar que las personas, aún repiten para divertirse, todo retorcido que decía le daban terror a sus enemigos cuando en realidad daban risa.

‘“Sitio Alegre”, “Mi familia”, “El show del mediodía”, y en la “Revista Regalías” se da a conocer en la televisión, porque ya era una figura muy popular en el teatro bufo. Surge entonces el guapo Cheo Malanga en el programa “San Nicolás del Peladero”, así como el Doctor Chapotín, el dueño de la funeraria del pueblo llamada “La última noche que pasé contigo”. En 1969 se incorpora al elenco de un programa muy popular: “Detrás de la fachada”, donde creó a Bernabé, el más conocido y popular de sus personajes. Todo su lenguaje era popular pero sin vulgaridad, muy diferente al empleado ahora donde todo es chabacano y chusma al extremo.

Algunos dichos de los que me acuerdo y que aún me hacen sonreir son:

“No es lo mismo paulatinamente que Paula metida en una tina”
“No me da la reconsultivira gana”
“Yo cuando como carne asada me descompongo, no soporto ni a mi sombra”
“¡Ah bueno, asi si!” (era su respuesta a cuando le echaban guapería)
¡Atrevidooo!
“Tu eres mi mujer, casado por las tres cosas: por la iglesia, por lo civil y por lo imbécil que fui”
“No me provoques, que mira como me tiembla la mano”
“No seas tarúpido, que es una mezcla de tarado con estúpido”
“No me aguanten que lo mato; estoy hoy que me corto a mí mismo; el animal quiere sangre”;
Y por supuesto: “Mentira tú me estás engañando”

Sin duda alguna su paso por el teatro vernáculo cubano, sumado a su simpatía personal, lo dotó de una gracia pocas veces vista.

En Cuba se recuerda una anécdota según la cual, en una transmisión en vivo de este programa el personaje de Bernabé amenaza a su nieto con si no se portaba bien, lo iba a castigar viendo muñequitos rusos. Esa frase le costó al actor una sanción laboral. Por aquellos años se las arregló para suplir la prohibición de la censura de decir “morcillas” (chistes improvisados) lo que suplió con simpáticas frases que, repetidas, fueron haciéndose clásicas y de manejo popular, como “No pué séee”, “No mentira, tú me está engañando”, o “¡Atrevidoooo!”

Arredondo era un cómico por naturaleza, un actor nato, sin afectaciones intelectuales y que actuaba de forma espontánea y relajada, sin perder la noción del respeto que se merecía el público.

Estas frases tan ocurrentes me trajo a la memoria a tantos y tan buenos comediantes cubanos que se han quedado para siempre con nosotros y que vamos a recordar a través de sus ocurrencias y su forma de decir cosas que en otras personas no tienen nada de gracioso.

Pototo y Filomeno

Aníbal de Mar y Leopoldo Fernández probablemente hayan sido los más polifacéticos y creativos y también los más populares de todos los humoristas cubanos. Aníbal de Mar es también recordado por su personaje de Chan Li Po, el detective chino, sobre todo cuando decía “Paciencia, mucha paciencia” y lo del dúo ya lo hemos abordado en más de una ocasión, porque hicieron historia, no solo en Cuba, sino en toda América Latina con su irrepetible programa radial y después televisivo “La Tremenda Corte”.

El programa con el Tremendo Juez y Tres Patines se convirtió en un clásico que universalizaron a la pareja y todavía a menudo los escucho solo para oir:

“¡El tremendo juez, de la tremenda corte, va a resolver un tremendo caso…!

La Tremenda Corte tenía un formato muy sencillo. Dramatizando un juicio, comparecían ante el juez los ofendidos, casi siempre el gallego Rudecindo y Nananina y durante veinte minutos se iba desarrollando la acusación y la exposición de hechos. Tres Patines siempre era el acusado y la trama se desarrollaba con su defensa ingeniosa, y diálogos llenos de uso magistral del lenguaje. Tres patines, con recursos imaginativos, hacía poner en duda la acusación y el juez lo interrogaba sobre los motivos para delinquir, a lo que siempre se respondía con una inesperada interpretación o ambivalencia de las palabras para buscar la absolución.

Ellos fueron el mejor ejemplo de que para hacer reír no hace falta decir vulgaridades ni burlarse de nadie, en lo que también incidieron los magníficos guiones de Castor Vispo y la espontaneidad de todo el elenco, sin olvidar a Mimí Cal, como Nananina y a Adolfo Otero con su Rudecindo Caldeiro y Escobiña, que con otros actores nunca fueron lo mismo.

Otra faceta de ellos fue la música y el baile, en particular los discos que grabaron con la orquesta Melodías del 40 que nos dejaron frases como:

“¡Entren, que caben tres!”

“¡Qué buen borracho ha perdido el barrio!”

“¡Dame la cuenta que yo no trabajo más!”
“¡Aquí, ablandando al pueblo desde el polígono de Zambumbia!”
“Yo pico un pan, pico otro pan”

Así como el creativo manejo del idioma en la famosa: “carta de Mamita”.

Y se quedó para siempre la entrada de los personajes al inicio de cada programa:

Nananina: ¡Aquí como todos los días!

Trespatines: ¡A la reja!

Así como la despedida del programa, tras la inevitable condena de Trespatines, siempre con un simpático versito: “Cosa más grande”!

Se dice que su salida de Cuba se debió a dos actuaciones, una en la que Filomeno le dice a Pototo, con un cuadro de una foto de Fidel Castro en la mano:
-¿Y que hago con éste? – a lo que responde Pototo:
-Ese me lo cuelgas.

O la otra en la que Pototo le pregunta a Filomeno:

-¿Cuál es el colmo de un gobernante? – a lo que Filomeno responde:
-Matar de hambre al pueblo y después enterrarlo gratis.

Y una curiosidad, Churrisco, el popular personaje de Octavio Rodriguez Fernandez, es su sobrino, aunque su gracia está muy lejos de la de su tío.

Este dúo no pasa de moda cuarenta años después de su muerte. Tal es así que, por poner un ejemplo, en México se sigue radiando programas suyos, ocasionalmente transmitiendo por la televisión y un amigo mexicano, que viaja a menudo entre Irapuato, Guanajuato y Puebla, hace todo el viaje escuchando la Tremenda Corte.

Garrido y Piñero o Chicharito y Sopeira.

Ambos fueron grandes actores y un dúo con un nivel de popularidad muy cercano a Pototo y Filomeno. Se cuentan muchas anécdotas sobre ellos, ya que en el teatro, donde fueron reyes absolutos, Garrido leia con mucha dificultad y a veces decia en su papel de negrito, lo que le correspondia a Piñero, en el de Gallego, y cuando esto ocurria decia algo que se hizo famoso: “Eso mismo digo yo”.

Sus improvisaciones fueron famosas. Chicharito o Garrido para muchos era más simpático que Sopeira o Piñero, pero este último era sin duda mejor actor. En lo que más destacaba Garrido y de ahí esa valoración es que era un destacadísimo bailarín. Y los que peinan canas o que como yo se han quedado sin pelo, nos sonreímos con solo escuchar o recordar sus nombres. No en balde fueron bautizados como “los Ases de la Risa”.

Su popularidad también está basada en que fueron representantes, como una crónica y crítica de la actualidad nacional, satirizando a dos sectores importantes de la sociedad cubana: los negros y los emigrantes españoles, a los que los cubanos llamamos gallegos.

Y también incursionaron en la música, de la que se recuerda con agrado un disco con la Orquesta Sublime en la que destacan “El Marañón” (marañón aprieta la bemba y el tiempo de los bobos se acabó), “Mulata, fuego a la lata” y “Jugando el Bingo”.

Y entre frases más famosas están : ¡Esto pinta mal!, Allá va eso”, “Se acabaron los guapos en Yateras” “El caldo gallejo da mocha sostancia” y “Yo soy un bicho”.

¿Quieres que te haga un cake?

Uno de los éxitos humorísticos de 1956 en la televisión y que recordamos fue el programa humorístico “Mi familia”. En él había un grupo importante de actores, pero sin duda las palmas se las llevaba un actor y comediante de primera categoría que se había destacado desde décadas anteriores en la radio en puestas dramáticas y cómicas en la CMQ: Agustín Campos.

Agustín en la televisión había participado en el gustado “La Taberna de Pedro”, un buen programa humorístico, pero donde de veras se impuso fue con el personaje Romualdo Pinzón en “Mi familia”, donde inevitablemente decía algo que todavía escuchamos con agrado:

”¿Quieres que te haga un cake?… Le pongo tu nombre y tu dirección y alrededor una almendrita y un piñón”.

Fue uno de los fundadores de “San Nicolás del Peladero”, donde interpretaba a Montelongo Cañón y en el radial “Alegrías de sobremesa”, donde interpreta el personaje de Perfecto Carrasquillo.

Participó en varios filmes y su labor como actor dramático fue impresionante, pero sin duda que la almendrita y el piñón, lo definieron para siempre.

Pinelli y el palo ensebado

Pinelli fue no solo un excelente actor, un gran pianista, bailarín y un barítono de gran voz y un hombre de gran cultura, sino que fue el dueño absoluto de la agilidad mental, el mejor animador de todos los tiempos en la radio y la televisión cubanas.

Lo mismo narraba un acto solemne que uno festivo, un evento musical o un acto político o un funeral, pero yo voy a dar mis valoraciones de por qué lo recuerdo más. No es por su animación y presentación de la elección de la Reina y después Estrellas del Carnaval habanero, ni como animador en Quién sabe más”, o moderador en “Fin de semana”, sino por tres cosas que seguramente muchos tienen más frescas.

La primera es su papel cómico en “San Nicolás del Peladero” como Eufrates del Valle, el director del periódico “El Imparcial” y guataca del Alcalde y de Remigia. Sin duda una lección de actuación.

En “El Show del Mediodía” nos desternillamos de risa con las bromas a los músicos de la orquesta invitada, que muchas veces era la incomparable Aragón. Entre las burlas de Pinelli y la seriedad fingida del director de la orquesta, Rafael Lay, hacían una pareja ante lo cual era imposible no reírse a carcajadas.

Y probablemente la más memorable fue cuando el detergente Ace, buscando un programa de gran audiencia, financió el programa de concursos “Aquí todos hacen de todo” para el que contrataron a dos grandes: Germán Pinelli y Cepero Brito.
Se hizo muy popular su sección del palo ensebado, por lo que nadie lo conocía por su nombre, sino por el palo ensebado. El concurso consistía en que en lo alto de un tronco embarrado de sebo, se situaba un premio que había que alcanzar subiendo abrazado al palo ensebado. La voz de Pinelli se sentía cuando decía” Sube (el nombre del concursante), sube”.

Si es cierto lo que se dice que el Che Guevara le dijo ante los micrófonos y las cámaras que para sus amigos era el Che y para él el Comandante Guevara, no es sino una muestra más de lo pesado y antipático que era el argentino.

Germán Pinelli fue un maestro en todos los sentidos.

¡Melesio Capote, cará!

Existieron personajes guajiros maravillosos, como el de Eloisa Alvarez Guedes, Reynaldo Miravalles (Melesio Capote) y el de Severino Puentes (El niño de Pijirigua), pero sin duda el de mayor impacto fue Melesio Capote.

¡Melesio Capote, cará! Era la identificación del clásico guajiro que dejó su imagen en la televisión. Es de recordar cuando llegó a La Habana, acompañado por su compañera actoral Valeria, otra grande de la actuación en Cuba, Eloísa Álvarez Guedes en el programa “Si no fuera por Mamá”.

Melesio, por su porte y su hablar era el guajiro afable que destacaba por su sentido del humor y su sonrisa, pero también era un guajiro recio dispuesto a sacar el machete. No era una caricatura del campesino, era el guajiro como tal, natural, simpático pero que se daba a respetar, con cierta inocencia pero bravo. Nos hizo reir a todos.

Y a su ¡Melesio Capote, cará! había que sumarle otra expresión que usaba a menudo: “¡mi’a pa’ eso, cará!”

Reynaldo Miravalles fue capaz de interpretar magistralmente cualquier personaje, dramático o humorístico, como nadie.

El niño de Pijirigua y Jano Momo

Una guaracha de Pedro Luis Ferrer decía:

“En una conversación
Entre vacas y terneras
Sobre modernas maneras
He hacer la inseminación
Dijo con indignación
La vaquita Pijirigua
No salgo de esta manigua
Ni aunque me cubran de oro
A mí me den el toro
Para seguir a la antigua
Pijirigua
Quiere seguir a la antigua”…

Eso lo recuerdan hasta los más jóvenes, otros conocerán a Pijirigua como un barrio cercano a la ciudad de Artemisa y que fuera quemado por el ejercito mambí durante la guerra de independencia y los más viejos lo identificamos con el excelente actor, guionista y director de radio y televisión Severino Puentes.

Severino Puente fue un gran actor en todos los sentidos, pero pasó a la historia por dos personajes de leyenda como los mencionados.

Pijirigua es un poblado cercano a Artemisa, cuyo nombre viene de una leyenda de los aborígenes cubanos, donde se dice que vivían el indio Piji y su amor Cigua. Al llegar los españoles, uno trato de violar a Cigua y al tratar de impedirlo Piji fue matado por el conquistador. Cigua a su vez se quitó la vida y de ahí el nombre de la localidad: Pijirigua para inmortalizar el amor de la pareja.

El poblado estaba en un lugar apartado, más allá del batey de un central, por lo que se escogió el nombre de “el niño de Pijirigua”, para representar a un guajiro aparentemente inocente, pero muy espabilado que interpretaba Severino y que se destacaría por su contagiosa risa.

Despues apareció la serie televisiva “El Corsario Negro”, donde Severino asumió el papel del pirata Jano Momo, el cual repetía con voz lenta: “Jano Momo nunca falla!”. Sobre este personaje se hizo un chiste popular: “primera vez que veo un pirata maricón”.

Jano Momo fue una recreación o renacimiento de personaje radial llamado Sakir el Malayo, un pirata cruel sardónico y satírico, el cual por su aceptación popular fue convirtiéndose de malo en bueno.

El Guayabero y su sentido sepelio.

El Guayabero

Llamado justamente “el rey del doble sentido”, Faustino Oramas Osorio, conocido por El Guayabero, fue el último juglar, el cronista de las costumbres de la gente de pueblo, de los más humildes y que siempre sostuvo la tesis de que toda su obra estaba llena de ingenuidad, que los demás eran los mal pensados que le poníamos picardía y erotismo a lo que él decía. Fue el último de aquella generación de soneros, rumberos y guaracheros que transmitieron con su obra el sentir del cubano, como fueron Ñico Saquito y Miguel Matamoros.. Picarezca pero no vulgaridad.

A ello sumaba su seriedad y su vestir elegante, lo que lo hacían blindado contra los censores: “el doble sentido se lo pones tú”, decía.

Seguro que trascenderán su obra llena de humor y amor, de la que son ejemplo: “En Guayabero”, “A mi me gusta que baile Marieta”, “Cuidado con el perro que muerde callao”, “La yuca de Casimiro”, “Como vengo este año”, “Mañana me voy pa Sibanicú”, “Para la niña y pa la señora”, por citar algunos.. Un ejemplo vivo de lo que es poner una pica en Flandes, todo lo logró con muchas dificultades y enfrentado muchos obstáculos, pero su resultado marca un hito en la música y el humorismo en Cuba.

Luis Carbonell

Luis Carbonell es uno de los artistas que más recuerdo de mi niñez. No fue propiamente un humorista, pero nadie declamaba la poesía afrocubana con tanta gracia, que sin proponérselo nos traía una sonrisa a los labios. No cometía errores, no improvisaba pero su dominio del ritmo y la métrica lo hicieron merecedor del título de El Acuarelista de la Poesía Antillana. No fue un simple declamador sino todo un artista que se transformaba en los personajes de lo que declamaba.

Quién no recuerda “Espabílate Mariana”, “Los quince de Florita”, “Mamita quiero arrollá”, “Me voy de flirt”, “El Psiquiatra”, “El despojo”, “Igual que el niño Valdés”, “Esa negra Fuló” y la icónica “Y tu abuela dónde etá”.

Fue también una persona de mucha cultura, músico y escritor. Su veta humorística probablemente sea de las más cultas que hemos visto.

La noche de la televisión de los cincuenta

La noche de la televisión de los años cincuenta era dominio de los programas musicales y cómicos: Jueves de Partagás, La Taberna de Pedro, El Cabaret Regalías, Dick y Biondi y otros, en los que sentaron cátedra, además de los mencionados, actores como:

Leonel Valdés con su simpático: ¿Me sigue?.

Juan Carlos Romero hizo un papel fenomenal de borracho en La Taberna de Pedro y sus frases: “¡No lo puedo creer!.

“Cascabeles Candado” fue un programa en el que Luis Echegoyen y Manolín Álvarez interpretaban sus populares personajes de “Mamacusa Alambrito”, “la del alma grande y el cuerpo chiquito” y “Pirolo”’

“Jueves de Partagás” era el show de Alvariño y Echegoyen, con los personajes de Tino Dentino y su diente solitario y Arbogasto Pomarrosa (No ves que yo soy un villanazo) y Salmoyedo con su tabacón y su caminar extraño con las rodillas dobladas.

Otros actores y programas que nos hicieron reír fueron Mario Galí “Tachuela”, Candita Quintana, Enrique Alzugaray “El Jiníguano” Tinguaro, Manela Bustamante e Idalberto Delgado en su programa de “Cachucha y Ramón, la niña “Prematura” de Tito Hernández y muchos que se me escapan de la memoria.

San Nicolás del Peladero y Alvarez Guedes.

A pesar de todo lo que he mencionado hasta el momento, dejo mis favoritos para el final: San Nicolas del Peladero y Alvarez Guedes.

¿Por qué recordamos tanto a San Nicolás del Peladero? Porque simplemente, mucho más allá del libreto, sus actores estaban entre los mejores, no solo de veta humorística, que eran capaces de enriquecer un libreto que parecían inmejorable, improvisar con parlamentos simpáticos y hasta cultos.

Sin duda nos quedábamos muy satisfechos cuando al final de cada episodio, el Alcalde, interpretado por ese grande en todos los sentidos, Enrique Santiesteban decía: ¡Que dura, chico, pero qué dura es la vida de un alcalde!”.

San Nicolás del Peladero, era un pueblo ficticio de la época republicana donde se destacan los personajes principales del alcalde, Plutarco Tuero (Enrique Santiesteban) el mismo que al ver la nómina de la Alcaldía preguntó quién era ese Total que ganaba más que él y se aumentó el salario; la alcaldesa Remigia, con una regia María de los Ángeles Santana y su simpático llamado al mayordomo; el mayordomo Agamenón (Frank Almeida), el estirado servidor de la alcaldesa; Montelongo Cañón, el enemigo partidista del Alcalde y candidato a destronarlo e interpretado por Agustín Campos; Cheo Malanga, el guardaespaldas del Alcalde personalizado por Enrique Arredondo; Eufrates del Valle, el director del periódico El Imparcial y adulón del Alcalde, interpretado por Germán Pinelli; Ñico Rutina, interpretado por Carlos Moctezuma, el cual es el ahijado de la alcaldesa y bufón del alcalde, famoso por su frase: “¡las cenizas, Senador!, las que se la echaban en la mano y se las guardaba en un bolsillo del saco; el Sargento de la guardia rural, el bravucón con un tabacón en una mano y la otra con el machete para defender al alcalde, interpretado por Mario Limonta; Panchón Majagua, rival político del alcalde interpretado por Carlos Paulín; Simplicio, es escuálido casi muerto de hambre que en otros programas fue conocido por “El Cesante”, que a veces estaba acompañado de su novia, igual de flaca y los que al oler un potaje se desmayaban, una creación de Carlos Más y muchos otros.

Era de lujo la cantidad de personajes secundarios, que según el capítulo tenían mayor o menor relevancia, aparecían o no, como eran el jefe de la Policía (Leonel Valdés), los guatacas, los sargentos políticos y otros personajes de tipo costumbrista que se veían envueltos en situaciones complicadas, todo dentro del marco de un “peladero”, es decir un territorio desprovisto de vegetación en donde lo que abundaba era la corrupción, el abuso, la trampa

Pero para los que pensaron en un olvido, no los he mencionado porque son los que más me hicieron reír: el gallego boticario y su sobrino.

Lo del boticario gallego y su subrín, era cosa del otro mundo, más allá de lo gracioso.

Estos personajes de San Nicolás del Peladero el Gallego Boticario de Juan Carlos Romero y su sobrino, Salustiano Palmiro, interpretado por Ramoncito Hernández, al que le echaban todas las culpas, eran personajes principales del programa y su sola aparición ya nos causaban risa.

Solo algunas frases pronunciados por ellos que se nos han quedado grabadas, nos muestran su simpatía:

Decía el sobrino: Tí, tí, ¿es ospirina o espirina?

A lo que respondía el boticario: Cá la boca anemal!

No faltaban los coscorrones sobre su boina, se agachaba y se defendía con el brazo para protegerse mientras decía: “¡No pegue, Ti! ¡No pegue, Ti!”.

O aquellas del boticario:

“¡Ay, mi farmacopea!”,
“¡Santiago de Compostela!”
“¡Salustiano Palmiro!”

Sin olvidar las improvisaciones de ambos cuando
Ñico Rutina los quería estafar, robarles el dinero de la caja contadora o sus flirteos amorosos con las mulatas.

En fin, si hay que recordar un programa o escoger uno, ese es San Nicolás del Peladero.

Punto y aparte: Alvarez Guedes

Alvarez Guedes, fue sin duda un maestro

Desde muy joven fue cantante, locutor y actor y se le recuerda por su personaje de el borracho en el Cabaret Regalías, donde le daba palmadas en los cachetes a la gente y les decía: “yo te conozco a tí”.

Rita y Willy fue un programa de CMQ-TV, con la importante artista cubana Rita Montaner y el actor y comediante GuillermoAlvarez Guedes, los que con su simpatía hicieron de este espacio un favorito. Rita Montaner toma vacaciones y es sustituida por Minín Bujones con su personaje de la gallega Fefita, el que se queda, eliminando a Rita por la gran aceptación del público.

También incursionó en “El arte de ser feliz”: junto a Rosita Fornés y Enrique Santisteban.

Paralelamente fundó su sello musical Gema, una de las casas discográficas más importantes de Cuba y el Caribe, donde grabaron artistas de la talla de Bebo Valdés, Elena Burke, Guillermo Portabales, Los Guaracheros de Oriente, Fernando Alvarez, Marta Jean Claude, Roberto Ledesma, Miguelito Ojeda, Miguelito Cuní, Chanito Isidrón, el Conjunto Casino, Celeste Mendoza, Frank Domínguez, Felipe Dulzaides, Gina León, Rene Cabel, Pacho Alonso, el Trío Taicuba, Tata Ramos, Pio Leiva, Senen Suarez y Rolando Laserie, entre otros y en su renacer en Puerto Rico, El Gran Combo, Luisa Maria Guell, Cortijo y su Combo. y otros que también se habían ido al exilio.

Dentro de ellos las primeras grabaciones de discos serían las de tres grandes: Elena, Laserie y Fernando Alvarez. Y el primer disco del sello fue interpretado por el propio Alvarez Guedes con la rumba Recordando a Malanga.

Pero fue en el exilio donde Alvarez Guedes se convirtió en un innovador de la comedia moderna a través de grabaciones en vivo de discos de larga duración y casetes con chistes, en algunos casos con humor político, lo que le valió ser considerado el humorista cubano más importante del siglo XX.

El logró lo que nadie, unir a todos los cubanos, los de la Isla y los del exilio, con sus chistes, en los que se veían representados de una forma u otra.

Solo un genio como él logró traducir nuestra forma del habla popular convirtiéndola en un lenguaje universal

Los 32 discos de Alvarez Guedes solo tienen un contrincante de peso: los episodios de la Tremenda Corte. Todos los cubanos, de una forma u otra, nos hemos dedicado a robarles los chistes a Alvarez Guedes, pero no es solo el contenido de los chistes, lo impresionante es que solo él podía contarlos con una gracia particular.

Y nadie como él pudo contar de forma simpática como la emigración cubana pudo manejar la realidad que vivieron y no solo sobrevivir en un medio hostil, sino imponerse.

Probablemente no haya habido mejor embajador de nuestra cubanía que él, no solo como humorista, sino como una persona de gran cultura y un exitoso empresario, lo que ayudó a reproducir la Cuba perdida en el exilio.

Solo un ejemplo, pues los chistes o monólogos, o parlamentos de Alvarez Guedes, todos los conocemos:

Lesson number two: Meaning of the word coño. Coño gives strength to whatever you say. Coño is so strong that you only have to use half of it: ¡ño!

Lección número dos: el significado de la palabra coño. Coño le da fuerza a cualquier cosa que quieras decir y es tan fuerte que solo necesitas emplear la mitad de ella: ¡ño!

¡Ño!, eso decía mucho de Alvarez Guedes, a lo que denominaba “the most powerful word in Spanish” ( la palabra más poderosa en español ) en sus famosas Clases de idioma Cubano.

¡Ño, Alvarez Guedes, apretaste!.

Ya no está entre nosotros, pero sus chistes son eternos.

El humor cubano hoy

Diferentes programas y actores se han sucedido durante los últimos decenios, pero pocos han alcanzado la gracia de los que mencioné. Probablemente Antolín el Pichón, al que Alvarez Guedes consideraba “legítimo” y los logros de “Vivir del Cuento”, todos bajo la sombra de una férrea censura, pueden considerarse como verdaderas proezas. El resto ha sido bagazo.

Alegrías de Sobremesa con sus altos y bajos, nos dejó el “¡Qué gente, caballeros, pero qué gente!”, pero con guiones limitados por la propia limitación de los temas a tratar.

En resumen, que a pesar del buen ingenio del chiste, o de todo lo que se sobreentiende acerca de las dificultades (políticas o técnicas) con las que se hace televisión, lo que es difícil de ver en este tipo de programas es, sencillamente, un libreto bien articulado de principio a fin y representado por buenos actores.

Se ha argumentado que hay escasez de buenos escritores y se cuestiona que cómo en un ‘‘país de humoristas” no puede haber un buen programa de humor y es que el riesgo es mucho, mientras que en la calle, en los cabarés, hay una libertad de expresión pero de poco alcance y que no existe en los medios de difusión masiva, donde a veces dan ganas de llorar los chistes tomados de Internet o gastados de tanto repetirse.

En Cuba, el país del choteo, donde la gente se ríe de sus desgracias, no ha muerto el humor, solo está escondido, esperando tiempos mejores.

El humorismo es una de las formas más serias de acercarse a la realidad, por eso admiramos a aquellos humoristas auténticos, naturales, que no necesitan de otra cosa sino de mostrarnos, para que nos enteremos, de lo que sucedió en el tiempo que nos tocó vivir sin vulgaridades ni chabacanería.

De eso nada monada, tu no ves que ese es calcañal de indígena y es peor que huye pan que te coge el diente;… frases como esta, ahora son sustituidas por burlas hacia los espectadores, vulgaridades extremas, chusmeria al más bajo nivel y malas palabras en abundancia. Ese no es el humor cubano, igual que no es música cubana (ni siquiera se puede llamar música) el reggaeton y sus letras deprimentes.

El humor cubano de hoy, en La Habana o en Miami, es a veces tan difícil de descifrar como la moraleja del famoso cuento del espía con su informe sobre la situación en Cuba, donde no hay desempleo, pero nadie trabaja, nadie trabaja, pero se cumplen todos los planes de producción, se cumplen todos los planes de producción, pero no hay nada en las tiendas, no hay nada en las tiendas pero todos comen y tienen de todo, todos comen y tienen de todo, pero todos se quejan, todos se quejan pero van a la Plaza de la Revolución cuando los convocan para dar vivas a Fidel.

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2 Comentarios

  • Reply
    Тамара
    October 10, 2021 at 5:09 pm

    No en balde mi padre, como muchos otros, al quedarse sin empleo tras el golpe de estado de Batista en 1952, probo suerte en Tampa, el no pudo superar la separacion de la familia, pero muchos otros hicieron nuevamente de Tampa, su nueva Cuba. Su mejor amigo, Gil, se llevo consigo a su mujer e hija tras conseguir un buen empleo y llevo alli una vida plena. Los golpes del destino hicieron que nos quedaramos en Cuba y sufrieramos sus devaneos, el presidio de mi padre con el regimen de Batista por ser miembro del movimiento 26 de julio, sus aventuras con el ejercito Rebelde, de lo que renego y que lo llevo nuevamente a la carcel, esta vez al presidio de Isla de Pinos con una condena de veinte anos y al final fue obligado a irse a donde nos debiamos haber ido en 1954, pero para adivino Dios, como dice el dicho, porque el porvenir no lo vaticina nadie. El cuento cruel de Pepito cuando le preguntan que queria ser cuando llegara a ser grande y responde que extranjero, es una medida amarga de lo que ha representado la revolucion castrista en la destruccion de la nacionalidad cubana y el patriotismo. A los cubanos solamente les interesa una cosa: irse de Cuba, por eso nos hemos convertido en un pais de emigrantes y donde los que no quieren o no pueden irse, viven de lo que les envian sus familiares desde otros paises. Los que estudian y se preparan, lo hacen con el unico fin de estar capacitados para una nueva vida en el exterior.

    • Reply
      carlosbu@
      November 7, 2021 at 9:00 pm

      Eso hay que vivirlo, no para engañar a nadie.

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