Antonio Machado, Coilloure y mis dos visitas a Francia
Cuando alguien dice estuve en Francia, todo el mundo piensa que en Paris, sin duda Paris, la Ciudad Luz, todos sabmos que es la capital de Francia y que es una ciudad espectacular, pero igual que La Habana no es Cuba o Roma no es Italia, o Madrid no es España, París está en Francia pero no es Francia. En Francia he tenido dos oportunidades, desafortunadamente muy cortas, pero que me han dado un avance, al margen de lo que haya podido leer y ver a o largo de mi vida, de que a pesar de mis extremas preferencias por España e Italia, de que de ese país hay tantas cosas de que disfrutar que van muchísimo más allá de lo que conocí en dos viajes diferentes: un crucero con parada en dos pedazos de Francia: Toulon y Corcega y en otro a Barcelona, con una incursion a Perpignan.
El viaje en crucero trasatlántico con destino final en Civitaveccia, el Puerto de Roma, se detuvo en días alternos primero en Toulon, famoso por ser un cercano a la majestuosa Marsella que conocemos de tantas cosas pero sobre todo por su Castillo de If y las distintas locaciones a donde nos llevó la imaginación junto con el Conde de Montecristo, pero Toulon es un envidiable Puerto donde tiene su base desde hace siglos la Armada Francesa lo que hace la ciudad el major lugar para contar con el Museo de la Marina y el museo military en el Monte Faron con una vista envidiable y varios museos de Arte donde existen muestras de artistas locales y de la Provenza Francesa que datande mas de 600 años hasta nuestros días.
Nunca pensé que la primera vez que pisara suelo francés fuera en un sitio del que casi no conocía el nombre, pero las casualidades de la vida son así, así que me vi en un pequeño pueblecito situado entre dos lugares famosos: Niza y Marsella.

El nombre me trajo a la memoria que fue allí donde Napoleón derrotó la insurreccion de los realistas ayudados por Gran Bretaña, España y Nápoles, los que apoyaron la restauración de la monarquía en Francia. Siempre recuerdo una anécdota es que las fuerzas británicas estaban comandadas por Charles O’Hara (apellido de inspector de la policía) el que se rindió ante Napoleón como lo había hecho años atrás ante George Washington en Yorktown, la última batalla de la Guerra de Independencia de los Estados Unidos. Mala suerte de O’Hara.
Fue de esta forma que Napoleón fue ascendido a General, pero en ninguna parte vi mención alguna de este hecho.
No había mucho tiempo disponible para incursionar por lo que hicimos una pequeña caminata, bajo un clima espectacular, mas bien fresco y con sol radiante, donde pudimos ver sobre todo muchas residencias, una feria de reproducciones en miniatura de naves marítimas y aéreas (Toulon es un importante centro de construcción naval y de equipamiento aeronáutico), y no es para menos que la gente sea fanática de este tipo de hobby porque la Flota Mediterránea Francesa, con su emblemático portaviones Charles De Gaulle tiene su base en Toulon.
Y bueno si estaba en Francia tenia que probar lo que todos quieren de Francia: ¿el vino?, ¿el queso?, no, el pan francés.

En la villa más cercana al Puerto de cruceros, la villa La Seyne sur Mer, tuvimos el primer acercamiento a Francia, por supuesto el gastronómico. Llegamos a una panadería y por supuesto, aparte de la extensa y desconocida oferta de la pastelería francesa (patisseries), más los conocidos L’éclair, la tostada francesa, la milhoja llamada Señorita en Cuba y muchas otras delicias como crème brûlée o croissants, había una cantidad extensa de tipos de panes. El baguette, el Brioche, el Brie estaban acompañados de otros no menos apetitosos, así que pedimos el que más compraba la gente y nos fuimos con esa opción, un pan parecido al Baguette llamado Tradicoional, largo, oloroso, caliente, como esperábamos que fuera el pan francés.
Nos dijimos; Ahora vamos para el crucero, buscamos mantequilla y nos comemos esta delicia, pero otra cosa nos esperaba. Nuestra amiga que no comía pan, se antojó y por poco se lo come entero, pero qué remedio?, si hubiéramos sabido, hubiéramos cargado con varios de aquel delicioso manjar. Creo que la combinacion de ese pan con el cafe con leche que nos tomamos en Malaga, se lleva el primer premio en cualquier Liga sin discusión.
Eso me hizo acordarme de un chiste de Alvarez Guedes que narra que en una panadería el panadero habia dejado a un costado del local los sacos de harina para entrarlos al almacén después porque había mucha gente y cuando aquello se despeja y va a cargarlos se encuentra a un turista frances que se está orinando encima de los sacos, al que le dice:
Oiga, que hace?, ante lo que el frances la responde: Je ne comprends pas!
- Y porque no compras pan tienes que orinarte en la harina?

Pero al margen de eso mi mayor impresión de Toulon no fueron todas estas interesantes atracciones, sino que la Provenza, de la que tanto hemos oido, no solo nos da una sensacion de tranquilidad, de paz y de buen clima, sino que nos encandilas la vista por la abundancia de flores que nunca habia visto y que seguramente me causaron la misma impresión que hechizó a los pintores impresionistas como Van Gogh, Cézanne, Renoir o Gauguin.
Todos los que amamos a Van Gogh, ese visionario, sabemos que tuvo a la Provenza como punto de referencia para sus obras y en particular a Arlés y a Saintt-Rémy,donde su huella impregna todo.
Y junto con ello, no solo son famosos los vinos de Burdeos, también la Provenza, en particular la zona costera, es una de las zonas vitícolas más extensas y reconocidas de Francia, con denomiación de origen y siendo además el lugar donde nació el vino francés pues desde hace 2000 años los griegos plantaron allí las primeras vides.
Y algo que nos impresionó de las villas provenzales fue la tranquilidad, que contrasta con la vida en los grandes centros poblacionales franceses.
Corta visita a un lugar que merecía un poco más de tiempo.

Otra Vuelta a Francia
Visitando nuevamente Barcelona, tan cerca de ese país que queremos conocer más, no podíamos prder la oportunidad de conocer algo más de Francia, aunque ello implicara renunciar a algunas de las tantas cosas que nos ofrece la ciudad y darnos un brinco hasta algun pueblecito cercano a la frontera con España.
Primero pensé en Coilluire, tan conocido por haber sido la última morada de Antonio Machado, pero allí había poco que ver que no fuera su tumba, por lo que entre Montpellier y Perpignan, nos decidimos por esta última por estar mas cerca.
Error trágico, porque Montpellier es llamada el Paris del Sur de Francia. Un error que hay que corregir, porque no solo vale la pena verlo, sino que un poco más allá esta un sitio donde ya habíamos estado fugazmente por la parada de un crucero: la Provenza francesa, donde las flores dominan en paisaje y donde algún día sin falta visitaremos Avignon, Arles y Saint Remy, todas tan relacionadas con uno de los personajes que más admiramos: Vincent Van Gogh.

En el viaje de autobus desde Barcelona, vimos varias cosas curiosas, pero una que nos llamó mucho la atención fue el Tunel de la Voltrera, inaugurado pocos meses antes de nuestra visita y que representa una infraestructura clave para el crecimiento industrial de esta zona que se considera el motor industrial de Cataluña.
No fue todo lo calmada que esperábamos, subieron tres policías o soldados, con metralletas, pidiendo Pasaportes y revisando rápida, pero concienzudamente todo el omnibus. No se si buscaban ilegales o lo que fuera, pero realmente no fue para nada una bienvenida cálida, sino para amedrentar.

Perpignan
Y finalmente llegamos a Perpignan que no es un pueblecito como pensamos, sino que es al final la mayor gran ciudad antes de la frontera con España y que se considera la entrada a la peninsula ibérica, como nos dijo una Española residente allí. Además pudimos comprobar que la gente, además del francés como lengua tienen en Segundo lugar no al español, sino al catalán y vimos varias tiendas propiedad de catalanes y bastante influencia de la gastronomía catalana en la oferta de los restaurantes.
Un impresionante Castillo, el Castillet, nos recuerda que Perpignan fue la capital continental del Reino de Mallorca en los siglos XIII y XIV.

Por lo demás, una ciudad de 120 mil habitantes no cumplió nuestra expectativa de ver un lugar tranquilo, íntimo y hubiera sido preferable otro destino menos concurrido o al final ir al Paris del Sur que nos daba mas como ciudad, por lo que queda pendiente esta asignatura.




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