En la cuna de Napoleón.

En la cuna de Napoleón.

Un crucero trasatlántico desde Miami a Roma, tuvo uno de sus destinos a Ajaccio, la capital de la isla de Córcega, Francia.

Córcega es un término siempre presente por dos razones, en primer lugar por ser el lugar donde nació Napoleón Bonaparte y tambi╬n por referencia a la novela “Los hermanos corsos” de Alejandro Dumas, un curioso libro que en mis años juveniles me encantaba y que tuvo varias versions cinematográficas.

Entre los apodos que tuvo Napoleón se hallaban varios que hacían referencia a su lugar de origen y que iban desde “El Gran Corso” o el “Titán de Córcega” hasta “El Pequeño Corso” o el “Ogro de Córcega”. Lo cierto es que los más destacados fueron “El Emperador de Europa” y el “León de Francia”, lo que refleja su personalidad, su ambición y su tremendo impacto en la historia europea así como su influencia e impacto en la cultura la política y la sociedad mundial.

Nos llamó la atencion que el crucero de la compañía Royal Caribbean, fondeara en la bahia y para llegar a tierra se auxilió do los tenders o botes salvavidas del buque, contrastando que mucho despues un buque de la naviera Celebrity, perteneciente a la misma Empresa de Royal, atracara a un espigón, probablemente relacionado al precio mayor de Celebrity con igual recorrido que el nuestro.

Al final no puede ver mucho de Córcega, pero fue idificil identificar que uno estaba en Francia salvo por el idioma. Solo me quedó una duda, era Domingo y no estaban abiertos ni farmacias ni panaderías (lo que mas anhelaba era comprarme un pan francés fuera el que fuera, como había hecho en Toulon) y los parqueos, plazas bares, cafeterías y restaurants repletos todos, las aceras llenas de gente, y por si fuera poco, para acceder al museo de Napoleon Bonaparte había que hacer una cola de varias cuadras y aquello no avanzaba. Mucha gente de dos cruceros para tan poca oferta.

Solo conocía a Ajaccio como la capital de la isla francesa de Córcega, perteneciente a Genova hasta poco antes de nacer Napoleón y por supuesto por algo aun mas importante, por ser la cuna del Emperador y por la Catedral Santa Maria Assunta, donde no solo fuera bautizado Napoleón, sino que también fue el lugar donde el 15 de Agosto de 1769, durante la fiesta de la Asunción, fue cuando Letizia Buonaparte sintió los dolores de parto, siendo llevada a su casa, muy cerca de la Catedral y dió a luz en el primer piso porque no pudo llegar a las habitaciones en el piso superior.

Pero para mi personalmente, Córcega era un lugar particularmente interesante desde que conocí la obra de Alejandro Dumas: “Los tres mosqueteros”, “El Conde de Montecristo”, “Veinte años después”, “El vizconde de Braguelone”, “El tulipán negro”, y muchas otras obras de capa y espada, pero en este caso me refiero a “Los Hermanos Corsos”, una curiosa novela que trata de dos gemelos que nacieron unidos por el costado y fueron separados, uno de ellos vive en Córcega y el otro en París, son de muy diferente temperamento, pero su union se mantuvo para siempre pese a estar tan lejos porque el dolor de uno lo siento el otro, no importa cuan distantes se encuentren. Y lo interesante es la narración de las costumbres de Córcega, las vendettas y los retos a duelo que creíamos exclusivas de Sicilia. Creo que todas las obras de Dumas, al menos las que he citado, fueron llevadas al cine, con mayor o menor éxito, algunas varias veces, pero nunca con la riqueza de la obra del escritor.

Mucho tiempo después, ya pasada mi fiebre literaria juvenil, me di cuenta de que Dumas también abordo la novelistica biográfica con destacada obras como “Napoleón”, “Los Estuardos”, “Los Médicis”, “Luis XIV”, “Luis XV”, “Julio César” y otros que afortunamente pude conseguir en librerías de libros viejos como la que he mencionado en varios de mis artículos, La Biblioteca, situada en Belascoaín y Carlos III de la que guardo inolvidables recuerdos.

Cuando Napoleón nació, hacia poco que Córcega se habia incorporado a Francia, pero su descendencia de una familia de la pequeña nobleza italiana no impidió que se hiciera famoso por sus campañas en las guerras revolucionarias, llegando a ser primer consul de la República francesa y despues Emperador.

Desterrado desde hacia seis años antes a la remota isla de Santa Elenas en el centro del Atlántico sur, unos dan como causa de su mMuerte a un cáncer de estómago y otros dicen que fue envenenado, lo cierto es que fue enterrado en esa Isla y no en Córcega como algunos aseguran. Lo cierto es que el rey Luis Felipe I de Francia en 1840 ordenó que fuera llevado a París y enterrado en el lugar que se conoce como el Mausoleo de Napoleón, en el Palacio Nacional de los Inválidos, uno de los monumentos mas importantes y visitados de la Ciudad Luz.

Me fui decepcionado, solo con unos tristes magnetos de recuerdo para el refrigerador, imaginando qué pensarían de aquello los hermanos corsos y el Viejo Corso Napooleón Bonaparte, el Emperador.

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