El Titán y el Titanic
Los medios de prensa no pueden dejar de pasar la fecha del 15 de abril sin recordar la gravedad del hecho que ocurriera en 1912. Es por eso que este tema, vuelve a las andadas, y siempre, cuando investigamos, aparecen cosas nuevas o a las que no le habíamos dado importancia.
El Titanic se hundió hace 109 años pero la tragedia siempre da para más, creo que cada vez que es mencionada, siempre surgen comentarios entre familiares y amigos, es de esos hechos que nunca se olvidan. Y es curioso que existen varios libros e historias que atrapan a los lectores a lo largo de todo el siglo pasado y es válido repasar algunos de ellos, unos más acertados que otros y hasta algunos premonitorios.
Los libros malditos
El editor británico William Thomas Stead, uno de los pioneros del periodismo investigativo y que se convirtió en una figura controversial en la era Victoriana por ser un defensor del pacifismo, había sido invitado por el presidente norteamericano William Taft a una conferencia acerca de la paz, y fatalmente encontró la muerte en el Titanic. Como buen inglés, se menciona que en lugar de tratar de salvarse, ni siquiera se alarmó por el naufragio y pasó sus últimas dos horas leyendo un libro en el salón de fumadores de primera clase. Stead había publicado dos historias con terrorífica premonición: How the Mail Steamer went Down in Mid Atlantic (1886) and From the Old World to the New (1892), las cuales anticipan el hundimiento del Titanic.
The White Ghost of Disaster o El Fantasma Blanco del Desastre, publicada en enero de 1912 antes del viaje inaugural y único del Titanic, nombra al Fantasma Blanco como un gigantesco iceberg que golpea a un trasatlántico y lo hunde, otra premonición.
En el mismo 1912, también antes del naufragio, el periódico alemán Berliner Tageblatt publicó un libro en forma serial desde el 9 de enero hasta el 24 de abril con una obra de ficción escrita por Gerhard Hauptmann, quien ganaría el Premio Nobel de Literatura de ese mismo año, y también la historia se publicó en Marzo por S. Fischer Verlag con el título de Atlantis, sobre un ficticio buque llamado Roland que tuvo similar destino que el Titanic.
El Titán
Futility (vanidad o inutilidad), una obra de Morgan Robertson publicada en 1898, renombrada como El Naufragio del Titán, es digna de comentar porque a pesar de haber sido escrita más de catorce años antes del Titanic, es casi una copia fiel del suceso. Su argumento narra que el mayor trasatlántico jamás construido, dotado de los mayores lujos y que coincide casi exactamente con las medidas y capacidad del Titanic, tomó el nombre de Titán. Con insuficientes botes salvavidas para todos sus pasajeros y tripulantes y considerado insumergible, choca en el Atlántico Norte con un iceberg y mueren la mayor parte de los que estaban a bordo. Una visión totalmente comparable con el estilo de Julio Verne, aunque se dice que el autor tuvo acceso a los planos del mayor buque del mundo que entonces se proyectaba construir
Existió una publicación que se actualizaba anualmente, llamada The Wonder Book of Ships, y en la edición de 1910 se señalaba al Asturias como la mayor nave en servicio, pero se hablaba de la construcción del Titanic, que rompería todos los récords, como lo hizo, pues probablemente haya sido el único que en su primer viaje zozobró.
Hoy en día los gigantescos cruceros son unos colosos al lado de lo que fuera el Titán, pero un siglo atrás el monstruo de sesenta mil toneladas de desplazamiento, con motores de cincuenta mil caballos de fuerza, una velocidad de veinticinco nudos, once pisos de altura con una extensión equivalente a varias manzanas urbanas y hasta con un campo de golf y vacas lecheras, era toda una sensación. Pero ni los famosos dieciséis compartimientos que se decía que lo harían insumergible, evitó que se hundiera por la vanidad de sus propietarios que no fueron capaces de lo más elemental: dotarlo con botes salvavidas para todos sus ocupantes. La misma vanidad que un par de años después sería la causante de la Gran Guerra.
Como quiera que sea, estos fueron libros de cierta forma malditos, porque en cierta forma adivinaron el desastre.
El Titanic en el Cine
El Royal Mail Steamship Titanic perteneciente a la White Star Line fue el segundo de una serie de tres
trasatlánticos diseñados para ganar la batalla a la competencia y lo que logró fue poner fin a la Belle Epoque, un drama tan impactante que un siglo después sigue vivo y dio pie a numerosos filmes.
Después del naufragio se escribirían varios libros y se harían varias películas, un total de dieciocho y casi una centena de documentales y películas para televisión, pero de todas ellas debemos destacar solamente dos:
Están también “Titanic” (1953) “A Night to Remember” (1958) Una noche para recordar y la super oscarizada Titanic (1997) de James Cameron, unas obras cinematográficas en la que hay que detenerse.
Pero no puedo dejar de mencionar Atlantis, la novela alemana que fue llevada a la pantalla en un filme silente el mismo 1912 por Nordisk Film, estrenada poco tiempo después del fatídico hecho.
Hubo una versión anterior, para nada despreciable, “Titanic” de 1953, con Clifton Webb, Barbara Stanwyck y Robert Wagner, dirigidos por Jean Negulesco, ese director que nos dejó obras como Three Coins in the fountain (1954) Tres monedas en la Fuente, A Certain Smile (1958) Una Cierta Sonrisa, The Best of Everything (1959) Las audaces, How to Marry a Millionaire (1953) Como agarrar a un millonario con Marilyn Monroe y Lauren Bacall y otro buen filme: Boy on a Dolphin (1957) El niño y el delfín, con Alan Ladd, Clifton Webb, Sophia Loren, un tremendo récord de buenas obras.
Existe una curiosa pelicula, Raise the Titanic (1980) Suban al Titanic, donde para elaborar un sistema antimisiles, un grupo de científicos necesita un metal muy raro, cuyas únicas reservas se encuentran, al parecer, a bordo del Titanic, por lo que tratan de obtenerlo a pesar de la profundidad en que se encuentra.
Y hay otro antecedente, aún mejor: la inglesa “A Night to Remember” (1958) Una noche para recordar , dirigida por Roy Baker y considerada una de las mejores aproximaciones a la realidad histórica. La actuación de Kenneth Moore tiene anécdotas simpáticas como cuando se filmaba a los sobrevivientes luchando en el agua para subir a los botes salvavidas, lo que se filmó en una gigantesca piscina en Londres en noviembre con un frío tremendo. Kenneth saltó al agua porque los extras no se decidían, pero dijo que nunca en la vida había sentido tanto frío, por lo que le gritó a los extras: ¡no salten, está muy fría! pero ya los extras lo habían seguido, por lo que el realismo fue tremendo
El Titanic de Cameron
El Dr. Robert Ballard, un destacado oficial retirado de la Marina y profesor de oceanografía en la Universidad de Rhode Island, es muy conocido por su trabajo de arqueología submarina, fue el descubridor del pecio del Titanic y también de naufragios famosos como el acorazado Bismarck, el portaaviones USS Yorktown y la lancha torpedera comandada por John F. Kennedy, la PT-109.
Los restos del Titanic fueron descubiertos en 1985, 73 años después a 12500 pies de profundidad (3810 metros) frente a las costas de Newfoundland. Cameron siempre estaba obsesionado con el naufragio y se dice que pasó más tiempo observando sus restos que los que pasó cualquier pasajero de su viaje original.
El filme Titanic ha sido uno de los más costosos de la historia, para no ser absoluto. Su costo total fue de doscientos millones de dólares y su versión final es de un poco más de tres horas, exactamente 195 minutos, lo que hace que se gastara casi un millón de dólares por minuto de tiempo en pantalla.
El trabajo de reconstrucción fiel de la época con precisión histórica fue notable y llega hasta detalles insospechados y a los que el director se dedicó a inspeccionar, como el que se sirviera caviar de Beluga en las escenas de cenas fastuosas, con un impresionante costo de alrededor de cuatro mil dólares por libra, lo que en parte explica el abultado presupuesto.
Mejor película, Mejor Director, Mejor Cinematografía, Mejor Decoración, Mejor Vestuario, Mejor Sonido, Mejor Edición, Mejores Efectos Sonoros, Mejores Efectos Visuales, Mejor Canción Original, Mejor Música, Mejor Actriz Principal, Mejor Actriz de Reparto y Mejor Maquillaje, Once Premios Oscar en total, más los galardones de los Golden Globe, BAFTA, y otros de diversas partes del mundo no fueron casualidad. Un merecido homenaje a las víctimas de la tragedia.
La parte mística del Titanic: el bautismo y la luna
Como el hombre tiene que hallarle a todo un origen místico, por supuesto hay quien dice que lo ocurrido no es más que el resultado de una maldición porque la naviera White Star Line no bautizaba cristianamente sus buques y además porque fue construido en Belfast, Irlanda del Norte, con fuerza de trabajo predominantemente de religión protestante.
Y otros aluden a la ciencia o la pseudociencia, alegando que la luna llena había provocado la colisión. Ellos afirmaron que la luna llena del 4 de enero de 1912 había creado mareas inusualmente fuertes que enviaron una flotilla de témpanos de hielo hacia el sur, de forma tal que interceptaron al Titanic en su viaje desde Southampton hasta New York. Afirman que esa no fue una luna llena corriente, sino el mayor acercamiento de la Luna a la Tierra desde el año 796 y que este hecho no volverá a ocurrir hasta el 2257.
Días sin saberse lo ocurrido
Las noticias del choque del Titanic con un Iceberg comenzó a diseminarse el 15 de Abril, tres días después del naufragio. A pesar de que se mandaban muchos telegramas contentivos del suceso, no había muchos detalles, pero eso no fue óbice para que algunas publicaciones buscaran el sensacionalismo con su cobertura. Un periodico publico en primera plana en grandes letras: “Todos salvados en el Titanic después de la colisión”, mientras que el London Daily Mail encabeza su edición con “No hay pérdidas de vidas”.
Mientras tanto el New York Times fue más cauteloso, pero sin embargo publicó, haciendo referencia a un despacho de una agencia de prensa, que “Todos los pasajeros del Titanic fueron salvados y están siendo llevados hacia Halifax”
Los primeros periódicos que cubrieron la noticia reportaron que no había muertos y demoraron varios días en revelar la verdad.
Eran otros tiempos donde los medios de comunicación eran bastante primitivos, pero aun asi, la cobertura fue excesivamente falsa y triunfalista, muy poco objetiva ante un hecho tan grave.
Algunos detalles impresionantes.
Cuando el Titanic se hundió, dos horas y cuarenta minutos tras chocar con el iceberg, la temperatura del mar era de 28 grados Fahrenheit (menos 2.2 grados Centígrados ) muy por debajo de la temperatura de congelación del agua. Sumado a esto estaba la insuficiencia de botes salvavidas y se decía que estaba equipada paras llevar 64 botes salvavidas y solo llevaba 20 y que el primero de ellos fue puesto en servicio una hora después del choque con el iceberg. El error humano provocó muchas de las muertes. No sólo fue el número de botes salvavidas inadecuados, sino también, los botes salvavidas estaban llenos sólo parcialmente. Más de 1.100 personas podrían haberse salvado si los botes salvavidas se hubieran llenado a plena capacidad.
Los músicos tocaron durante dos horas y cinco minutos hasta que el barco se hundió. Trece parejas viajaban en luna de miel en el Titanic,
Se dice que un pasajero que había vivido con un trauma por haberse incendiado y hundido el barco en que viajaba en 1871, enfrentó sus miedos y abordó el Titanic en 1912, donde se hundió con el barco.
Al final más de 1500 pasajeros murieron en el naufragio y solamente 306 cuerpos fueron encontrados.
De los 1316 pasajeros, sobrevivieron 498, para un 38 por ciento, pero de los viajeros de primera clase, esto se elevó a 202 con el 62 por ciento mientras que en tercera clase, solamente el 25 por ciento se salvaron.
Pero hay otros datos los tripulantes de los botes salvavidas, sobrevivieron el 68 por ciento, los oficiales el 57 por ciento, pero los de la tripulación de ingeniería, o de avituallamiento, es decir, electricistas, bomberos, fogoneros, mayordomos, cocineros, camareros y otros solamente sobrevivió el 20 por ciento y de los músicos ninguno.
Un siglo despues del Titanic, los barcos siguen siendo susceptibles a sufrir naufragios y hundirse, la tragedia marítima mas sonada de la historia representó un momento de cambio en la construcción de buques, el perfeccionamiento de las tecnologias de navegación y sobre todo en las medidas de seguridad maritima, sumado al perfeccionamiento del pronostico del tiempo, lo que ha hech que los accidentes maritimos cada vez sean menos y el transporte maritimo mas seguro.
Personajes que murieron en el Titanic o se salvaron
Isidor Straus era un pasajero de primera clase y el fundador millonario de la cadena de grandes almacenes Macy. Straus se mantuvo en el Titanic y fue visto por última vez sentado con su esposa en hamacas esperando el final tranquilamente.
El pasajero más rico a bordo fue John Jacob Astor IV con una fortuna equivalente a 2 billones de dólares actuales y que fue visto por última vez fumando un cigarro con el escritor y periodista Jacques Futrelle.
Jacob se considera un héroe por asegurarse que su esposa embarazada se subiera a un bote salvavidas, tras lo cual cedió su puesto a otra mujer.
La familia Goodwin, Frederick y Augusta con sus seis hijos abordaron el Titanic en Southampton con el fin de emigrar a América, Su hermana esperaba en Nueva York a Frederick y su familia con un trabajo y una casa completamente amueblada, pero el destino tenía previsto otra cosa, todos murieron en el naufragio.
Benjamin Guggenheim, un rico industrial y heredero de la fortuna de la minería Guggenheim, vestido de etiqueta, se sentó con su ayudante a tomar brandy y fumar puros mientras esperaba la muerte.
Pero no todos fueron tan valientes, algunos dejaron una estela de cobardía.
J. Bruce Ismay era Director General de la White Star Line. y había sido quien dibujó los planos para el Titanic en una servilleta durante una cena en 1907. Ante el naufragio se comportó como un cobarde, subiéndose a un bote salvavidas mientras en el barco todavía había cientos de mujeres y niños.
Dorothy Gibson, cantante, modelo y estrella del cine mudo de 22 años de edad, sobrevivió al hundimiento del Titanic y pasó a protagonizar una película muda llamada Saved from the Titanic (también conocida como Sobreviví el Titanic). Gibson fue la primera película sobre el desastre. La película fue estrenada el 14 de mayo de 1912, justo un mes después de su rescate
Rhoda Abbott era la única mujer de pasajeros del Titanic que realmente se hundió con el barco y sobrevivió. Abbott, pasajera de tercera clase, estaba en la popa cuando el barco se hundió. Fue barrida de la nave y, cuando salió a la superficie, fue capaz de llegar al bote salvavidas, pero sus dos hijos pequeños se hundieron en el mar.
Y no se puede dejar de mencionar a Molly Brown. Molly fue bautizada como “la insumergible” y era una activista social y filántropa norteamericana que se salvó en el bote No. 6 y asumio la dirección del mismo por el comportamiento cobarde del contramaestre Robert Hichens, con las mujeres que la apoyaron contras el rudo marino y tomaron los remos salvando a otros que estaban en el mar. Ello le trajo un reconocimiento nacional que fue más allá de su natal Missouri o de Colorado donde vivía.
Millvina Dean tenía nueve meses de nacida cuando abordó al Titanic con su familia de emigrantes hacia Wichita, Kansas, convirtiéndose en la sobreviviente más joven. Con su madre y un hermano sobrevivientes también, regresó a Southampton tras su rescate y murió en 2009.
El trauma y los suicidas
Y hubo otros que sobrevivieron al naufragio y después se suicidaron por los recuerdos traumáticos del naufragio, aunque no creo que todos sean de este tipo, pero la prensa así lo reportó, para que el tema no perdiera vigencia.
Annie Robinson, una azafata del Titanic, se tiró por la borda de un buque, seis meses después, tras escuchar una sirena anunciando niebla en el puerto de Boston.
Al Dr. Washington de Dodge, quien se pegó un tiro en la cabeza el 30 de junio de 1919 tambien se le atribuye su suicidio por los recuerdos del naufragio, pero lo cierto es que habia pasado mucho tiempo y estaba bajo una investigacion por corrupcion, que seria probablemente la causa de su decision.
El Dr. Henry Frauenthal se lanzó desde un séptimo piso de un hospital en 1927, quince años después, y se habla de que cuando se subió al bote salvavidas en el Titanic, siendo una persona voluminosa, le rompió las costillas a una mujer que allí estaba, lo que lo afectó mucho.
El finlandés Niskanen iba en el Titanic hacia Boston y a pesar de ser un pasajero de tercera clase, sobrevivió. Se fue a California a buscar oro y tras años de no encontrarlo, se suicidó quemando su cabaña en 1927.
Phyllis Jane tenía tres años de edad cuando naufragó y se salvó con su madre, regresando a Detroit. Su madre se dedicó a viajar por todo Estados Unidos contando sus experiencias y las de sus hijos a bordo del Titanic. Phyllis se casó y tuvo cuatro hijos y vivía desde entonces en la misma casa, pero en 1954, 42 años después, se suicidó de un tiro en la cabeza.
Frederick Fleet se hizo marino desde los 16 años y nueve años más tarde fue el que alertó sobre el iceberg con el que chocó el Titanic. Tras el naufragio siguió en la marina hasta su retiro 24 años después, tras lo cual se dedicó a varios trabajos menores. Muerta su esposa y desalojado por su hermano, con quien vivía, se ahorcó en 1964 en el patio de la casa.
Como ven estos casos se promocionan como relacionados con el Titanic, pero salvo el primero el resto no los veo así.
Se salvaron en tablitas
Hubo uno que se salvó por los pelos, Milton Hershey, el famoso chocolatero, quien había comprado un pasaje para el Titanic, pero no abordó el buque como había planeado. Había pasado el invierno en Francia y pensó volver a casa en ese viaje, pero asuntos urgentes del negocio lo hicieron que tomara otro buque, el alemán Amerika, que zarpaba antes. En los archivos de la compañía aparece el cheque de 300 dólares de Hershey a nombre de la White Star Line, como depósito para su reservación.
Y otro caso curioso fue el del noruego Elias Johannesen Engesa Éter, que había comprado un pasaje para New York, pero tuvo que cancelar el viaje por un ataque de apendicitis. La White Star Line no registró que había perdido el viaje y asumió que estaba entre las víctimas, porque no estaba entre los sobrevivientes recogidos por el Carpathia. Los familiares quedaron asombrados de la noticia de que se había ahogado, mientras que se estaba recuperando de su operación.
Es por hechos como este que más tarde se emitieron dos documentos importantes: La Enciclopedia Titánica, que es la única fuente definitiva de los pasajeros que abordaron el Titanic en su primer y último viaje y el libro Who Sailed the Titanic? The definitive Passenger List, un libro de Debbie Beavis de 2002 que refiere aun con mayor precisión este hecho. Por si fuera poco está el Titanic relief fund, que garantizó a las familias del desastre estipendios de por vida.
Solamente uno de los botes salvavidas que lograron escapar el naufragio regresó a buscar posibles sobrevivientes. En la oscuridad, encontraron a un joven chino aferrado a una puerta de madera, temblando de frío pero aún con vida. Ese hombre era Fang Lang, uno de seis sobrevivientes chinos del Titanic, y su rescate iría a inspirar una famosa escena (la de los enamorados Rose y Jack) en la taquillera película de Hollywood de 1997, Titanic.
Los chinos del Titanic
Fang Lang, junto a otros cinco ciudadanos chinos, Lee Bing, Chang Chip, Ah Lam, Chung Foo y Ling Hee no eran polizones ni se disfrazaron de mujeres, simplemente tuvieron suerte de no morir en el naufragio, pero su llegada a Estados Unidos no fue para nada agradable, fueron expulsados del país tras la inspección migratoria en Ellis Island, basados en una controvertida ley, el Acta de Exclusión China, que prohibía la inmigracion de chinos, aunque ellos realmente iban hacia el Caribe a trabajar.
El cuento de que los chinos eran polizontes o travestis fue un invento para denigrarlos, en realidad los chinos ayudaron a sobrevivir a otros. En particular Fang Lang se asió a una puerta que flotaba, luego remó en el bote que lo rescató y ayudó a poner a salvo a todos los que estaban a bordo. Rechazados por Estados Unidos, los seis hombres fueron enviados a Cuba y poco después se fueron a Reino Unido, donde había una escasez de marineros, pues gran parte del personal naval británico estaba siendo reclutado en el ejército durante la Primera Guerra Mundial.
Chang Chip padeció constantes problemas de salud después de la fatídica noche, y finalmente murió de pulmonía en 1914. Ah Lam fue deportado a Hong Kong, mientras que Ling Hee abordó un barco de vapor con destino Calcuta, India. Lee Bing emigró a Canadá, mientras que Fang Lang, después de navegar entre Reino Unido y Hong Kong durante años, se volvió ciudadano del país que antes lo había rechazado, Estados Unidos.
Más de un siglo después, la hostilidad que enfrentaron los seis sobrevivientes chinos tiene insólitos paralelos con el racismo antiasiático de hoy en día que es alimentado por la pandemia y un presidente racista y excluyente, porque si no conoces la historia, se repetirá.
Los cubanos no podían faltar en el naufragio más famoso de la historia
Dos españoles naturalizados cubanos, uno asturiano y otro catalán se embarcaron en el Titanic. Julián Padrón, natural de Barcelona y cuyo destino era Cuba, tomó el buque en Cherburgo, Francia, con boleto de segunda clase, la primera parada después que partiera de Inglaterra. Tuvo la suerte de ser uno de los primeros en subir a los botes salvavidas, rescatado por el Carpathia. Su prometida, Florentina Durán y Moré, también superviviente, con la que se casó y se fueron a vivir a Cuba, se convirtió en un exitoso empresario del transporte terrestre y recibió la ciudadanía cubana.
El otro fue el asturiano Servando José Florentino Ovies y Rodríguez, que estaba de vacaciones en Francia e igualmente abordó en Cherburgo. Servando viajó en primera clase. Tenía mujer e hijo en La Habana, pero el estar en primera clase le dio varios días de opulencia y rodearse de la aristocracia, pero fue encontrado muerto en el mar.
Un siglo despues del Titanic, los barcos siguen siendo susceptibles de sufrir naufragios y hundirse, pero la tragedia marítima mas sonada de la historia representó un momento de cambio en la construcción de buques, el perfeccionamiento de las tecnologias de navegación y sobre todo en las medidas de seguridad maritima, lo que sumado al perfeccionamiento del pronóstico del tiempo, ha hecho que los accidentes maritimos cada vez sean menos y el transporte maritimo mas seguro.
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